Capitulo doce: un pastel con ingrediente especial

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La botella de aquél juego infernal le tocó a Stacy y a William.

-¿Verdad o reto? -preguntó William, aburrido. Se notaba a leguas que quería estar en cualquier lugar menos en ése.

Desde que yo y Jack nos habíamos besado, algo en la conducta de William había cambiado. Lo notaba más taciturno, menos animado. De normal, William Adams ya era un tío de pocas palabras, pero ahora parecía haberse cerrado en él mismo incluso más que antes.

-Vamos a por un reto -contestó Stacy, juguetona.

Matt se relamió los labios.

-¡Me pido la pregunta! -sonrió abiertamente y los señaló con un dedo acusador-. Os reto a que os beséis con pasión. Tenéis que dar ejemplo de lo que es un beso de verdad... no quiero tonterías como el beso de Jack y Noah.

¿Tonterías? ¿Era capaz de decir a lo que había pasado con Jack una tontería? Aquel beso me había removido cosas por dentro, fuegos que creía muy apagados.

Noté la mirada de William pegada a mi cuando respondió:

-Me encantaría.

William miró a su novia a los ojos y se acercó lentamente hacia ella. Stacy no pudo resistirse a su mirada intensa y pegó su cuerpo al suyo. Lo que me parecía completamente normal: joder, si William Adams te miraba de ese modo, lo único que podías hacer era intentar calmar el temblor de tus piernas.

William agarró con fuerza la nuca de Stacy y la atrajo salvajemente hacia él. Sus labios se encontraron con fiereza y sus cuerpos se movieron juntos en un baile intenso y ardiente, mientras las luces de la fiesta brillaban en el fondo.

William abrió los ojos en medio del beso y me perforó con sus ojos color azules, ahora más negros que nunca. No separó la mirada de mi ni siquiera cuando el beso se intensificó, dejándolos a los dos sin aliento.

    Sentí cómo algo de mi se agrietaba. No entendí el motivo, y culpé al ponche por esa sensación extraña que notaba en la boca de mi estómago.

Al cabo de unos minutos se separaron. Stacy sonrió, satisfecha, y William se alejó, volviendo a su posición. En sus ojos se podía ver un abismo infinito.

-Eso sí que ha sido un besazo-gritó Matt, contento.

La multitud estalló en vítores. Todos menos Emily, Lucas y yo, quienes nos quedamos en un silencio extraño.

    -Quiero anunciar algo -dijo Stacy. Algo malvado revoloteaba en su mirada de color celeste-. Me gustaría ofrecer algo a Noah.

    William, a su lado, se tensó.

    -Como ofrenda de paz -Stacy se sacó algo del bolsillo, algo envuelto con papel de aluminio. Era un trozo de pastel- te doy este último trozo de pastel de cumpleaños de Sophie. Tómatelo como una disculpa, sé que he sido muy mala contigo.

    Fruncí el ceño ante el pastel. Stacy se rió.

    -Vamos, Noah. No seas gallina: no lleva nada del otro mundo. Todos hemos comido de él, ¿verdad? -Matt, Karen y Sophie asintieron con la cabeza-. Para ti.

    Cogí el pastelito, sin fiarme demasiado. Stacy ladeó la cabeza y le dio un mordisco delante mio.

    -¿Ves? No lleva nada del otro mundo.

    Lo cogí, desconfiada, y le di un mordisco. Sorprendentemente estaba bueno: era de zanahoria y coco.

    -Gracias, supongo -agradecí, sin saber cómo reaccionar. La verdad era que tenía hambre, así que le dí unos cuantos mordiscos más antes de guardarme lo que quedaba en el bolso.

An Endless Summer Love | DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora