~ Destino ~ [ITADEI]

Capítulo LV -. A tu lado

Deidara en casa significaba que tocaba ir a trabajar. Tal y como le dijo, iba a aceptar e intentar ver cómo se desarrollaban las cosas. Itachi no creía que fuera a ser tan diferente a lo que solía hacer. Entró a la oficina de Madara, quien lo miró con cierta sorpresa, pero sin deshacer por completo su expresión seria de siempre.

—Buenos días. —saludó el menor.

—Buenos días. ¿Tomaste una decisión?

—Sí. Lo tomaré.

—Perfecto —le sonrió —. Bien, ya tengo preparado el primer encargo —sacó una carpeta de un archivero y la puso sobre la mesa —. Aquí está todo lo que necesitas saber. Empezarás ligero, no quiero presionarte tan rápido.

—Bien, gracias. —tomó la carpeta y se fue. Entró a su oficina y la abrió. Aparentemente, era un caso común de asesinato.

Durante el día, todo fue bastante común. Si bien, no llegó a resolverlo el primer día, logró un buen avance. Durante dos semanas, estuvo tranquilo haciendo lo que debía para sus investigaciones asignadas, pero un día, recibió una llamada de Ino mientras estaba en su auto, preparándose para seguir.

—Señor Uchiha, hola.

—Hola, Ino, ¿qué sucede?

—¿Vendrá por los pequeños?

—Claro.

—Es que... son ya las 8.

—¿Qué? —expresó con sorpresa. No podía creerlo, ¿de verdad había estado tan absorbido con la investigación? —Ay, no. Sí, iré de inmediato, perdona la demora.

—¿Sucede algo? Si es que puedo saber, claro.

—Algo de trabajo, no me di cuenta de cuánto había pasado el tiempo. —encendió el auto y se dirigió a casa de Ino para recoger a los bebés. Llegó y fue recibido por ellos e Ino.

Ryuu y Haru abrazaron sus piernas con fuerza. —¡¡Papiiii!!

—Yo sé que les prometí llegar a la misma hora siempre, pero papi estuvo muy ocupado en el trabajo, pero ya estoy aquí. —los cargó en sus brazos y besó sus cabecitas.

—¡Te estanamos mucho! —dijo Haru con sus ojitos llorosos.

—También yo —los apretó un poco más contra él —. Ya nos vamos, ¿ya se despidieron de Ino?

—¡Nods vemosh, mami Ino! —se despidieron con sus manitas de ella.

—«Mami Ino...» —pensó enternecido Itachi.

—Nos vemos, Ryuu. Nos vemos, Haru; Señor Uchiha.

—Nos vemos. —subieron al auto y volvieron a casa. Al llegar, Itachi y los pequeños empezaron a buscar a Deidara, sin embargo, no lo encontraban por ningún lado. No fue hasta que Itachi escuchó cómo vomitaba en el baño cuando lo encontró.

—¿Itachi...? —preguntó con debilidad el rubio.

—Deidara —se acercó con rapidez a él y se hincó a su altura —, ¿cómo te sientes?

—Mareado, me duele la cabeza y he estado así al menos todo el día... ¿Por qué llegaste tan tarde hoy?

—Perdona, hoy estuve muy cerca de conseguirlo y me distraje. ¿Todo el día? Deidara, ¿por qué no me llamaste?

—No lo sé...

—No hay problema, vámonos, necesitas ir a un doctor.

—Mejoraré, no hay de qué preocuparse.