DARK FAIRYLAND.

Todo lugar tiene sus normas, pero incumplir las de Dark Fairyland puede tener consecuencias devastadoras.
Ningún dark fairy puede poner un pie en el mundo humano, nunca pueden cruzar el portal que los lleva hasta allí. No deben ponerse en contacto con ningún humano, a no ser que sean comprados como esclavos, por algún rey o reina. También está prohibido secuestrar, conspirar para torturar, y asesinar a un humano si pertenece a un rey, o reina. El humano deberá obedecer al dark fairy que le a comprado, jamás deben salir del lugar al que se le a asignado, sin el permiso de su amo.
Dark Fairyland es un país precioso, lleno de naturaleza, sin wifi, ni ninguna conexión al mundo humano.
Los padres de los dark fairy de sangre real, tienen tres castillos. El suyo para vivir, el de sus hijos y por último, el de las coronaciones y celebraciones.

En el castillo de Elijah, Joseph sube a la habitación de Shenne, ella, con los ojos entre abiertos, lo ve.

_¿Que quieres? - Pregunta medio dormida.

_Nada, me gusta verte dormir. - Responde el.

_Eres un psicópata.

_Piensa lo que quieras.

_Anda ven psicópata, no te quedes en la puerta.

El sonríe y acepta, se sienta al lado de ella, al filo de la cama. Shenne sonríe y le coge de la mano.

_¿Cómo has dormido? - Le pregunta nervioso.

_¿Qué más da? Todo sigue igual. - Responde sin ánimo.

_Oye, no tienes por qué estar así por alguien.

_¿Y tú qué sabes? No puedes saber lo que siento, así que no me digas eso.

_Es la verdad, no te lo mereces.

_¿Vas a estar mucho tiempo? Es que me has quitado el sueño y quiero vestirme.

Joseph la mira compasivo, Shenne le devuelve una mirada de enfado y le tira un cojín. Joseph lo para con la mano, poco a poco, se acerca a ella, Shenne se le levanta y lo empuja hacia atrás.

_¡Fuera! - Le grita ella.

_Está bien, yo me voy, pero tu reflexiona si es esto lo que quieres en tu vida. Hombres hay muchos, y estar dolida por no ser correspondida por uno, es una mierda, pero puedes elegir, puedes elegirte a ti.

Ella se queda de piedra ante esas palabras, que vienen del segundo mejor amigo de Adrián. Sin aliento, y sin saber que pensar, o decir, Shenne le señala la puerta, él le sonríe, hace una reverencia y se marcha cerrando la puerta con suavidad.

_¿Qué le has dicho a esta? - Pregunta Elijah, sorprendiendo a Joseph.

_Solo estábamos hablando.- Le responde nervioso.

_Ya, si os he estado oyendo.

_¿Entonces a que viene la pregunta? ¿También te jode que le hable?

_No, pero si me jode que tengas que ir a su habitación. Tienes todo un maldito castillo, ¿y eliges su cuarto? Tío somos amigos, pero ella es mi hermana, así que si te la vas a tirar, por lo menos que no me entere.- Le dice molesto, mientras se cruza de brazos.

_¿Soy yo o me estás diciendo entre líneas que no quieres que me acerque a ella?

_Acercarte puedes, pero ten mucho ojo con lo que le haces.

_¿ME ESTÁS AMENAZANDO? Mira Elijah, somos amigos, pero deberías quitarte eso de intentar ser su padre. Es una mujer, y si se quiere acostar con alguien, lo va a hacer, te enteres o no, es tu hermana coño, déjala vivir en paz.

_Exacto, tu lo has dicho, ¡MI HERMANA! Así que nadie más que yo sabe lo que le conviene.

_¿Y qué le conviene? ¿Estar controlada por su propio hermano? Tú, que te acuestas con todas sus amigas y con las tuyas, que vives sin dar explicaciones ni horario. Tú, el entrenador personal, el consejero de todos, tú no eres nadie para decirle a ella como debe vivir.