Capitulo 47

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Esa noche, durante la cena, todo el mundo hizo muchas sugerencias; todo el mundo que no estaba directamente afectado. Incluso DoYeon  participó en la discusión y se le oyó omentar en un aparte a su hijo que no se había divertido tanto desde hacia años.

El magnate el ganado era partidario de reunir una partida y le hinchada sinvergüenza del picapleitos, como llamaba ya a Oh Sehun. Por supuesto, como Sehun vivía en la costa Este, estaba un poco lejos para una partida. Y, además, aunque ya no tenían ninguna duda de que Sehun había robado la herencia de los chicos, había que demostrarlo ante las autoridades antes de poder hacer algo al respecto.

La contabilidad falsificada no bastaría. Sehun podría alegar que no la había enviado él, ni tampoco la carta. Y las propiedades podrían no haberse vendido siquiera. Podrían estar aguardando hasta recibir un buen precio por ellas.

Era evidente que esperaba que la carta zanjara el asunto. Tal vez estuviera ya fuera del país.
Y eso era lo esencial: no lo sabrían sino contrataban detectives o investigaban por su cuenta.
Taehyung, claro, no iba a dejar su herencia en manos de detectives.

—¿Cuándo podemos salir?— preguntó a su tía.

—¿Cómo?— dijo Dami—. ¿No deberías preguntarle eso a tu esposo?

—Él no ira. —Taehyung hizo un ademán de desden—. No le interesa lo más mínimo ayudarme.

Varios pares de ojos se dirigieron hacia Sandeul, pero él se limitó a encogerse de hombros con indiferencia y a decir:

—No dejo de indicarle que ya no necesita ese dinero. Pero cree que le dará los medios para librarse de mí.

Taehyung se puso colorado. A Seokjin eso le pareció más interesante que la falta de ganas de Sandeul de viajar al Este. ¿No quería Taehyung que todos supieran que seguía deseando acabar con su matrimonio? No parecía algo que fuera a provocar que Taehyung se sonrojara, a no ser que no fuera realmente cierto. Si lo fuera, no le importaría quién lo supiera. Pero si era algo que solo había dicho a Sandeul sin hablar en serio, no habría querido que lo sacara a la luz.

Taehyung decia muchas cosas sin hablar en serio. Era una de sus formas de manipular a la gente.

Podía haber varias razones por las que quisiera que Sandeul creyera que no estaba contento con su matrimonio. Lo evidente era que no lo estuviera. Lo menos evidente podría ser que él no daba señales de que le gustara. También podría estar tratando de obligarle a hacer una firme declaración de sus sentimientos. Su aparente indiferencia a él debía de molestar muchísimo a Taehyung.

Sorprendentemente fue DoYeon quien habló.

—Tanto si necesita la herencia como si no, no se debería permitir que ese picapleitos salga indemne del robo —Les recordó—. Es lo mismo que entregar las riendas a un ladrón de caballos diciéndole <<no me gustaba ese caballo, asi que te lo puedes quedar>>.

—Estoy de acuerdo con eso —Intervino Dami—. No es tanto el dinero implicado como la audacia de este abogaducho. Me quiso engañar y tengo que admitir que no logró. Puede que pensara que los chicos no entenderían la contabilidad que mandó porque son jóvenes. Lo preparó todo para mí, para que me lo tragara. Y me enfurece a pensar que le salió tan bien. No dudé en absoluto.

—No es culpa tuya, Red— mascullo DoYeon—. Todo parecía legal, y no habías visto a tu hermano en años, de modo que no podías darte cuenta de nada.

—¿Vendrás con nosotros, tia Dami?— volvió a preguntar Taehyung.

—Oh, si, no me lo perdería.

—Pero ¿Y tus responsabilidades aquí?— preguntó Seokjin, que no quería que su tía sufriera otro contratiempo por su culpa.

—JaeHwan puede llevar el rancho por mí unos meses, gracias a Jungkook — respondió Dami y, después se dirigió a él con una sonrisa—. No, no te iba a pedir que volvieras a asumir la dirección del rancho hasta mi regreso.

