Un Hombre Para Mi (KookJin)

Capitulo 36

Unos golpes en la puerta despertaron a Jungkook. Las sombras de la habitación del hotel indicaban que el sol se había puesto hace poco. Pero que todavía no era noche cerrada. Se levantó de la cama totalmente vestido. Cuando se había arrastrado hacia ella no estaba en condiciones de pensar en ponerse cómodo.

Los golpes no se habían detenido, a pesar de que había murmurado <<ya voy.>>

Tenía la sensación de saber quién estaba del otro lado. Casi lo había reconocido por la forma de llamar, por lo que abrió la puerta de golpe, enfadado. Tenía razón.

—Demonios... ¿Es que no puedo hacer nada en este pueblo sin que te enteres?

—No mucho —dijo su padre entre risas, mientras entraba con aire despreocupado en la habitación.

Jungkook cerró la puerta y se paso una mano por la cara para intentar despejarse un poco. Fue un error. El dolor le golpeó las sienes y le recordo por qué había ido al pueblo.

—No tienes buen aspecto— comentó DoYeon tras sentarse cómodamente en la unica silla.

—Bebi demasiado.

—Ya me lo han dicho. Estoy esperando a oir el resto. ¿Y por qué no estas en la casa que tenemos aqui, en el pueblo? No la tengo con personal incluído solo de adorno.

—Queria ver la calle, y desde el hotel puedo— replicó Jungkook.

—¿Para que? ¿Algo más que no se, aparte de por qué estás aquí? — insistió DoYeon.

—¿Vas a dejar que me despierte un poco antes de acosarme a preguntas?

—Supongo.— DoYeon suspiro.

Jungkook se acercó a la ventana. Todavía anochecía; apenas quedaba gris en el cielo. Habia una luz en la cuadra, calle abajo, donde Sandeul guardaba el caballo. No lo había sacado en todo el día.

Tras su charla con Sandeul, esperaba de verdad no tener que contar a su padre lo idiota que era. Pero tendría que haberse imaginado que alguien le avisaría a DoYeon de que estaba bebiendo en el pueblo hasta emborracharse. Y Sandeul no habia ido a Twisting Barb como pensaba que haría. Podía haber decidido a la barbacoa y cortejar allí a  Taehyung. O tal vez habría decidido que ya no le quería después de lo que Jungkook le había explicado. Era una posibilidad nada desdeñable.

Con DoYeon delante y llenó de preguntas, no tenia sentido andarse por las ramas.

—Me caso— soltó sin rodeos.

—¿Con el quisquilloso?— supuso DoYeon, y suspiro disgustado— ¿Y viniste a celebrarlo al pueblo? ¿Por eso bebías?

—Nada de eso. — Jungkook sacudió la cabeza con una mueca—. No estoy lo que se dice contento.

—¿No? —preguntó DoYeon confundido, y después sonrió aliviado al suponer—: Ah ¿Has entrado en razón antes de que sea demasiado tarde? Entonces da una excusa. Puede que lo entienda, y si no, peor para él. No es como si no fuera a tener a casi todos los hombres del condado tras él.

—No puedo dar una excusa, papá. Tal como están las cosas, tengo que casarme con él.

—¿Tienes que hacerlo? —Doyeon se incorporó, había adoptado una expresión de pura irritación—. ¿Que has hecho?

—Una tontería.

—Eso ya lo había indicado, pero ¿cómo es que a ti te lo parece? Creía que estabas interesado por él.

—Lo estaba cuando todavía creía que las cosas que no me gustaban de él obedecían solo al viaje. Pero no cambio una vez estuvo instalado; empeoró. Es un brujo maquinador y manipulador.