Anwen.

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_¿Cómo que la quieren matar? - Pregunta él dejando el vaso lentamente en la mesa.

_Algunos habitantes de Dark Fairyland están enterados de todo.

_No me jodas.

_¿Pero qué te creías que iba a pasar?

Adrián pone la mano derecha en la boca, está pensativo.

_El consejo preguntó quién se quería quedar con ella, y yo levanté la mano. Yo dije que me la quería quedar, que no se quejen ahora de nada.

_No se están quejando de tu elección, se están quejando por los seres del país.

_Pues que se callen, ellos no mandan en nada. Salvo en sus vidas, y yo no tengo por que dar explicaciones de la mía.

Adrián se levanta enfadado, tira la silla al suelo.

_¡Ten más respeto por tu casa! Nada de lo que hay aquí tiene la culpa de lo que pasa.

Adrián le mira con odio, coge la botella y bebe de ella.

_¡Suéltala! La botella no va a solucionar nada - Le dice quitándosela de un tirón.

Joseph la pone de nuevo en la mesa, se dirige a la silla y la pone en su sitio.

_¿Van a hacer reunión?

_Seguramente, tu prepárate.

_Perfecto - Dice yendo a la cocina de nuevo.

Joseph va también.

_Oye, la humana está despierta, y tiene hambre.

_Si, lo sé, le estoy preparando la cena.

_¿Le gustará la comida de Dark Fairyland?

_Y si no le gusta se jode, no hay otra cosa.

_Relájate.

_Lo intento, pero no puedo.

Anwen se incorpora, lo mira todo con extrañeza, le suenan las tripas. Se levanta mareada, se acerca a la ventana que tiene a la derecha. La abre y respira hondo, coge la silla que hay en el rincón y se sienta.

En la planta de abajo, Adrián y Joseph discuten.

_¡Solo estoy intentando que no la armes! - Dice Joseph.

_Y no lo voy a hacer.

Anwen baja apoyándose en la pared.

_¡Por fin bajas! - Dice Joseph enfadado, de brazos cruzados.

Ella no sabe que decir, está asustada. Le tiemblan las manos, Joseph se da cuenta, Adrián la mira de arriba a bajo.

_¿Tienes hambre verdad? - Le pregunta Adrián.

_Si.- Le responde casi sin voz.

_Ven, la cena está lista.

Ella baja despacio, con la cabeza agachada, Joseph se aparta a un lado.
Adrián pone la cena en la mesa, arrastra la silla y le indica con un gesto que se siente. Ella sin pronunciar palabra, lo hace, en mesa hay platos variados de comida. Manzanas de fresa con miel y chocolate, naranjas de menta, ensalada de azúcar, con coco, pera, tacos de queso y pomelo. Las primeras copas están llenas de vino de vino de mora, verbena y limón. Las segundas tienen agua de hielo plátano.

_Bueno, yo ya me voy - Dice Joseph.

_Adiós. - Dice Adrián.

Joseph se marcha, dejándolos solos.

_Puedes empezar cuando quieras.

Ella no sabe que decir, tampoco prueba bocado.

_No está envenenada.

Ella le mira un momento y agacha la cabeza.

_No temas a mirarme, no voy hacerte nada.

_¿Por qué estoy aquí? ¿Dónde están esos hombres que me han traído?

_Ellos eran traficantes de esclavos humanos, estás aquí por qué ellos te secuestraron.

_Has dicho eran. - Dice ella arrimándose a la mesa.

_Si, los he matado.

Anwen abre mucho los ojos al escuchar eso. Adrián coge una manzana y se da un mordisco, ella coge el tenedor que tiene a la derecha, y come de la ensalada.

_¿Por qué los has matado?

_Me apetecía.

Ella sigue comiendo, Adrián coge su copa y bebe.

_¿Qué eres?

_Que no, quien.

Ella aparta la mirada, coge la copa de agua y bebe.

_¿Cómo te llamas? - Le pregunta mirándola fijamente, frunciendo el ceño.

_Anwen.

_Anwen... Yo soy Adrián. - Le dice mirándola fijamente.

Coge la copa y bebe hasta vaciar la copa.

_¿Cuántos años tienes?

_Veinte, ¿tú qué edad tienes?

_Ciento cincuenta.

Anwen se sorprende.

_Esos hombres me dijeron que eran hadas. - Le dice cogiendo una manzana.

_Yo también - Le dice con frialdad.

Ella le mira fijamente, sin saber que decir, preguntándose si se trata de una broma. Pero recuerda el camino en el carro en el que estaba, y lo poco que veía. Ese paisaje no podía ser de una broma.

Adrián chequea los dedos, y ella deja de mirarle.

_¿Dónde estoy?

_¿Es que la pérdida de conocimiento te ha afectado a la memoria? Estás en el país Dark Fairyland.

_¿Entonces esto es real? ¿No estoy metida en un cuento? - Se pregunta.

_De estarlo estarías viviendo una mentira tras otra. - Le contesta.

_¿Puedes leerme la mente?

_Si, como muchas otras cosas.

_¿Qué más puedes hacer?

Adrián mira el plato de la ensalada, este se eleva y queda suspendido en el aire.
Anwen abre mucho los ojos, mira el plato y le mira a el.

_Se llama telequinesis.

_¡Es increíble!

_Gracias, lo sé.

_¿Por qué estoy aquí? - Le pregunta cogiendo la copa de vino.

_Has venido del mundo humano, y te he comprado. Eso significa que eres mía. - Le dice sonriendo con maldad.

_¡Yo no pertenezco a nadie! - Le dice alzando la voz.

_Ahora si.

_Quiero irme a casa.

_Ya estás en casa.

Él se levanta, va de nuevo a la cocina, Anwen se quita las lágrimas de las mejillas. Está asustada, mira hacia al fondo y ve la puerta, se levanta deprisa y corre hacia ella, desesperada, intenta abrirla. Adrián la ve, deja el plato que sostiene con las manos en la mesa, extiende la mano derecha y de su palma sale un círculo de energía de color negro. Sale disparado hacia ella, golpea la puerta con una fuerza intensa.
Ella se asusta, cuando quiere darse cuenta, está en el aire, poco a poco va hacia Adrián.

_Si quieres vivir, será mejor que te estés quieta. - Le dice mientras la coge del cuello.

Ella asiente a penas, Adrián la deja caer al suelo, y de nuevo va hacia la mesa.

_¿Por qué no me dejas ir?

_Como he dicho antes, eres mía. Eso te convierte en mi esclava.

DARK FAIRYLAND.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora