Esa misma mañana Seokjin se dirigió a la cuadra. La intención de pedir el primer peón que se encontrara si le importaría enseñarle a montar. Cuando Jungkook fuera a verlo para darle su lección impuesta, esperaba poder darle las gracias y decirle que ya le habían enseñado.
Le apetencia saber montar. Incluso lo esperaba con cierta impaciencia. Estar tan aislado en el rancho tenía mucho que ver en eso. El carruaje de Sandeul podía seguir ocupando espacio en la cuadra, ya que se había marchado demasiado tarde para llevárselo con él al pueblo, pero no estaba a su disposición, aunque hubiera sabido engancharle los caballos y conducirlo. Y desplazarse andando quedaba descartado también; de todos modos, no es que hubiera ningún sitio cerca al que valiera la pena ir.
Pero, a diferencia de su hermano, Seokjin ya tenia bastante claro que Tejas iba a ser su hogar para siempre, y por decisión propia. No había nada de Haverhill que echara de menos. Lo único que esa ciudad tenía para él eran malos recuerdos, así que no deseaba en absoluto regresar, ni a ningún otro sitio del este, en realidad. Prefería esta parte del país, a pesar del calor.
Los espacios abiertos, el paisaje agreste, el hecho de viajar días sin ver siquiera un poblado, la simpatia de la gente (si no se contaba el componente ilegar, por supuesto)... Todo ello podria ser aterrador, pero también excitante. Nunca sabias que iba a pasar a continuación. La gente no solo vivía, se adaptaba, se las arreglaba, se ayudaba entre si. Sobrevivía.
Si, se quedaría allí. Y tan pronto si terminaba viviendo en un pueblo o a un día de distancia de el como Dami, quería aprender las cosas que allí todo el mundo parecía dar por sabidas. Montar a caballo era lo primero de esa lista.
Para lograrlo hasta habia tomado prestado unos pantalones de su tía. La prenda, de un cuero sin curtir, era tan ancha y holgada que parecía una falda cuando estaba de pie pero, una vez montada sobre una silla, se veía que eran unos pantalones muy anchos.
Se llevó una decepción al ver que la cuadra estaba vacía por completo, por lo menos de gente. Habia cuatro caballos, dos de Sandeul, y unos cuantos más en el establo junto a la cuadra. Decidió familiarizarse con los caballos ya que estaba ahí, y trató de conseguir que uno se dejara acariciar. Pero sacudía la cola sin hacerle caso. Intento con otro, pero también lo ignoro.
No se atrevía a acercarse más, porque los compartimentos eran muy estrechos y recordaba con claridad haber visto un caballo desbocarse en la calle cuando era pequeño. Habia herido a coces y mordiscos a los cinco hombres que habian intentado controlarlo antes de que su propietario, furioso, lo sacrificara por fin de un disparo. Habia oido como alguien comentaba lo imbécil que era aquel hombre, que el animal era tan rebelde porque él lo maltrataba. Ninguno de esos caballos parecía maltratado, pero aun asi, le resultaba dificil olvidar un recuerdo como aquel.
—Trae un dulce la próxima vez si quieres captar su atención.
Seokjin se volvió hacia la entrada de la cuadra. Mientras hablaba para intentar convencer al caballo, no habia oido que alguien se acercaba. Y con la luz del sol que le llegaba desde atrás, el hombre era una silueta oscura recortada contra la puerta de la cuadra, montado tranquilo a caballo, el con el sombrero inclinado. Pero conocía esa voz; la conocía muy bien. El corazón ya empezaba a latirle mas deprisa.
—Solo me estaba presentando—explicó.
Rió y se adentró más, hasta que el brillo del exterior ya no impidió que le viera los rasgos.
—Eso esta muy bien, salvo que, si no les das nada, les importa un comino, como ya habras observado dijo Jungkook.
—Si— Seokjin sonrió—. Han intentado hacerme creer que en realidad no estoy aquí.
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Un Hombre Para Mi (KookJin)
FanficEsta adaptación sera KookJin, creditos a su creadora original Johanna Lindsey Los gemelos Kim, Taehyung y Seokjin pueden parecer idénticos, pero Taehyung es caprichoso, temperamental y muy vanidoso, mientras que el enérgico Seokjin esconde su belle...