Capítulo XXIII -. Salvado

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—¡Sí! —exclamó Deidara al lograr cargar el arma.

—Bien, ahora encárgate de él.

Bajó el vidrio de nuevo y siguió disparándole a Obito. Estaba protegido por sus vidrios blindados, pero poco a poco empezaban a romperse más. El contrario bajó también su vidrio y esquivó la bala de Deidara, para después dispararle de vuelta.

Afortunadamente, Itachi aceleró y la bala no logró impactarlo. —Eso estuvo cerca...

«Está dispuesto a matarme, ¿por qué no me sorprende?» Sí... Ahora está de tu lado, ¿qué hacemos?

—... —miró por el espejo retrovisor y vio que, detrás del auto del enemigo, estaban los refuerzos que buscaban —. Escapar mientras podamos. —subió el vidrio de vuelta y frenó de golpe para cambiar de camino y perderlo.

Deidara apenas podía respirar, al igual que Itachi. No era su trabajo estar en ese tipo de lugares, así que había hecho lo que Shisui le había enseñado en caso de que pasara, cosa útil en ese caso.

—... —Deidara miró en silencio a Itachi mientras aún seguía con el pecho inflándose y desinflándosele con violencia.

—Aquí estaremos bien... llegamos a Kusa. Los refuerzos seguro ya lo encontraron. Seguro ya les informaron qué auto es, así que no hay mucho de qué preocuparse.

—Ah... está bien...

—Conozco un atajo, volveremos a Konoha dentro de poco. —bajó la velocidad.

—Itachi. —le llamó.

—¿Sí?

—Gracias...

—... Es todo un placer. He estado buscándote por todas partes desde hace mucho tiempo y por varias razones. Necesito hablar contigo, pero no creo que ahora sea el momento.

—Claro... ¿A qué parte de Konoha vamos?

—A la comisaría, necesito saber qué harán contigo ahora que te encontraron.

—¿Qué?

—Ya sabes, cosas como conseguirte un refugio o reportarte como encontrado. No tienes por qué preocuparte, ya estás seguro. —le brindó una cálida sonrisa.

—Bien —le devolvió la expresión. Por primera vez en mucho tiempo, un rayo de esperanza asomó en su corazón. Por fin escapó de Obito, por fin se encontraba con Itachi de nuevo y sólo tenía una cosa en mente: sus bebés —. Oye... ¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos, verdad?

—Sí, ¿algo en especial que te haga preguntar eso? —sabía a la perfección qué quería saber, pero primero quería jugar un poco figiendo no saberlo.

—Tú sabes qué es. —se cruzó de brazos con ligera molestia. Eran sus hijos, pero de igual forma le daba algo de pena ser el primero en preguntar. Aun así, no se quedaría con la duda.

—Tal vez, ¿y si mejor me das una pista o me dices?

—Hm... me refiero a ellos... mis hijos. —soltó.

Itachi rio un poco y suspiró para responder. —¿Lo ves? Era fácil. Pregúntame lo que quieras, queda mucho de camino a la comisaría.

—Y ni así vas a revisar tu brazo. ¿Cómo sigues como si nada?

—Aun puedo resistir, te dejaré allá y me iré, ¿bien? —seguía sosteniendo su herida con fuerza — No es tan grave, pudo ser peor.

—Ajá...

—¿Qué querías preguntarme?

—¿Qué tal han estado? Ayer fue su cumpleaños, ¿qué tan grandes son? ¿Puedo verlos...?

~ Destino ~ [ITADEI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora