La luz del sol se filtraba por la puerta corrediza de la terraza, me odie mentalmente por no haber cerrado las cortinas ayer antes de irme a dormir. Me tape con la cobija hasta la cabeza para intentar dormir un poco más, pero fue imposible.
Mis pensamientos volaron nuevamente a Londres y no era algo que quería, por lo que tire las cobijas a un lado, dejando descubierto mi cuerpo de piernas a cabeza. A pesar del sol que se filtraba las mañanas en Bangkok eran frías, saque mi pies de debajo de las cobijas y me senté a la orilla de la cama viendo el closet.
Vamos, becky. Levántate, vamos. Me decía para obligar mi cuerpo a reaccionar, pero estaba realmente agotada a pesar de haber dormido más de 8 horas.
Abrí el cajón de la cómoda que estaba a mi izquierda, donde había guardado el día anterior una pequeña caja negra, mis lentes y unas pastillas que tomaba para la ansiedad.
Tomé la caja negra y la moví entre mis manos. ¿Por qué conservas esto? Deberías aventarlo por la ventana pensaba mientras mi mano derecha apretaba la caja y mi mirada se dirigía al balcón.
Me levanté y caminé hacia la terraza, deslice la puerta de cristal y una corriente de aire frío erizó mi piel, salí temblando al balcón, y coloqué una mano sobre el barandal.
Mire hacia abajo y las áreas verdes me parecieron hermosas, podía ver las canchas de tenis, fútbol, y atletismo desde aquí, a lado de ellas lo que pensé que era la alberca techada. Mire al cielo y me reconfortó un poco.
Camine para sentarme en la silla que se encontraba fuera en el balcón. Subí mis piernas y las apreté contra mi pecho, mi atención se volvió a la caja negra que sostenía mi mano derecha.
La tomé con ambas manos y suspiré.
La abrí lentamente, dentro de ella se encontraba aún anillo de oro blanco con incrustaciones de diamantes por todo el borde, formando un camino hacia un diamante amarillo al centro. La luz del sol lo hacia brillar de manera hermosa pero yo solo quería aventarlo sobre el barandal.
Era el anillo que Jaja me había dado cuando fuimos a Brighton Beach, odiaba ese lugar, odiaba ese día y odiaba éste anillo. Pero me odiaba más a mi. ¿Por qué aún lo conservo? ¿Por qué tengo que torturarme así?
Cerré la caja negra y me dirigí de vuelta a la habitación, cerré la puerta de cristal y caminé hasta colocar nuevamente la caja dentro del cajón de la comoda, lo cerré y caminé al baño para ducharme.
Salí de mi habitación con un uniforme idéntico al que había usado ayer, hoy llevada el cabello recogido en una coleta.
Colgado del hombro derecho un bolso donde llevada mi iPad y algún cuaderno. Camine al elevador y lo llame para bajar.
La puerta de la habitación con el número 24 se abrió en lo que llegaba el elevador.
Vi de reojo salir a una chica un poco más baja que yo, con el cabello negro hasta la cintura, utilizando el mismo uniforme, con una mochila cruzada sobre su pecho y camino hasta pararse a lado de mi.
-Hola - por fin habló cuando entramos al elevador.
-Hola - contesté.
-Soy Natsinee Charoensitthisap, pero puedes llamarme simplemente Nat - dijo cuando mis ojos voltearon a verla.
-Soy Rebecca Armstrong, me puedes decir, Bec o Becky - dije sonriendo.
Bueno, quizás no fue tan mala idea venir a Bangkok pensé, hasta ahora todos parecían amables.
-Soy nueva aquí, quizás ¿podría acompañarte para llegar al aula? - dije cuando salimos por la puerta de los dormitorios.
-Claro, no hay problema - dijo Nat mientras caminaba a mi lado - ¿De dónde eres? - preguntó.
-Ahm, de Londres, bueno mi papá es de Londres, y mi mamá de Tailandia, yo nací en Londres pero quería venir a Bangkok para conocer más sobre la cultura de mamá - mentí.
-Amaras Bangkok, te lo prometo - dijo Nat con una gran sonrisa en su rostro.
Caminamos pasando un jardín que se encontraba posterior al edifico de dormitorios, varios alumnos caminaban en distintas direcciones, el instituto parecía con más vida que ayer.
Entramos a un lobby que tenia algunos sillones al centro y una mesa de cristal baja.
-De ese lado - dijo Nat señalando a la derecha - están los salones de clase, no debemos cambiar del aula asignada, los profesores con los que cambian de aula.
-De éste lado - volvió a hablar Nat señalando a la izquierda - están los laboratorios, y la sala de cómputo.
Asentí a lo que decía observando hacia cada lugar al que señalaba. La cafetearía está antes de llegar a la alberca techada como 5 minutos caminado hacia allá - dijo Nat señalando hacia el edifico que ya había visto por la mañana desde mi balcón.
Caminos a la derecha para dirigirnos a las aulas. Afuera de la que era nuestra aula ya se encontraban algunos estudiantes, Nat se adelantó para saludar a algunos, llegó a un grupo de tres, dos chicas que nos daban la espalda y un chico alto de cabello negro que platicaba animadamente con ellas.
-Hola, Freen - la escuché decir - Hola Nam, Heng - las dos chicas que estaban al principio de espaldas se giraron para saludar a Nat. Ambas sonreían mostrando sus dientes perfectamente blancos, y con los ojos entrecerrados, cada uno abrazo a Nat. Parecían buenos amigos.
-Les quiero presentar a alguien - dijo Nat, señalando hacia dónde yo me encontraba - Ella es Rebecca, viene de Londres - mencionó y los tres levantaron la mirada hacia mi.
Los tres sonrieron he hicieron un pequeño saludo agachando un poco la cabeza, yo hice lo mismo. Volvieron a hablar entre ellos pero la chica de la izquierda no se giró, y continuó mirando en mi dirección ¿cómo dijo Nat que se llamaba? ¿Freen? se quedó mirándome como si no creyera lo que veía. Sus ojos se encontraron con los míos y sus labios formaron una sonrisa. Pero rápidamente su semblante cambió y frunció el ceño.
De pronto mi cuerpo se tensó cuando sentí unas manos sobre mi cintura rodeando en un abrazo mi abdomen mientras susurró a mi odio - Hola, amor. ¿Me extrañaste?
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Líneas del destino. FreenBecky
FanfictionRebecca Patricia Armstrong abandona Londres tratando de olvidar su pasado reciente. Su padre la transfiere al colegio más importante en Bangkok, donde deberá aprender a lidiar con sus fantasmas y miedos. Sarocha Chankimha "Freen" nunca ha logrado es...