Aquel temido azabache logró escapar de la policía después de bastante tiempo.
Sentía impotencia al ver cómo su rubio se escapaba en manos de Itachi. Empezaba a odiar a ese último, antes del cumpleaños de los niños, no tenía ni idea que era él quien pensaba en frustrar sus planes.No temía ni un poco a que supiera quién es, pero algo sabía: con Deidara en su manos era seguro que iba a obtener respuestas. ¿Y si no lo hacía aún por miedo?
Era posible, pero bien conocía la valentía y atrevimiento de su amigo, aquellas características que le habían robado el corazón en primer lugar le iban a jugar en su contra.Quería tenerlo de nuevo, le frustraba que se haya escapado con Itachi y que además haya una muy alta probabilidad de que lo haya delatado. Quería gustarle, sin embargo, arruinó de forma terrible cada oportunidad que tuvo de tenerlo. El rubio era escurridizo y ya había logrado escapársele dos veces.
La impotencia lo envolvía, ¿cómo era posible? No sabía si Deidara era muy inteligente o él muy tonto. Apretó los puños con fuerza y se dirigió al baño, donde tiró lo que había en el lavabo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y veía su reflejo en el espejo. -Deidara... -cubrió su rostro con una mezcla indescriptible de emociones. Quizá tristeza, quizá rabia o enfado; todo al haberlo tenido tan cerca y lejos a la vez...
La obsesión que tenía con el rubio no podía controlarla, si eso seguía así, terminaría haciendo cosas más allá de lo que alguna vez fue. En ese momento, estaba simplemente escondido en una de sus montones de propiedades de emergencia, las cuales ya habían sido usadas varias.
Su cabeza empezaba a dolerle, sus fuertes emociones empezaban a tomar control de él mismo y simplemente se dedicó a imaginar a Deidara a su lado.
Sus mejillas se sonrojaron y en su mente podía imaginar que seguía ahí con él. -Obito, qué bueno que volviste a casa, ¿dónde estabas? -le sonrió.
-Yo... -su voz se detuvo, le fue difícil interactuar con él a pesar de ser plenamente consciente de que nada de lo que veía era real -. Salí a arreglar unos asuntos...
-Apuesto a que hablas del desgraciado de Itachi, él trató de alejarme de ti y me llevó lejos... -al mismo tiempo que los ojos del azabache, los suyos empezaron a llenarse de lágrimas.
Lo único que había conseguido con el amor platónico con Deidara era alejarlo, hacer que lo odiara. Ese sentimiento de posesividad había arruinado todo lo que alguna vez quiso con él. Sin esperar un momento más, su llanto se reanudó y cayó de rodillas al suelo, apoyando su cabeza en la pared. No podía creerlo, de todas las cosas que había vivido en su vida, nunca nada le había dolido tanto como el rubio. Lo quería, lo necesitaba tener para él.
Se levantó enfadado con su debilidad,¿por qué no tenía lo que quería?
Tomó su teléfono y llamó a Kakashi con enfado. Sabía que él sabría algo al estar en tanto contacto con Itachi y haberle dado tanta información.-¿Hola?
-Kakashi, ven ahora. Dime todo lo que sabes.
-¿De qué?
-¿Me crees idiota? -rio con sarcasmo -. Yo no contesté ninguna llamada tuya por la mañana, justo antes de que Deidara escapara... -soltó aquel detalle que había notado en el registro de llamadas.
-Debió haberse contestado por error.
-Entonces, ¿por qué me llamabas?
-Ya no importa, es una cosa pequeña que prefiero no decir en este momento.
-Estás empezando a enfadarme, sé sincero conmigo. -le reprendió en tono molesto.
-Sé dónde estás, puedo revelar tu ubicación e inventar una historia para victimizarme frente a eso. Al fin y al cabo, fui al miserable sirviente al que maltrataste a tu gusto.
ESTÁS LEYENDO
~ Destino ~ [ITADEI]
FanfictionUn embarazo no planeado es lo que inicia esta historia, más específicamente, en el vientre de Deidara Kamiruzu, quien espera con ansias a contarle a su marido. Lo que no sabe son las consecuencias y preocupaciones que ésto le provocará a su amado...