Capitulo cuatro: los enemigos de tu enemigo son tus amigos

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Emily se tensó a mi lado y yo alcé la barbilla. No sabía por qué ni cómo sabía Stacy de mi existencia, y tampoco sabía el motivo por el cual había enfadado a la capitana de las animadoras, pero no estaba dispuesta a que me humillara públicamente.

-¿Y tú eres...? -pregunté, solo para molestarla-. Por la apariencia, diría que acabas de salir del GTA.

Sí: la acababa de llamar zorra. No: no me arrepentía. Por su cara, creo que no había entendido mucho lo que le acababa de decir. Jack, quien estaba al lado de sus amigas, pareció captar el comentario, porque exclamó un sonoro "pffff" y se tapó la boca con la mano en un intento de reprimir su sonrisa.

-Stacy Parks. La capitana del equipo de animadoras y la reina del baile de dos años consecutivos. -Stacy se zarandeó el cabello. Seguro que pensaba que le quedaba súper cool. A mi me pareció que era gilipollas-. Normalmente no hablo con plebeyas como tú, pero... aquí estamos. Hoy me siento caritativa.

-Yo tampoco suelo hablar con zorras estiradas. Pero... aquí estamos -sonreí de manera angelical.

Emily parecía estar a punto de colapsar a mi lado. Stacy frunció el cejo y abrió la boca. indignada.

-¿Cómo te atreves a hablarme así?

-No frunzas el ceño, que te van a salir arrugas. Eso destrozaría tu imagen de barbie.

Me fulminó con la mirada y me señaló con el dedo índice. Por suerte para mi, yo me había discutido con muchas cajeras del Mercadona, así que no tenía miedo de absolutamente nada.

-Al tanto conmigo, chica nueva. No me gustaría tener que desgraciarte la vida. No sabes con quién te estas metiendo.

-En realidad, tu te has metido conmigo. Yo no te he hecho nada.

-¡Me has insultado!

-Te he dicho que no frunzas el cejo. Eso es un consejo de amiga.

Dije "amiga" con toda la mala intención que pude encontrar.

-Noah Vazquez -casi escupió mi nombre de lo enfadada que estaba. A su cara no le quedaba bien enfadarse, todo lo que tenía de guapa se esfumaba cuando salía a relucir el diablo de su interior-, aléjate de mi novio. Sé lo que tramas y no lo voy a permitir. Él es mío.

Vale. Ahora sí que no entendía nada. No sabía quién era su novio y acababa de descubrir quien era ella. ¿Cómo iba yo a robarle el novio? Por dios, que acababa de llegar.

-No sé quien es tu novio. Pero no te preocupes: no tengo ningún tipo de intención de robar nada de nadie. Puedes estar tranquila.

Ella hizo una mueca muy desagradable y sonrió diabólicamente de lado: tengo que admitir que daba un poquitín de miedo. Solo un poquitín.

-Sé cuál es tu plan malvado, chica nueva de pueblo. Quieres robarme a Will, y por eso has sobornado a alguien con tu sucio dinero español para que te pongan como su compañera de habitación.

Mi cara era un poema: ahora todo tenía sentido. Compartir habitación con dos tíos era un problema, pero aún peor era que compartía habitación con el supuesto novio de la capitana de las animadoras, William.

Claro, como no. La pareja de Stacy tenía que ser un estirado inglés. No iba a negar que hacían una pareja estupenda.

-Creo que te has equivocado, Stacy -dije, en un tono neutro-. Yo no tengo ninguna intención de robarte a tu novio. Ni al tuyo ni al de nadie. Y si estoy con él en la habitación es porque ha habido un problema de dirección.

-¡Pues arreglalo! -gritó, enfurecida-. Ahora mismo.

-Ya lo ha intentado -intervino una voz masculina muy conocida-. Cálmate, S. Hemos hecho todo lo posible para arreglarlo, pero no hay plazas hasta la nueva convocatoria.

An Endless Summer Love | DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora