Capítulo XXXVIII -. Tarde para arrepentirse

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—¿Fata mucho? —preguntó Haru al ver que el tiempo seguía pasando y no llegaban con su padre. Usualmente, el trayecto desde la casa de Ino hasta su casa era más corto —. Edstaño a papi.

—-Digamos que papi está ocupado ahora, yo me encargaré de ustedes.

—¿A dóde vamod?

—Es una sorpresa.

—¿Dóde?

—No puedo decirte.

—¿Po'qué?

—Porque es un secreto.

—Papi diche que los sequetos que no se pueden decid son mados.

—Pero claro que sí se puede, pero no ahora. Así funcionan las sorpresas bonitas.

—Quedo a papi.

—No está.

—Mami dijo que nods iba a llevag con éd.

—Pues aún no llegamos... —empezaba a hartarse de que el pequeño rubio no dejara de hablar, ¿esos eran los niños por los que Itachi tanto peleaba?

—¿Po' qué?

—¡'os a'tos van dápido! —exclamó Ryuu.

—Es que está un poco lejos.

—¿Cuá'do llegamod?

—Cuando estemos allá.

—¿Dóde?

—... —decidió ignorarlo. Sin embargo, el bebé no dejó de hablar, siendo seguido por su hermano.

—¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? ¿Dóde? —dijeron ambos al unisono.

—Ya. —dijo cortante, deteniendo el auto.

—¡Yey!

Izumi se bajó y cargó en sus brazos a los bebés, para después bajarlos al suelo y hacer que la sigan. La puerta principal de la casa en la que se pararon se abrió, por lo que, corrieron con torpeza a abrazar a quien la abrió. No le dieron mucha importancia a quién era, pensaron que era su padre. Ese hombre no era quien creían, no los esperaba en aquel lugar desconocido.

—Oh, hola, Ryuu. Hola, Haru. —correspondió.

—¿Tío Obi? —Haru levantó la cabeza para ver su rostro al reconocer su voz.

—Claro que sí, vengan acá.

—Mami dijo que 'tarímos co' papi. 

—Vendrá en un momento. Vamos a mi cuarto, les guardé algunos juguetes para que jueguen mientras llega.

—Bueno. —le sonrió.

Obito los llevó a ambos en brazos y los dejó sobre la cama junto a algunos peluches y juguetes nuevos. —Debo hablar un poco con su madre, ¿me esperan?

—No quedemos 'tar sodos... —le dijo Ryuu —. Pesé que mami che iba a queda'.

—Irá por papi, pero no se estresen. —acarició las cabezas de ambos y se fue de vuelta con la mujer.

La castaña estaba deshaciéndose en lágrimas. Ella sabía lo que pasaba, y la culpa que sentía le calaba en lo más profundo de su ser. Levantó la cabeza y vio que Obito se acercaba de nuevo.

—¿Por qué lloras? —le dijo el azabache de rostro serio. Era realmente notorio el cambio que había hecho entre cuando estaba con los niños y cuando estaba con Izumi.

~ Destino ~ [ITADEI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora