Fhengin rocía el hechizo de invisibilidad visual, mientras vuela en la oscuridad de la noche, Opcroux la acompaña mientras observa sus ojos de cristal, terminan y lentamente bajan al suelo. El resultado es increíble, ni siquiera se nota que la tierra se está muriendo.
_¿Que tal? ¿Cansada verdad?
_Un poco, he trabajado muchísimo.
_Vamos a Inwayno, necesitas descansar.
_Si.
Se marchan juntos, al llegar, ella va directa a su habitación. Se deja caer agotada, después de desnudarse y quedarse únicamente en bragas. Opcroux la observa, y entra.
_Fhengin, cuéntame que es lo que pasa.
_No me pasa nada, no te preocupes.
La mirada de ella es triste, al pestañar se me cae una lágrima y se limpia el ojo. Su pelo largo le tapa la espalda y el culo, las puntas le llegan al principio de los muslos. Su piel fina, tersa, rosada y perfecta hacen una escena erótica, con ella cómo modelo en esa cama tan fría.
_Sabes que puedes contarme lo que sea.
_Déjalo, estoy cansada.
Él se acerca a ella, coge una silla y se sienta en frente de ella.
_Fhengin, si no hablas, no puedes desahogarte. Y lo necesitas para estar bien.
_Estoy con la cabeza en otra parte, eso es todo.
_En el mundo humano, ¿verdad?
Ella le mira y bufa, se pone la mano en la cara. Acomoda la almohada y hunde la cabeza en ella.
_No deberías pensar en eso, tú decidiste dejarlo todo atrás.
_Y no me arrepiento.
_¿Entonces?
_Pienso en todo lo que he hecho para llegar hasta aquí, y pensé que lo cambiaría todo. Pero mírame, estoy sola, teniendo seres a mi lado, no puedo contar con la mayoría. Siempre soy la egoísta, la fuerte, la peligrosa, a la que nunca le afecta nada. Soy la diosa oscura, la reina del infierno, y sin embargo mis mejores amigos son la soledad y el silencio. Solo los cuervos me acompañan en este reinado de fuego y cenizas. Me convertí en uno de los seres más poderosos de Dark Fairyland, dejé mi humanidad, mi identidad, mi vida humana atrás. ¿Y todo para que? Para estar más sola que cuando era humana, eso es lo que me pasa, que creía que al dejar de ser frágil podría ser feliz. Pero estaba tan equivocada... Mírame Opcroux, soy hermosa, fuerte y valiente, una auténtica diosa, y sin embargo nada parece ser suficiente. El amor me sigue esquivo, llevo tanto tiempo con el corazón vacío que a veces se me olvida que tengo uno.
_Fhengin, ¿que le interesaba de ti al demonio?
_Mi corazón.
_¿Tú corazón?
_Si, es tan bueno, tan puro que...
_Lo deseaba para él.
_Me convirtió en su reina, ocupé su puesto.
_Pero no te quitó la soledad.
Ella se gira para no verle, el le pone la mano en el hombro, la piel de ella es fría como la porcelana. Él se marcha dejándola sola, cierra la puerta con cuidado.
Sshell entra, ella se tapa rápidamente al sorprenderse._¡¿Que haces tú aquí?! - Le pregunta clavándole la mirada y sujetando con fuerza las sábanas.
_Tranquila, que no voy a hacerte nada.
_Ni aunque quisieras lo conseguirías. ¿Que quieres?
_Deberías mejorar tu genio, diosa.
_Y tú la lengua, búho.
_Ya te gustaría.
_Más bien te gustaría a ti.
_Está claro que nos llevamos demasiado mal, pero sin embargo no nos queda otra que trabajar juntos.
_Pues si, en eso estamos de acuerdo.
_Hum - Dice sonriendo. - ¿Has pensado en lo que hablamos?
_Si, puede que tengas razón.
_¿Puede?
_Fhengin, tengo a mis búhos en constante vigilancia, no estoy equivocado.
_¿Pero por qué el consejo iba a traicionar a Adrián?
_No solo es a él, es a toda la realeza de Dark Fairyland desde que el consejo es consejo. Lo que me parece increíble, es que siendo tan desconfiada como eres, como es que no me crees.
_No es que no te crea Sshell, es que para lo que dices se necesitan pruebas, y tú no las tienes.
_Espera, ¿tu sospechas de ellos?
_Siempre, nunca me han gustado esa gente. Pero como te he dicho, necesitas pruebas.
_Uno de mis búhos está con ellos, estoy seguro.
_¿Pero como estás tan seguro Sshell?
_Te lo he dicho, tengo a mis búhos en vigilancia.
_Entonces eso quiere decir que ya tienes a alguien que da problemas.
_No exactamente, pero si he notado y me han informado de que hay alguien que está comportándose de manera extraña.
_¿Cómo de manera extraña?
_Se va muy a menudo de la corte sin informar, llega sigilosamente sin decir nada. Está en silencio siempre... Siento que se relaciona con sus compañeros solo para disimular su doble vida.
_¿Y por qué no le dices nada?
_Por que estoy esperando a que nuestras sospechas sean confirmadas. Así los tenemos y podremos llevarlos a juicio.
Ella tuerce el labio sin dejar de mirarlo.
_¿Estás conmigo?
_Está bien, si tan seguro estás de esto te ayudaré y si nuestras sospechas son ciertas, estaré a tu lado con lo del juicio.
_Gracias.
_De nada.
El se queda mirándola, mientras observa la belleza de ella. Es como si estuviera en trance, Fhengin le mira con seriedad, sin apartar la mirada de el.
_¿Vas a decirme que pasa, o vas a quedarte ahí mirándome como una estatua?
_¿Es que no vas a pedirme nada a cambio?
_Pues no, y si no tienes nada más que decir, por favor márchate. - Le dice agarrando mas fuerte la sábana.
_Pareces nerviosa, ¿ha pasado algo?
_No, es solo que me incomoda que alguien al que no aguanto esté en mi habitación estando yo desnuda.
_Está bien, ya me marcho.
_Gracias.
El asiente y sonríe, se marcha y ella suspira. Se deja caer y se duerme en seguida.
Sshell vuelve a la corte, Zawniet le espera sonriente, lleva un vestido corto de color blanco perlado, sus tacones de plataforma son de color negro._Amor mío, bienvenido a la corte. - Le dice inclinándose.
_Cielo, me inclino ante tu deslumbrante belleza.
Se besan apasionadamente, y se funden en un fuerte abrazo. Cuando terminan de saludar a los demás, corren a la habitación, con el único deseo de estar juntos. Sshell y ella se vuelven a besar, el le rompe el vestido, del placer ella le muerde el labio, él la tira a la cama, entre besos, arañazos, y tirones de pelo, las horas se convierten en días. Los gemidos de ella retumban por toda la habitación.
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DARK FAIRYLAND.
FantasySaga Eternal. Bienvenidos a Dark Fairyland, el único lugar donde los humanos no son bien recibidos, donde las hadas más oscuras viven. Habéis oído hablar del infierno, pero no os han contado el otro lado de los cuentos. Aquí vais a descubrir la verd...