LIATOTZA ~◇Traducción◇~

Capítulo 66: Descendencia.

Harry se desmayó. Francamente, estaba sorprendida de que hubiera durado tanto.

Hermione no tenía reflejos de un buscador ni la gran perspicacia para volar, pero se podía contar con ella para responder cuando fuera necesario. Desafortunadamente, su vientre con su estado de embarazo era una variable nueva y molesta que tenía que tenerse en cuenta cuando se trataba de situaciones incomodas. Como correr, por ejemplo. Se sentía desequilibrada debido a su centro de gravedad mucho más bajo, mientras estaba en esa actual maniobra hizo que Hermione prácticamente se deslizara por el suelo para atrapar a Harry, antes de que cayera sobre un gabinete de vidrio junto al escritorio abandonado de Madame Pince.

"Uff," gruñó, mientras juntos chocaban contra la pared de piedra. Gracias a Dios por los superpoderes del líquido amniótico para absorber ciertos impactos, pensó. Por supuesto, existía la posibilidad de que sus aventuras recientes le hubieran hecho daño al bebé, pero las patadas frecuentes y fuertes y la inquietud general del niño le indicaron que estaba bien. Por ahora, de todas maneras.

Harry no era un hombre grande, pero había pocas cosas tan inamovibles como una persona sin sentido. Hermione lo deslizo suavemente hasta el suelo antes de usar un Leviosa. Parecía tristemente más jovial y vulnerable mientras se balanceaba hacia ella. Ella estaba en posesión de su única varita, sin capacidad para Aparecerlos mientras todavía estaban dentro de las protecciones del Castillo. Tendrían que hacerlo en el campo de Quidditch, tal como ella y Draco habían hecho hace una vida. Era su responsabilidad reunirse con Draco y conseguirle a Harry la ayuda médica adecuada lo más rápido posible.

Había otras razones por las que un centro médico era su próximo destino más obvio.

Otro dolor punzante, y si tenía que ser honesta consigo misma, ya podría llamarlas por lo que eran,  contracciones, que la mantenían en seco. Hermione jadeó, sus ojos bien apretados. Ya no podía imaginarse como si fuera presionada por una cizalla. Ahora, se sentía como si una licuadora se hubiera encendido y estuviera batiendo sus entrañas. Los dolores ahora eran terribles y, supuso, mucho más intensos. Por supuesto que no tenía idea de qué esperar mientras lo esperaba, sin embargo, Hermione especuló que probablemente había estado en un trabajo de parto progresivo durante los últimos días. Cuando pasó la contracción más reciente, respiró temblorosamente y descubrió que necesitaba más concentración de lo habitual incluso para lanzar un simple Lumos. Su enfoque mágico estaba vacilando, y ahora parecía lo más apropiado al estar en un inoportuno trabajo de parto mientras pudiera hacerlo.

"¿Harry?" Miró su pálido rostro, deseando que se despertara y no la dejara sola en esta terrible situación. "Harry, ¿puedes oírme?"

Era inútil. Estaba inconsciente. Ella revisó su pulso. Era errático, pero fuerte. Estaba a punto de echar otro vistazo a su brazo herido cuando un ruido en el pasillo exterior la hizo congelarse.

"Nox", susurró rápidamente.

Las respiraciones de las  personas agonizantes a veces se denominan "vertiginosas". Hermione siempre había pensado que era extraño. Había estado cerca de heridos terminales y moribundos, y nunca había habido ningún ruido como ese. Por lo general, eran jadeos desesperados, gorgoteos o un ligero silbido con enfisema. Este ruido, sin embargo, encajaba perfectamente con algo oscuro y de otro tiempo. Era como si el aire estuviera siendo convocado desde profundidades infernales, en lugar de ser extraído de su entorno. Este no era el sonido de la vida. Era la misma muerte con piernas y ahora estaba parado a escasos metros de ella y Harry, en la oscuridad.