Capitulo 26

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Un portazo y unos gritos en el pasillo despertaron a Seokjin una hora antes del alba. Tu hermano se había desmandado por algo.

En casa, Seokjin se habría dado la vuelta, se habría tapado las orejas con una almohada y habría procurado volver a conciliar el sueño. Pero estaba en una casa nueva.  La gente que vivía en ella no estaba acostumbrada aún a las tácticas de Taehyung. Así que salió de la cama con un suspiro de indignación y trató de encontrar la bata a oscuras.

—¡Necesito otra habitación!— gritaba Taehyung en el pasillo—. La que me diste es intolerable. Ya es bastante malo que esta casa sea tan rústica como una cabaña de troncos,  pero es que además es tan calurosa como un horno.

Al parecer, Dami había llegado para averiguar a qué obedecía todo aquel jaleo, por que su voz, aunque no alta, fue clara.

—No hay mas habitaciones.

—¡Encuentra una! A no ser de que quieras que duerma el porche, donde pueden verme todos los vecinos.

—Al margen del hecho de que mi marido y yo solíamos hacer eso durante alguno que otro periodo caluroso, no tenemos vecinos que estén lo bastante cerca para darse cuenta.

—Entonces ¿Vas a obligarme a dormir en un porche? ¿Es asi como piensas ejercer tu tutela? —preguntó Taehyung.

Tras haber encontrado por fin la bata a oscuras, Seokjin llego al estrecho pasillo que conectaba las habitaciones a tiempo para observar el rubor intenso de Dami, que había llevado una lampara con ella. Taehyung estaba allí de pie en ropa interior con las manos en la cadera y fingiendo estar furioso.

—Estaria encantado de cederte mi habitación, pero no notarias demasiada diferencia— dijo Dami, que seguía intentando mantener la calma en su voz—. Todavía no te has adaptado a este clima mas cálido. Recuerdo cómo fueron los primeros meses que pasé aquí. Llegamos en primavera y ese primer verano todavía construyamos el rancho. Fue horrible. Pero en verano siguiente el calor fue tan terrible. Nos habiamos aclimatado.

—¿Por qué me cuentas eso? —preguntó Taehyung—. La verdad es que me importa un comino.

Seokjin suspiró exasperado. Ya debería ser inmune a la sensación de indignación por algo que habia visto muchas veces antes, pero no lo era, por lo menos cuando afectaba a otras personas.

—¿Te has obligado a pasar la noche en vilo para poder despertar a toda la casa antes del alba?— pregunto cruzado de brazos a su hermano con sequedad —. Como ayer dormiste la mayor parte del dia, supongo que no te habra costado mucho, claro

—¡No puedo dormir con este calor!— exclamo Taehyung.

—Claro que puedes. Yo lo he hecho sin problemas. No ha sido una noche demasiado calurosa —replico Seokjin.

—¿Y como lo sabes si estabas dormido?— grito Taehyung.

Tras haber logrado lo que pretendía, que era despertar a Dami y predisponerla a sus desagravios, Taehyung entró en su habitación con un portazo. Dami relajo los hombros, bien por  alivio, bien por abatimiento; era difícil saber cuál de los dos era el motivo. Seokjin rodeo a su tia con un brazo y le pidio que lo acompañará escaleras abajo.

—Pronto amanecerá —comentó—. No tiene sentido intentar volver a dormir. Preparemos un poco de café y acabemos la conversación que empezamos ayer por la noche.

—No se prepararlo demasiado bien— admitió Dami, que de todos modos, asintió.

—Yo tampoco, pero una mañana me fije como lo preparaba Jungkook. Entre los dos nos saldra algo que por lo menos pueda beberse.

Un Hombre Para Mi (KookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora