Capitulo 10

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Cuando estaban a un día de distancia de Trenton, Jungkook empezó a preguntarse si estaba preparado para volver a hablar con su padre. Si llegaba cabalgando a Trenton seguro que tendría lugar un enfrentamiento. Por eso estuvo mucho rato pensando si debería enviarlos al pueblo con Chanyeol o acompañarlos.

Si no iba con ellos, tendría que explicar por qué, y fue eso lo que al final le decidió. Al final tres meses fuera de casa era tiempo suficiente, más que suficiente, para que DoYeon se hubiese calmado. Ahora podrían discutir la cuestión del matrimonio con tranquilidad, de modo racional, sin que ninguno de los dos perdiera los estribos... Bueno, eso esperaba.

Un día más y DoYeon sabria que había vuelto al condado. Y él averiguaría si su padre se mostraría razonable respecto a sus sueños y ambiciones de fundar el mayor imperio ganadero de la zona, a costa de Jungkook.

Los chicos estaban instalados en otro hotel y pronto cenarían. Jungkook salió para ir a alguna cantina ya que todavía no tenía apetito. El sol se había puesto, o cuando menos los últimos tintes rojos desaparecieran del cielo en cuestión de minutos. Se acercaba una tormenta pero con un poco de suerte, ya habría escampado por la mañana. No quería ninguna demora llegados a ese punto.

Casi no vio a Seokjin, que estaba de pie entre las sombras del porche observando cómo las nubes de lluvia se acercaban del Oeste. Se volvió para ver quién estaba detrás de él y se giró de nuevo sin hacerle caso. Le irritó un segundo que me hiciera así el vacío y, después, soltó un suspiro mental de alivio ya que en realidad no le aparecía hablar con él.

—¿Es mi tía...buena gente? —preguntó Seokjin.

Jungkook se detuvo en lo alto de los peldaños del porche y se inclinó el sombrero hacia atras. Habia nerviosismo en esa pregunta. Si hubiese sido tan brusco como en sus comentarios habituales, habría fingido no oírlo y se habría ido. Además, lo que le preguntaba le pareció extraño, si se tenía en cuenta que Dami era pariente de él, no suyo.

—¿Que clase de pregunta es esa?

—Bueno, mi padre tenía muchos defectos y ella es su hermana —contestó Seokjin.

—¿Su padre no era buena gente?

—Es cuestión de opinión, y de a quien le pregunté. Taehyung le diría que era la mejor persona del mundo.

Se volvió un poco, pero no para mirarlo, sino para poder verlo de reojo. Jungkook tuvo la  impresión de que estaba dispuesto a ignorarlo de nuevo.

—¿Y usted no?

—No era malo ni nada de eso. Si, supongo que era buena persona en un sentido general. Pero la pregunta era sobre mi tía —le recordó.

—¿No se han comunicado con ella desde que se traslado al Oeste?

—No, y apenas la recuerdo de antes de que se fuera —contestó Seokjin mientras sacudía la cabeza.

—Bueno, pues es encantadora. No se me ocurre una sola persona que la conozca y no la aprecié.

—¿De veras?

Parecía un niño asustado pidiendo que lo tranquilizaran un poco. A pesar de toda la antipatía que le tenía, y era mucha, no pudo evitar sonreír y decirle lo que necesitaba oír.

—Si, de veras. Es bondadosa, generosa en extremo. Seria capaz de dar hasta lo que tiene si creyera que alguien lo necesitaba. Y no me sorprendería que estuviera tan nerviosa por conocerlos, como usted por conocerla a ella. Nunca tuvo niños. Aunque ya no puede decirse que usted sea uno...

Le vino a la cabeza una imagen de aquel seductor cuerpo saliendo de su habitación la noche pasada. No, sin duda no era un niño.

—¿Y su marido? —quiso saber Seokjin—. Recuerdo que mi padre había mencionado una vez que se había mudado al Oeste justo después de casarse.

Jungkook sintió un momento de inquietud porque no le gustaba dar malas noticias. Y no podía evitar asombrarse de que la falta de comunicación de la familia Kim fuera tal que el muchacho no se hubiera enterado aún de eso.

Dami y su hermano deberían de haberse mantenido cuando menos en contacto a lo largo de los años. Desde luego, desde que conocía a Dami, está jamás había mencionado tener familia en alguna parte. Tampoco es que eso fuera raro porque mucha gente iba al Oeste precisamente para olvidar lo que dejaba atrás.

Para quitarse el tema de encima, quizá fue n poco más directo de lo necesario.

—Su tío murió el año pasado. Su tía lleva el rancho sola desde entonces.

—Dios mío, no tenía ni idea.

—¿No lo conocía? —aventura Jungkook al ver que el joven no se entristecía.

—No, no recuerdo haberlo visto nunca. Una vez lo mencionaron. —Se interrumpió con el ceño fruncido mientras trataba de recordar—. Creo que fue mi madre quien lo dijo, que Dami se había casado con  Lee Donghae para poder irse de Haverhill. Recuerdo haber pensado entonces que tenia muchos deseos de ver más mundo.

<<O muchos deseos de alejarse de su pequeño rincón del mundo>>, penso Jungkook.

Podría muy bien haber habido un distanciamiento entre los dos hermanos. Eso explicaría porque ninguno de ellos se había mantenido en contacto con el otro. Pero seguían siendo familia, y la unica que les quedaba, puesto que Dami se había convertido ahora en tutora de sus hijos.

—Bueno, tendra mucho tiempo para preguntale al respecto —indicó Jungkook —. Mañana por la noche estaremos en Trenton, y a última hora del día siguiente, en el rancho.

Cuando se le ocurrió que estaba teniendo una conversación normal con el solteron, se sonrojo un poco. Pero como ya había oscurecido por completo, y aunque todavía podia verlo porque sus ojos se habian adaptado a la oscuridad, no lo distinguía con claridad, de modo que era fácil olvidar que era el hermano cascarrabias con una imaginación muy viva.

La lluvia llegó poco después, con un chaparrón que llenó el porche de una neblina que apremio a los dos ocupantes a entrar

<<En fin, despidete de encontrar una cantina agradable esta noche>>, pensó Jungkook.

En la reducida y bien iluminada recepción, tuvo tiempo suficiente para ver como Seokjin se ajustaba las gafas sobre la nariz y se marchaba haciendo aspavientos sin decir nada. Se acabo la normalidad. Se habia impuesto su grosería. Ni siquiera le dio las buenas noches.

Un Hombre Para Mi (KookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora