C: 69 - ES LINDO QUE LA TENGA

1.1K 109 13
                                    

Mansión Greengrass-

Ginny: Ya, ya, perdón por golpearte. -dije dándole palmadas en su espalda al rubio-

Ben: Me dolió. -dijo en un tono de puchero, con su cabeza aún escondida en mi cuello- En serio me dolió.

Ginny: No seas llorón. -reí divertida-

Ben: Perdón por tener sentimientos. -dijo dramático- Soy sensible, Ginevra. Perdón por mostrártelo.

-rodé los ojos divertida, entrelace mis dedos en su cabello y alcé su cabeza un poco para poder mirarlo fijamente.

Y cuando así lo hice, el chico me miró con unas pequeñas lágrimas en los ojos. Entonces entendí que no hablaba sobre el golpe que le di, sino que hablaba sobre su abuelo. Y mi corazón se partió en pedazos al verlo de esta forma, con los ojos rojos y llenos de lágrimas-

Ginny: Oh, pequeño. Ven aquí. -dije regresandolo a mi-

-Y entonces el chico se aferro a mi, y ahora si se soltó a llorar dando pequeños sollozos y respirando con dificultad-

Ginny: Ya, ya, él está en un lugar mejor. -dije acariciando su espalda- Te amaba Franklin, y estoy segura de que estaba orgulloso de ti, y que no querría verte así.

Ben: Hace años que no lo iba a ver, y ahora solo fui a Francia porque sabía que ya estaba débil. Me siento culpable de no pasar tanto tiempo con él... -dijo acomodando su cabeza en mi pecho y aferrándose más a mi- Lo extraño, y lo último que pude hacer fue despedirme.

Ginny: Y él lo agradeció. Así como agradeció ser tu abuelo, no es la última vez que lo vas a ver y lo sabes. Estará esperándote en el más allá cuando tu estés arrugado y con el cabello canoso. -sonreí imaginando a un Benjamín anciano- Así que creo que debes ser feliz y vivir tu vida mientras él te espera allá.

Ben: ¿En serio crees... que este del otro lado? -preguntó intentando controlar su respiración-

Ginny: Sin duda alguna. -sonreí, aunque él no me veía-

-Parecía estarse calmando y eso me ponía mucho mejor. Lo único que quería era que Benjamín estuviera consciente de que nada era su culpa, y que yo estaría aquí siempre para escucharlo y darle apoyo.

-Pasaron algunos minutos en silencio cuando de repente, empecé a sentir más pesado al chico y al girar un poco mi cabeza, lo vi dormido.

Sonreí con ternura al saber que se había dormido sin soltar su agarré de mi, sin mover su cabeza de mi pecho y sin salirse de encima mio. Empecé a acariciar su cabello rubio y grueso mientras que veía el techo blanco.

Solo entonces pude darme cuenta de su habitación. Muy grande y espaciosa, llena de pósters de quidditch, escobas colgadas en repisas de madera, banderines del equipo de Los Murciélagos de Ballycastle que era un equipo norirlandés.

Sonreí al ver toda su habitación llena de cosas de quidditch. Desde equipo de protección, uniforme de quidditch, bludger, quaffle y una pequeña snitch dorada que levitaba en una burbuja transparente sobre su mesita de noche, incluso un reloj en forma de campo de quidditch-

Ginny: Eres un nerd del quidditch, Benjamín Franklin Greengrass. -sonreí divertida-

-Y entonces, sin darme cuenta, quedé profundamente dormida. Debajo del rubio que dormía plácidamente y sin ninguna lágrima de dolor más-

-Habían pasado un par de horas, cuando dos rubias y una castaño oscuro, habían decidido entrar a la habitación de su hermano y primo favorito, al sentir su ausencia e incluso la de una pelirroja. Pero lo que encontraron apenas abrieron aquella puerta, fue algo que sin duda las dejó divertidas y con una enorme sonrisa en sus rostros-

CONSENTIRTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora