Líneas del destino. FreenBecky

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POV BECKY

Volví a ignorar a Freen los siguientes días, necesitaba ordenar mis pensamientos, Oaey me evitaba cada vez que quería hablar con ella y me dolía porque habíamos compartido tantas cosas en tan poco tiempo y sabía que ella realmente se preocupaba por mi.

Veía a algunos alumnos practicar soccer mientras pensaba que es lo que debería hacer, pero ninguna opción parecía buena. ¿Sentía algo por Freen? ¿Por Oaey? Mi cabeza era un enjambre de abejas que no me permitía pensar correctamente. Había venido a Bangkok con la firme idea de no volver a involucrarme en una relación y ahora estaba enojada conmigo misma por ser tan débil.

-¿Podemos hablar o seguirás ignorándome?- escuché una voz que rompió mis pensamientos atrás de mi. Me tensé instintivamente.

Freen se sentó a mi lado y la miré de reojo, se veía tan bonita con la playera de manga corta en blanco y su pantalón azul marino. Suspire.

-¿Qué sucede Becca?- susurró mientras ambas fijábamos nuestra vista en el campo de soccer.

-Nada- dije secamente. Y la escuché reír sin gracia. Casi bufando.

-Me has ignorado casi toda la semana, pensaba que íbamos a intentar conocernos. - dijo mientras se giraba para mirar mi perfil.

Me llevé una mano a la sien como si eso fuera a iluminar mis pensamientos.

-¿Cómo puedo confiar en ti? - susurré y pensé que no me había escuchado porque el silencio se prolongó.

-Es difícil que confíes en alguien con quien únicamente has cruzado medía palabra ¿no? - habló poniendo su mano en mi muslo. - por eso quiero que me conozcas. Te diré todo lo que quieras saber de mi. Nunca te mentiría, Becca.

-¿Qué es lo quieres de mi?- dije apartando su mano de mi pierna.

-Lo quiero todo,- dijo sin dudar- todo lo que tú quieras darme. Y yo te daré todo lo que quieras de mi. - Suspiré negando la cabeza.

-¿Y Hanna?- la miré a los ojos cuando tardo en contestar pero ella estaba pensando rebuscando en su mente- la rubia, Freen. La rubia.

-Heidi... - dijo por fin Freen y yo asentí. - ya te había dicho que ella y yo no tenemos nada.

La miré con las cejas levantadas, esperando una mejor explicación.

-Bien- habló malhumorada- ella y yo salimos en vacaciones, al igual que todas antes que ella solo fue sexo, únicamente eso.

-¿Yo soy solo sexo para ti? - pregunté con un nudo en la garganta.

-Claro que no - dijo negando con la cabeza y frunciendo el ceño- lo qué pasó entre tú y yo fue diferente. Nunca había sentido algo así. - habló avergonzada.

Ella tomó mi mano que descansaba en la grada y entrelazó sus dedos con los míos.

-No sé qué fue lo que hizo que vinieras a Bangkok, ¿cuáles son las probabilidades de que estudiaras precisamente en el mismo colegio y en el mismo curso que yo? No lo sé. Pero quiero agradecerle al destino que cruzará nuestros caminos.

-No creo en el destino, uno forja su propio camino. - fije mi vista al frente.

-No importa, le agradezco a lo que sea que haya hecho que nos encontráramos. - me tomó del mentón haciéndome voltear a verla. Sus ojos no podían mentirme, no cuando eran los más hermosos que había visto en mi vida. ¿No pueden o si?

-No me cansaré de decirte lo hermosa que eres - sus yemas acariciaban mi mentón - y no descansaré hasta que me creas cuando digo que nunca te haría daño.