POV FREEN
Al final si tuve que soltar su mano, no había manera de que pudiera preparar su bebida con nuestras manos entrelazadas.
-¿Cuántos hielos?- pregunté sosteniendo bowl con hielos en mi mano.
-Solo dos, ya hace un poco de frío- contesto. Coloqué dos hielos en su vaso y se lo di, mis dedos rozaron los de ella ligeramente.
Ella tomó del vaso que le acababa de preparar y se llevó el vaso a la boca probándolo, solo movió la cabeza en afirmación. -¿Está bien así o me pase con el whisky?
-No para nada, está perfecto. - dijo moviendo su mano de izquierda a derecha y yo solo pude pensar que nada podría ser más perfecto que ella.
-¿Ya has apreciado el cielo nocturno de Bangkok? - pregunté cerca de su oído para que me pudiera escuchar sobre la música.
-¿Cómo?- dijo ella girando su cabeza y poniendo su odio más cerca del mi boca. Mi nariz se llenó de un suave aroma a fresa ¿que perfume es? Pensé mientras aspiraba más profundo para guardar su aroma en mis pulmones.
-Ven, te mostraré.
Antes de salir de la sala tomé una par de mantas que había en el sillón. Cruzamos el recibidor de la casa de Heng y abrí la puerta que daba a un jardín lateral en donde había únicamente una mesa de jardín con tres sillas y todo lo demás era verde con árboles que determinaban el perímetro de la propiedad.
-Es hermoso- dijo Bec mirando los grandes árboles y alzando su vista al cielo. Sonreí al saber que le gustó.
-¿Tienes frío? - pregunté-
-Un poco, me arrepiento de no haber traído aunque sea una chamarra - dijo abrazándose a sí misma y acariciando sus brazos para generar un poco de calor.
-Ven- dije mientras colocaba una manta sobre el pasto.
-¿De dónde sacaste eso? - me preguntó Bec cuando me vio colando la manta sobre el pasto. Yo solo sonreí
- Un mago nunca revela sus secretos- dije mientras con mi mano hacia un ademán para indicarle que se sentara. Y ella lo hizo.
Cuando se sentó cubrí su espalda con la otra manta y ella la cerró sobre su pecho, realmente moría de frío.
Me senté a su lado sobre lo que quedaba de manta -¿No tienes frío? Podemos compartir esta- dijo mientras estira a su brazo para cubrirme con la manta.
-No, no es necesario. Ya estoy acostumbrada a este clíma. - dije observando mis manos. Si un apretón de manos había sido como fuego no quería ni imaginar que sentiría al estar bajo la misma manta pegada al cuerpo de Rebecca.
Nos quedamos en un silencio cómodo observando el firmamento que brillaba hoy más he cualquier otra noche.
-¿Te gusta Bangkok? - pregunté para romper el silencio. Ella siguió mirando el cielo.
-Sí, bueno apenas me estoy acoplando pero me parece una ciudad muy bonita. Aunque muy caliente durante el día- reí ante su selección de palabras.- ademas tiene uno de los cielos más hermosos que haya visto.
-¿No es igual en Londres?- pregunté mirando el cielo.
-Solo en muy pocos lugares de Londres puedes apreciar una vista cómo está - dijo bajando y girando la cabeza para mirarme con una sonrisa. Ella me está sonriendo.
-Sí, creo que te entiendo. A veces asumimos que lo que vemos es igual es cualquier parte del mundo pero existen muchísimos factores que lo vuelven diferente ¿no?
-Si, aveces pasamos demasiado tiempo observando los mismos escenarios que olvidamos prestar atención a los pequeños detalles- dijo volviendo a mirar el cielo.
-Sí, creo que lo entiendo. Es como cuando has pasado toda tu vida creyendo que los ojos de las personas son todos iguales y solo cambia el color, hasta que prestas atención y notas qué hay miradas que te pueden hacer sentir mil emociones sin palabras de por medio.
Ella dejó de mirar el cielo y me volteó a ver con una mueca entre risa y sorpresa- supongo, es una metáfora rara, pero supongo que sí.
Me giré para quedar sentada de frente a ella con las piernas cruzados como indio.
-Como tus ojos, creo que son los más hermosos que he visto en mi vida- lo dije sin pensar y la mueca desapareció, simplemente me miraba y se volteó para mirar el cielo otra vez.
Genial, Freen. Eres idiota.
-No es lo que quise decir - dije rápidamente para cortar el incómodo momento y ella soltó una pequeña risa.
-Vaya, y yo que empezaba a creer que en verdad tengo ojos hermosos.
-No, si son hermosos. Solo que no quise decirlo de la manera en la que lo dije, no quiero incomodarte- declaré llevándome una mano a la nuca.
-No te preocupes - dijo girando otra vez su cabeza y encontrándose nuestro ojos de nuevo.- yo también creo que tiene ojos bonitos, realmente nunca había visto ojos colore miel como los tuyos.
Mi corazón se detuvo por un instante y después comenzó a latir desenfrenadamente parecía que en cualquier momento podría salirse de mi pecho.
Es bueno para la salud o estaré sufriendo un infarto. Pensé.
El tiempo se detuvo en ese instante, el mundo había dejado de existir y solo Rebecca y yo habitábamos la galaxia entera. Miraba sus ojos y podría ver todas las constelaciones en ellos, mi mirada bajo a sus labio y cuando regresó a sus ojos pude jurar que ella también miraba mis labios.
Me levante lentamente utilizando mis rodillas e incline mi cabeza hacia enfrente mirando sus ojos que no dejaban de mirarme, mirando sus labio, mirando sus ojos de nuevo. Ella no retrocedió pero tampoco se acercó, simplemente estaba ahí, esperando.
-Yo solo... - susurré.
Mi mano se posó en su mejilla y la sentí temblar ante mi toque, también sentí hormiguear las yemas de mis dedos al sentir su piel suave de porcelana. Me incline un poco más, podía sentir su respiración sobre mis labios, podía sentir el calor que emanaba de ella.
-¡BEC! - gritó alguien desde la puerta y me volví a sentar sobre mis piernas.
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Líneas del destino. FreenBecky
FanfictionRebecca Patricia Armstrong abandona Londres tratando de olvidar su pasado reciente. Su padre la transfiere al colegio más importante en Bangkok, donde deberá aprender a lidiar con sus fantasmas y miedos. Sarocha Chankimha "Freen" nunca ha logrado es...