Capítulo VII -. Lo siento

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Kakashi.

En cuanto me despedí del comisario, me dirigí a mi casa.
Camino solo por las calles en la madrugada. Mi mirada sólo se concentra en el suelo y mis pies no saben por dónde pisar.

No sé si todo siga igual, ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo estará mi padre?

Reconozco las calles, pero no encuentro mi casa aún. ¿Seré bienvenido todavía?

Ahí está. Está exactamente igual que hace años, no ha cambiado ni un poco. Me acerco a la entrada y toco la puerta, pero no recibo respuesta.

Toco una vez más y escucho algunos pasos. Estoy ilusionado, no había estado tan feliz en mi vida...

Es mi padre quien me abre la puerta por primera vez en años. Ya es viejo, su rostro lleno de arrugas mira el mío y se toma un momento para verme.

—¿Kakashi? —pregunta con la voz temblorosa.

Asiento ligeramente con la cabeza para después brindarle una sonrisa.

—¿En serio eres tú...? —se acerca con lentitud y su mano, tan delgada como sus huesos, toca mi mejilla y sus ojos empiezan a empaparse —. ¿Kakashi? ¿Volviste?

—Sí, volví. —lo abrazo con fuerza mientras él llora desconsoladamente en mi hombro.

—¿Dónde habías estado...? ¿Por qué no me avisaste que te fuiste?

—Me secuestraron, pero ya no importa, estoy de regreso.

—Pasa, pasa —me toma del brazo y me invita a pasar —. Tu madre te ha estado esperando durante mucho tiempo, siempre lloró por ti mientras no estuviste.

—...

—Estás en tu casa, dejé tu habitación justo como la dejaste tú cuando te fuiste, no he movido nada.

—Gracias, volveré a ella en un rato. Por ahora, sólo quiero estar contigo. —me siento en el sofá y aunque sus pasos son torpes y lentos, va a la cocina mientras me ofrece algo de tomar.

Ésto se siente extraño, pero al mismo tiempo siento que jamás volveré a experimentar esta sensación. Ojalá que no. No quisiera desaparecer tanto tiempo y volver a mi hogar después de años...

Narración en tercera persona.

Deidara estaba por fin solo con Konan, su nueva compañera de casa. Le daba curiosidad, ¿por qué aquella mujer fingía no conocerlo frente a Iruka, si fueron amigos antes de la tragedia? ¿En serio estaban todos muertos?

—¿Konan? —abrió la puerta de la habitación en la que trabajaba.

—¿Qué sucede?

—Necesito hablar contigo, y es urgente.

—Dime.

—¿Dónde habías estado durante todo este tiempo? ¿Qué haces en la casa de Iruka? ¿Qué pasó la última noche que estuvimos juntos? ¿Por qué estás como si nada hubiera pasado estando a mi lado?

—... —la muchacha no contestó y se limitó a levantarse de su silla —. Son demasiadas preguntas.

—Responde la que sea, te las volveré a preguntar por partes, ¡pero quiero respuestas! 

—Iruka es mi amigo. Vivimos juntos desde hace un tiempo.

—¿Por qué?

—Había encontrado un trabajo aquí, pero estaba muy lejos de mi anterior casa. Ya era su amiga, así que me ayudó y me dejó vivir con él.

~ Destino ~ [ITADEI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora