Capítulo XLVII -. Tiendita

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—Tío Obi nods tataba bien, pelo cuando bucaba a papi nods gritaba feo. —recordó Ryuu llorando.

—Ay no... —su padre lo abrazó.

—Y ed tío Sake nods cuidada mucho, pelo no nods taía cotigo aunque le dijéramosh.

«Así que ahí estaba también...» Pasaron muchas cosas, pero ya no tenemos que preocuparnos de eso, ya pasaron.

—Papi, ¿por qué tu cadita ta así? Padeces una momia. —con sus manitas, tocó su rostro, el cual estaba lleno de moretes y vendas.

—¿Mi cara? Es que estuve en cosas feas mientras trataba de rescatarlos y me lastimé mucho, pero teniendo a mis bebés estoy mejor. —besó su mejilla con cariño.

—Ay no, pobe de papi. —ambos mellizos lo abrazaron con fuerza.

—Ya no va a hacer eso, ustedes no se preocupen. ¿Qué tal si comemos algo? ¿Tienen hambre?

—Chi. —Ryuu se limpió las lágrimas.

—Bien —cargó a ambos bebés en sus brazos y los bajó al suelo —. Papi Dei y yo vamos a hacer de comer, ¿puedes esperarnos aquí?

—¡Quedemos ayudad! —dijeron ambos al mismo tiempo.

Itachi rio un poco y los cargó de nuevo, esa vez, para subirlos a la silla del comedor. —¿Qué quieren de comer?

—¡Pollo!

—Lo herviré y ustedes me ayudarán a desmenuzarlo después de que enfríe un poco.

—¿Y yo qué haré, hm? —dijo Deidara.

—Puedes preparar algo para acompañar el pollo como puré de papá o algo de verdura.

—Está bien.

Los cuatro se dedicaron a sus tareas en la comida para los bebés. Ryuu y Haru estaban muy hipnotizados apretando con sus manitas la carne tibia, al fin y al cabo, experimentaban con aquella sensación.
Después de un corto tiempo, estaba todo terminado y listo. Luego de terminar, era la hora de bañarse para dormir.

—¡¡Papiii, veeen!! —le dijo Haru con alegría.

—Ya estoy aquí. —rio el mencionado.

—¡¡Banate con nosotos!! —jaló su camiseta intentando meterlo.

—No puedo, está Dei y me da vergüenza.

—¡Hm! —se cruzó de brazos.

—Me voy a quedar, lo siento, pequeño. —el rubio mayor acarició su cabeza con una sonrisa burlesca.

—Es que eds más divetido cuado papi vene y juega.

—No pasa nada, puede jugar desde afuera.

—¡¡Papiii!! ¡¡No de hawas caso a Deiii!! ¡¡Veeen!! —jaló el brazo del mencionado.

—Mejor acabamos pronto para poder jugar todos. —le sonrió su padre, terminando de enjabonar y lavar su cuerpo.

Deidara se sentía mucho mejor, por fin Ryuu dejaba que le ayudara. Los dos adultos los cargaron y ayudaron a cambiarse, para después ir a su habitación.

—¡Quedo juga! —le insistía Ryuu a sus padres —. ¿Chii? ¡Edstaño juga con papi! —lo abrazó.

—También los extrañé a los dos —rio —. ¿A qué quieren jugar?

—Quedo juga a da tendita. —dijo Haru.

—Bueno —le sonrió su hermano. Mentiría si dijera que aquel mal encuentro con Obito no los había unido más. Ryuu estaba más que dispuesto a jugar a lo que él quería —. Papi y Dei sedan dos clitentes y Hadu y yo vamos a vendel.

~ Destino ~ [ITADEI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora