Capitulo 24

637 146 5
                                    

Seokjin estaba sentado en una de las mecedoras del porche y observaba asombrado uno de los ocasos más extraordinarios que habia visto. Durante el viaje había presenciado unos cuantos bonitos, pero ninguno podía compararse con la espectacular puesta de sol de ese día. Lo que había empezado de color rosa y pasado a naranja se había convertido en rojo vivo y cubría por completo el horizonte. Incluso el tamaño del sol, antes de desaparecer del todo, habia sido el más grande que había visto nunca.

—Estas aqui— dijo Dami, y se sentó en la mesedora que habia a su lado.

—¿Te puedo llamar tia Dami?— pregunto Seokjin vacilante—. Se que tus amigos te llaman Red, pero tia Red me resulta extraño.

—Puedes llamarme como quieras cielo. Aqui no somos nada ceremoniosos.

—Ya me he dado cuenta. De hecho, me gusta. No me retrasare para la cena ¿Verdad?

—No, en absoluto. En todo caso, hoy cenaremos tarde— suspiro Dami.

Cuando había abierto la puerta, tenía el ceño fruncido y una expresión muy cansada. Se había sacudido ambas cosas de encima por el momento al ver a Seokjin allí y lo había saludado con una sonrisa, pero volví a aparecer agotada.

—¿Pasa algo?— pregunto Seokjin casi con miedo; porque conocia los planes de su hermano.

—No— empezó a negar Dami, pero acto seguido, suspiro de nuevo—. Bueno, si. Consuelo acaba de echarme un rapapolvo. Me temo que tu hermano no le cae bien. Y mi sirvienta se niega a limpiarle la habitación, se niega a acercarse a ella, de hecho. He tardado treinta minutos en calmarla, y casi otros tantos en convencer a Consuelo de que subiera una bandeja a Taehyung , como tu hermano a pedido, porque al parecer no quiere comer con nosotros esta noche. Por eso cenaremos tarde.

Seokjin se recostó en la silla y suspiro a su vez.

—No suelo dar explicaciones, pero eres de la familia, además nuestra tutora, así que tienes derecho a saber algunas cosas sobre nosotros. En primer lugar, Taehyung y yo no nos llevamos bien. Nunca lo hemos hecho y nunca lo haremos. Supongo que lo deducirás al oir ayer nuestra pelea. Me ha amargado la vida desde que tengo uso de razón.

—Porque era el preferido de Seonho.

—Si, y casi siempre me lo ha restregado por las narices a lo largo de mi vida. ¿Cómo lo ...?— Seokjin empezó la pregunta, pero se detuvo—. Da lo mismo. Estabas allí cuando éramos pequeños y seguramente viste por ti misma.

—Esa fue la razón principal de que me largara lo antes posible, cielo. No quería veros crecer con el mismo resentimiento que hubo entre mi hermana y yo.

—¿Tienes una hermana?— Seokjin se mostró sorprendido.

—La tenía— lo corrigió Dami—. Murió cuando tenia catorce años. Éramos gemelas y ella era la preferida de Seonho, que solo tenía dos años mas que nosotras. Los tres deberíamos haber estado muy unidos. Pero ninguno de ellos parecía poder compartir sus sentimientos con más de una persona a la vez. Pronto establecieron una relación muy estrecha. Eran inseparables, lo hacían todo juntos y siempre me excluían. Y como en tu caso, me restregaban por las narices. No eran muy amables.

—Lo siento.

—No, soy yo quien lo siente, porque tenía miedo de que vivieras lo mismo con Seonho, solo que en una relación de padre e hija, y parece que fue asi. No fue culpa tuya, por supuesto. Espero que no creyeras nunca que lo era.

—No. Bueno, puede que durante un año o dos, cuando era pequeño— admitió Seokjin—. Mi madre me ayudó a superarlo. Siempre podía contar con ella, hasta que murió. Recuerdo que una vez me habló sobre grandes y pequeños corazones, y me contó que no todo el mundo tenía la suerte de tener uno grande donde cupiera mucha gente. Me aseguró que el mío lo era y que, por ello, yo era el afortunado.

Un Hombre Para Mi (KookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora