—Vienes a arrestarme por lo que he hecho, ¿no es así? No me dejarías libre, pero sí a tu ex esposa. —le dijo Obito tratando de hacerlo enfadar. Tenía ganas de provocarlo y lograr que quiera pelear en ese momento.
—Cállate... —Itachi suspiró y se dio la vuelta, haciendo un pequeño ademán a Deidara para que saliera del auto.
Ver al rubio otra vez volvía loco a Obito. Era su fortaleza y al mismo tiempo su debilidad, sentía que sus piernas flaqueaban en ese instante. —Detén todo ésto, por favor. Obito... —mordió ligeramente su labio inferior —. Iré contigo, pero, por favor, no quiero que pongas en riesgo a mis bebés en un enfrentamiento armado...
—Dei... no puedo dejar las cosas así. Itachi tampoco puede, viene con sus propias defensas, además de que no me va a dejar ir sabiendo de mi historial y de quién soy. No puedo arriesgarme.
—Él es bueno, no desconfíes.
—Yo... —Deidara causaba en él cosas que no podía explicar, frente a él, no era más que un simple hombre débil y sumiso que podría aceptar incluso caer hasta lo más bajo por él. Bajó su cabeza y tragó duro. A pesar de todo lo que sentía, no podía verse de esa forma frente a nadie.
Obito retrocedió un paso sobre el barro seco, pero levantó la mirada. Dicen que el más mínimo error puede cambiarlo todo, y eso se comprobó en ese momento.
El fuerte sonido de un disparo alertó al Uchiha mayor e hizo un movimiento instintivo para evitarlo. Aquel sonido sólo representó la guerra para él. Uno de los policías que acompañaban a Itachi disparó una bala, independientemente de que si fue por accidente o a propósito, significó el declive de su amabilidad.—¿Decías que no tenía por qué temer? —cambió su expresión, mirando seriamente a Itachi a los ojos. No confiaba en él, pero aquella acción había aumentado por mucho la desconfianza que sentía.
—Yo también tenía que ser precavido. —le dijo con firmeza sin apartar la mirada.
—Ja... Lo siento, Dei. Pero Itachi eligió que éste sea su final...
—¿Por qué estás tan en contra de mí? ¿Por qué he arriesgado tu identidad y tu puesto?
—Sí, pero además de eso, mi único objetivo aquí es Deidara. Hay un largo discurso que lo explica... pero no quiero perder el tiempo. ¡Ustedes, contra los policías tras los arbustos! —le gritó a sus sirvientes —. Yo me encargo del investigador. —murmuró con fuertes tintes de enfado en su voz.
—... —Itachi tampoco quería que los bebés fueran presentes de tal evento, sabía que veían todo desde el auto de Obito.
—¿Quieres atraparme? ¡Entonces ven! —corrió con rapidez en reversa, buscando llevarlo a un lugar más solitario sin perderlo de vista. El bosque era profundo y oscuro, además del hecho que había poca iluminación por las nubes que cubrían de gris todo el cielo.
—No es posible... —sus piernas no sabían si moverse hacia Obito o mantenerse para cuidar a sus bebés y a Deidara. Finalmente, decidió por ir por Obito, por lo que corrió hacia él.
Deidara corrió hacia el auto e hizo lo que pudo para comunicarse con sus bebés. —¡¡Ryuu, Haru, escóndanse y cubran muy muy fuerte sus oídos!! —les gritó esperando ser escuchado a través del vidrio. De alguna manera, agradecía lo a prueba de balas que era el auto de Obito, significaba que en ese momento estarían más seguros en aquel lugar.
Los pequeños habían escuchado, y estaban realmente emocionados de ver a Deidara de nuevo, sin embargo, la expresión horrorizada en su rostro les hizo tomar la seriedad que merecía el asunto. Ambos se ocultaron en el hueco entre asientos delanteros y traseros y cubrieron sus oídos, estando realmente unidos uno con el otro.
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~ Destino ~ [ITADEI]
FanficUn embarazo no planeado es lo que inicia esta historia, más específicamente, en el vientre de Deidara Kamiruzu, quien espera con ansias a contarle a su marido. Lo que no sabe son las consecuencias y preocupaciones que ésto le provocará a su amado...