Un Hombre Para Mi (KookJin)

Capitulo 21

Seokjin empezaba a percatarse de que en Tejas la gente podía ver las cosas de modo distinto que en el Este. Si se había avergonzado antes era sobre todo porque en Haverhill hasta los criados habrían desdeñado una conducta tampoco propia de un doncel en dos jóvenes distinguidos. La gente de su edad se habría escandalizado. Su padre lo habría regañado mucho y mimado a Taehyung hasta que se sintiera mejor. Todo eso impedía a los chicos a idear sus diferencias en público, lo que, a veces, ponía a prueba su paciencia al límite.

Pero aquí era muy distinto. En todos los pueblos por los que habia pasado, habia visto hombres que se peleaban en la calle. En uno, acababa de terminar un tiroteo. Aunque, con la abundancia de ladrones que había en la zona, no era extraño que la gente decente sucumbiera a sus instintos básicos. Si tenias diferencias, las resolvías con los puños o armas. Bueno, por lo menos los hombres. Y, al parecer, los donceles y mujeres también podían hacerlo sin que se arquearan demasiadas cejas.

Seokjin puso en orden estas ideas mientras escuchaba  como Jungkook y su padre "se ponían al día"; no se veian desde hacía meses. Y Dami se habia incorporado a los comentarios sobre los cuatreros, un atraco a un banco que habia ocurrido a menos de setenta kilómetros, un tiroteo entre dos de los peones de DoYeon, allá ambos sobrevivieron porque les costó el empleo, y un ladrón de caballos al que una partida había llevado a la horca antes de que lo juzgaran.

Le fascinaba ver que a su tía esas cosas no le impresionaban en absoluto. Claro que Dami era una sorpresa en muchos sentidos.

No era tan vieja como Seokjin esperaba. Cuando menos, no lo parecía. Tenía el cabello tan pelirrojo como siempre. Llevaba recogido en una trenza. La blusa blanca y la sencilla falda marrón que vestía carecida de cualquier adorno. No lucia ninguna joya, ni siquiera una alianza que indicara que era viuda. Pero tenía una sonrisa maravillosa. ¿Quién necesitaba encaje y volantes por una sonrisa como aquella?

Con su piel bronceada y su atuendo sencillo no iba nada a la moda, si bien era, de todos modos, una mujer atractiva. Bien formada, ademas, y de aspecto saludable. Dami, divertida, franca, relajada, porque Taehyung todavía no habia aparecido para crear tensiones, era una mujer con la que apetecía estar. Seokjin sintió alivio al ver que ya le gustaba muchísimo.

Sorprendentemente, volvieron a surgir tensiones sin la ayuda de Taehyung cuando Lee Jung Hwan llegó como había prometido a recoger el carruaje prestado, y tan tarde que Dami se vio obligada a invitarlo a cenar, asi como a que se quedase a dormir. Ya no le restaban habitaciones vacias, dado que DoYeon iba a pasar también esa noche allí, y los chicos y su sirviente ocupaban habitaciones separadas.

—El barracón será perfecto, Red— aseguró Sandeul mientras se ponía cómodo en uno de los sofas.

{No queria ponerle el apodo pero toco raza y luego me dio pereza pensar en cual, asi que mejor le puse el mismo de la original xD}

A Seokjin le molesto que este llamara Red a su tia. Poco después que oyera después hacer lo mismo a Jungkook, y que comprendiera que era el apodo de Dami. El desenvuelto Sandeul le cayó mal de inmediato porque era muy evidente que a Jungkook no le gustaba.

Dami era, sin embargo, una anfitriona gentil, a pesar de no conocer demasiado a Sandeul. DoYeon lo trataba como a un viejo amigo, pero pronto averiguaría que él trataba asi a todo el mundo a no ser de que le dieran motivos para no hacerlo. Jungkook apenas le dirigía la palabra, y viceversa, lo que tal vez fuera una suerte. La tensión de ellos dos era palpable.

Y, si bien Seokjin solía agradecer que no le prestaran atención, como hacia Sandeul, le resultaba bastante insultante que lo ignorara de un modo tan rotundo, como si en realidad no lo viera. La mayoría de los hombres lo miraban, aunque apartaban los ojos de él enseguida, pero Sandeul se empeñaba en evitar dirigirle la mirada ni siquiera una vez.