—Hasta puedo pagar el viaje —añadió Taehyung, de modo que todos los ojos se volvieron hacia él—. Bueno, no me miréis asi. Recuperé mi herencia.

—Creia que había perdido todo el dinero para el viaje en el atraco al tren cuando veníais— comentó DoYeon, que añadió riendo—: las líneas de diligencia no venden billetes a cambio de promesas, quieren efectivo y por adelantado.

—Ya lo sé— replicó Taehyung—. Me devolvieron todo el dinero cuando ese tal Leroy entregó a los atracadores. Todavía no se habían gastado nada del botín. Se habían estado escondiendo, según dijo el sheriff, y Leroy llevo el dinero con los ladrones en lugar de quedárselo.

—Puede que Leroy sea un viejo miserable, pero es honrado —intervino DoYeon.

—Le dieron una buena recompensa por sus esfuerzos, y a mí me devolvieron el dinero— prosiguió Taehyung—. Todo gracias a uno de los ridículos cuadros de mi hermano. Bueno, este no era tan ridículo. De hecho.

Todos se volvieron a mirar a Seokjin, lo que provocó que se ruborizara.

—Fue idea de la tía Dami— explicó.

—Y muy buena— asintio esta con una sonrisa—. Pero es que Seokjin tiene un talento asombroso para la pintura, y lo hace de memoria. Es extraordinario.

El rubor de Seokjin se intensificó, en especial cuando Jungkook tomó la palabra.

—¿Tienes algo a mano que podamos ver?— le preguntó.

—No— farfullo, lo que provocó que Jungkook frunciera el ceño.

Pero Taehyung había perdido a su público y lo quería recuperar.

—¿Quedamos asi, entonces?— dijo a Dami—. ¿Nos acompañaras para que no necesite que venga mi marido?

—Si— asintió Dami, qué había torcido al oír el comentario destinado a Sandeul —. Haré las maletas esta noche. Podemos volver al pueblo con vosotros mañana por la mañana.

Al parecer, Sandeul no iba a pasar por alto el comentario, y decidió mostrar su mal genio.

—Creo que necesitas mi permiso para ir a alguna parte, esposo mío— indicó.

—¡Y una...!— empezó a gruñir Taehyung.

—Vamos, vamos— intervino DoYeon para impedir la diatriba—. En todo este lío siguen habiendo cosas que no me gustan después de todo lo que se ha dicho.

—¿Como que? —quiso saber Dami.

—Este plan muy atrevido para que lo lleve a cabo un abogado.

—O desesperado— sugirió Jungkook.

—Eso es lo que estaba pensando— coincidido DoYeon—. Me preguntó si no sería Sehun el comprador anónimo que su padre no dejaba de encontrarse. Si era él, y tendría información a primera mano sobre las propiedades que interesaban a su padre, podría haber acabado arruinado debido a su plan para enriquecerse deprisa. Eso me lleva a preguntaros una cosa: ¿Fue oportuna la muerte de vuestro padre para él? ¿Cómo murió?

Estaba mirando a Seokjin, de quien esperaba una respuesta. El muchacho se temió que sabía a dónde quería llegar.

—Se cayó de un tren de vuelta a casa— explicó.

—¿Se cayó? O acaso lo empujaron...

Sandeul perdió su indiferencia cuando Taehyung palideció al oír esa especulación.

—Muy bien, Tae— dijo enseguida—. Salimos mañana.

—Esperad un momento— intervino DoYeon tras haber obtenido la reacción que había buscado—. La diligencia no sale hasta dentro de un par de días, a no ser que decidáis ir en carruaje, así que podríais viajar todos conmigo. Tengo un vagón en particular en Kansas para mis viajes al norte. A no ser que penséis que ir en barco sería más rápido.

—Los viajes en barco me sientan mal— contestó Sandeul —. Lo descubrí con amargura cuando mi padre me envió al este. Así que aceptamos encantados tu oferta.

Se decidió así de rápido que viajarían todos juntos a Haverhill. Bueno, seguramente DoYeon solo llegaría hasta Chicago. Y Jungkook no iba a air. No tenía ningún motivo, ninguno en absoluto.

Seokjin ya notaba su ausencia.

Un Hombre Para Mi (KookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora