~ Destino ~ [ITADEI]

Capítulo XLIX -. Otra vida

Mientras tanto, aunque Itachi no lo esperara en lo absoluto, Naruto estaba más que enterado de algunas cosas.
Después de algunos días, había conseguido trabajo como doctor, gracias a su experiencia y su presencia en la tan codiciada bolsa de trabajo. El día anterior, iba a informárselo a su novio, pero Sasuke estaba tan ocupado que no pudo encontrar un buen momento.

Desgraciadamente, ese momento no podía ser mejor. Sabía que en cuanto abriera los ojos, sabría lo que pasaba. Cuando lo reconoció entrando por la sala de urgencias, sentía que su corazón iba a explotar, ¿qué estaba pasando?

—¿Sasuke...? —murmuró entre lágrimas.

—Sala 14, camilla 52, ¡síganos, doctor Uzumaki! —dijo uno de los que llevaban a toda prisa a Sasuke a una de las salas para atenderlo.

Habían pasado muchas más personas además de Sasuke, había sido un encuentro muy violento, pero ese en especial había acabado con su paciencia. Tomó un largo suspiro y siguió con su deber, el show debía continuar.

...

Corto fue el recorrido de Itachi, ya que al llegar a la recepción fue interrumpido.

—¿Usted es familiar de Shisui Uchiha? —le preguntó la recepcionista.

—Así es, por eso vengo a verlo.

—Su estado es muy delicado, tengo entendido que impactó su cerebro. Quizá mañana por la mañana esté listo para visitas por eso mismo. No sé cuánto vaya a demorar, ¿puede darme su número de teléfono para llamarle en caso de que pueda?

—Sí, claro.

La mujer le dio un pequeño trozo de papel y un bolígrafo, con el que anotó su número y se lo dio. —Muchas gracias. Puede retirarse si así gusta, ésto puede tomar incluso varias horas.

—Está bien... ¿Sabe de Sasuke Uchiha? Él es mi hermano, y tengo el ligero presentimiento de que está aquí, también fue herido de bala.

—Creo que está también en cirugía.

—¿Sabe si sigue con vida?

—Eso se decidirá cuando termine la cirugía. Si quiere, puedo llamarlo para mantenerlo informado de su estado también.

—«Significa que aún hay oportunidad, consideraron salvable su vida» Sí, por favor.

—Bien, ¿alguna otra duda?

—No, ninguna. Gracias.

—Es un placer. —le sonrió bajo su cubrebocas e Itachi se retiró.

Estaba realmente asustado, el futuro era tan incierto que debía estar preparado para recibir cualquier noticia. Volvió al auto y no le dirigió la palabra a su acompañante, estaba inmerso en sus pensamientos.

Al llegar a casa, tomó a sus bebés en sus brazos y los llevó hasta sus camas. Deidara lo seguía confundido, ¿qué era tan grave? Quería acercarse a saber, pero temía a una mala reacción de su parte.
Cuando terminó de arropar a sus bebés, se dirigió a él. Sin decir una palabra, lo tomó del brazo y lo llevó hacia su habitación.

El azabache se sentó en el borde de la cama y Deidara lo acompañó, sentándose a su lado. —¿Qué sucedió? —le preguntó con voz calma, sabiendo la delicadeza de su comportamiento.

—Están haciéndole una operación a Shisui, no pude visitarlo. Di mi número por si hay noticias al respecto.

—Enronces aún hay esperanza, hm. —golpeó juguetonamente su brazo con su codo para que lo mirase, ya que su vista estaba perdida en los alrededores de la habitación.