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8/10 para el final.

Narrador omnisciente.

Después de tomar un baño Rebecca se había sentado en la mesa de su habitación abriendo su Mac para reservar el vuelo que la llevaría de vuelta a Berlin en un par de días.

Su cabello aún seguía húmedo, llevaba un short negro de corte amplio con elástico forrado y cordón de ajuste en la cintura que combinaba con una playera blanca que tenía la imagen de un perro dormido por encima de la letras Moody había sido un regalo de su abuela la última navidad y la llevaba consigo siempre. Le hacía recordar que sin importar nada siempre habría un lugar al cual volver.

Tomó el celular que se encontraba a lado de su computadora y sonrió mientras navegaba por la galería viendo algunas fotos que había tomado en las citas que tenía con Alexandra.

De pronto su mente se escabulló en un recuerdo de sus años en Bangkok.

Espera- Freen había frenado a Rebecca antes de que esta continuara bebiendo Milktea y haciendo muecas de felicidad al beberlo.

-¿Qué? - preguntó Rebecca abriendo los ojos como platos y girando hacia atrás para saber si algo malo estaba pasando.

-Es que te ves tan bonita que quiero tomar una foto de este momento.- Rebecca giró los ojos.- ahora puedes beberlo de nuevo- dijo Freen.

-¿Y la foto?- preguntó Rebecca haciendo una mueca- por lo menos saca tu celular.

-La estoy tomando en este momento- contestó Freen haciendo que Rebecca frunciera el ceño y se rascara la cabeza- La estoy tomando con mi mente- dijo la pelinegra- sí la tomo con el celular algún día quizás lo pierda y si es en papel se borrara pero si la tomo con mi mente la tendré toda mi vida conmigo. Si supieras cuántas fotos tengo de ti aquí- dijo Freen tocándose la cabeza.

Rebecca suspiró, mientras le daba la razón mentalmente a la Freen del pasado, se había deshecho de todas las fotos físicas que tenía de ellas juntas, había borrado de su dispositivo las fotos digitales pero las fotos que tenía de Freen en su mente esas aunque quisiera nunca podría borrarlas, tanto era así que había días que solo veía el rostro de Freen deambular por su cabeza.
Rebecca suspiró y se secó las lágrimas que salieron de sus ojos mientras practicaba los ejercicios de respiración que le ayudaban a controlar sus emociones.

Mientras Rebecca luchaba por extinguir los pensamientos en torno a su pasado una pelinegra caminaba por todo el corredor afuera de la habitación de la londinense como si quisiera hacer un hoyo en el suelo, había conseguido esa información usando la misma estrategia que Amanda, le había dicho a Pierre que necesitaba los números de habitación de los directivos de Hilton para hacerles un presente que Alexandra había solicitado por la firma del contrato. Después de unos minutos Pierre le había mandado por mensaje la información.

Freen se alborotaba el cabello, se mordía el labio, ponía su frente sobre la puerta de madera, caminaba de un lado a otro y cerraba los ojos. Todo en ese orden, todo como en bucle, llevaba casi una hora repitiendo el patrón.

Rebecca dentro de la habitación releía el correo que le había mandado por la mañana al despertar a Freen. Ella no lo iba a aceptar pero muy en el fondo esperaba que con quien compartió casi 5 años desde Bangkok hasta su penúltimo semestre en Estados Unidos contestara pero no lo había hecho y ella se había prometió no volver a rogarle.

Rebecca salió de sus pensamientos al escuchar el golpe de la puerta de su habitación, miró el reloj en su computadora y entrecerró los ojos pensando en quien podría ser. Jennifer, claro ella querría saber que había hecho con Alexandra después de que la dejaran en Vinci.

Líneas del destino. FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora