Tenía los labios de Jack tan cerca de mi piel que no pude evitar que un cosquilleo me arañara el cuerpo con la fuerza de mil tornados.
-Jack, ¿qué..?
-¡Noah!
Me aparté de Jack y miré al horizonte. ¿Volvía a ser el fantasma gruñón invocado por William? Pero esa voz me sonaba de algo... Tardé poco en descubrir que los alborotadores de mis amigos estaban armando jaleo desde la lejanía.
Jack y yo nos separamos como si nuestros cuerpos quemaran.
Tenía el corazón a mil por hora.
Al llegar donde estábamos nosotros, pude ver sus caras de preocupación. Emily me abrazó fuertemente: no le pareció importarle nada que estubiera repleta de arena, ponche y... sumamente pegajosa.
Eso sí que era una amiga.
—Noah, ¿estás bien? Te hemos estado buscando por todas partes.
Sonreí y asentí. Les dije a mis dos amigos que no se preocuparan, que ya estaba mucho mejor.
-Solo necesitaba unos momentos de aislamiento -mentí, aún nerviosa por lo que había estado a punto de pasar con mi compañero de habitación.
Porque vaya... eso sí que había estado cerca. Había bebido demasiado ponche y enrollarme con Jack Taylor me había parecido una gran idea. Lo miré de soslayo: sus ojos castaños me taladraban con la mirada.
Sabía que la verdadera razón por la que me sentía mejor era gracias a mi estúpido compañero de habitación. Nuestros ojos se encontraron y, en un instante, compartimos una sonrisa cómplice. Tal vez Jack Taylor no era tan capullo, después de todo.
Emily, confundida por mi aspecto embarrado, frunció el ceño y preguntó qué me había sucedido. Jack y yo nos volvimos a mirar y explotamos a reír. La tensión entre los dos se desvaneció justo como había llegado.
—Es muy largo de explicar. Digamos que Jack tiene... aficiones, un tanto extrañas.
Emily frunció el ceño, otra vez, y nos miró a los dos con los ojos desorbitados. Miró mi camiseta, que estaba levantada y arrugada, y el torso de Jack desnudo... y se puso roja como un tomate. Lucas empezó a boquear.
-Noah Vázquez Ribas, ¿es esto lo que creo que es?
Alcé una ceja, sin entender nada de lo que estab apreguntando Emily. Ella no esperó a que yo contestara y señaló con un dedo acusador a Jack.
-Jack Taylor, ¿le has robado la pureza a mi amiga? Oh, Dios mío, ¿voy a ser tía?
Los colores se me subieron al rostro cuando entendí por dónde iba Emily. De acuerdo, sé que la escena que teníamos montada con Jack -él y yo solos en un rincón de la playa, con la ropa arrugada y el pelo hecho un desastre- era muy malinterpretable. Así que me apresuré a negar con la cabeza.
-No ha pasado nada de eso, Emily, no hiperventiles. Y Luc, deja de mirarme con la boca abierta y los ojos desorbitados.
Él cerró la boca inmediatamente.
-Como hayas hecho algo indecente, Jack Taylor, voy a castrar tu juguetito favorito y se lo voy a dar de comer a mi hamster.
-Tu no tienes hámster, Em.
-Me compraré uno solo para ejecutar mi plan de venganza.
Sacudí la cabeza, divertida. Jack nos miró con una sonrisa y se sacudió la arena del cuerpo. Como no estaba mojado, la arena se le cayó fácilmente y volvió a estar tan guapo como siempre.
Bendita genética.
-No te preocupes, Emily. La pureza de Noah sigue intacta -él me miró con una sonrisa burlona: ya volvía a ser el Jack de siempre-. Hasta que ella quiera, claro. No tendría ningún problema en ayudarla en ese aspecto.
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An Endless Summer Love | DISPONIBLE EN FÍSICO
RomanceCuando a Noah Vázquez, estudiante de último año de instituto, le comunican por carta que deberá pasar el verano en un instituto de Estados Unidos, nunca pensaba que su vida cambiaría por completo. La Academia Élite es un completo Infierno: llena de...