C: 67 - ODIO QUE SEA ASÍ

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La Madriguera-

-Cuatro días faltaban para regresar a Hogwarts y mi ansiedad me desesperaba. Franklin había dejado de contestar mis cartas hace una semana.

La verdad me sentía mal, pero me sentía triste al saber que no podía estar con él en estos momentos. Astoria y Daphne me habían mandado una carta diciendo que él era quien peor se la había pasado con la muerte del abuelo Greengrass.

Se la pasaba encerrado en el despacho de su abuelo o en su habitación y ni con su elfo doméstico se ponía a platicar. Las chicas dijeron que era sorprendente ver ese gran cambio de ánimo y que esperaban con ansias a que el rubio regresará a Londres para que pudiera ayudarlo.

Y la verdad, es que yo estaba igual a ellas. Quería con muchas fuerzas tenerlo aquí y apoyarlo, decirle que no estaba solo, que me dejara ayudarlo. Pero eso debía esperar unos días más, Benjamín volvería pasado mañana, un día antes de regresar a Hogwarts, y con las chicas había hecho un plan para ir a su mansión y pasar ese último día con él y estar solos sin problema o preocupación de Hogwarts-

Hermione: ¿Ya te mandó una carta? -preguntó parada debajo del marco de la puerta-

-Yo negué con un suspiro de tristeza y la castaña entro a mi habitación frustrada. También estaba enterada de todo y lo sentía mucho por las chicas y Benjamín, pero al igual que yo, no podía hacer nada más que esperar-

Hermione: Tranquila, en tres días lo veras.

Ginny: Lo sé, pero es frustrante estar hoy aquí sentada sin poder hacer nada mientras que el rubio esta en Francia llorando y sufriendo por la muerte de su abuelo en vez de caminar y disfrutar ese país.

Hermione: Lo sé, debe ser difícil para Benjamín. Se ha tomado muy enserio su papel de hombre de familia.

Ginny: Odio que sea así. -bufé- Cuándo lo vea le daré un buen golpe.

Hermione: Seguramente se sentirá mejor estando contigo y tu lindo carácter. -sonrió-

Ginny: ¿Qué quisiste decir con eso? -miré a mi mejor amiga con una ceja alzada-

Hermione: Que Benjamín te necesita. -sonrió- Busca maneras de aliviar y ayudar a una persona que ha sufrido un duelo de aquí en lo que se vuelven a ver. Así estarás informada y sabrás qué hacer cuando lo tengas frente a ti.

Ginny: Bien. -suspire rendida- La verdad es que eso es buena idea.

Hermione: Lo es. -sonrió-

Ginny: Tú eres una biblioteca andante, Hermione.

Hermione: ¿Gracias?

Ginny: Podrías ayudarme a conseguir libros que hablen de eso.

Hermione: Bueno, me gustaría ayudarte a ayudar a Benjamín. -asintió- También es un buen amigo mio, y no solo quiero ayudarlo a él, también a Astoria y a Daphne.

Ginny: Lo sé, pero con ellas siento que es más fácil expresarme y dar mi apoyo. Pero si hablamos del rubio. -rodé los ojos- No sé por qué es tan difícil.

Hermione: Yo si sé. -sonrió divertida-

Ginny: ¿Ah si? -pregunté sorprendida-

Hermione: Si. -se acercó a mi- Ginny, es obvio. -sonrió- Te gusta Benjamín. -rió bajo- Eso te causa miedos por creer que no serás suficiente para él.

Ginny: Literalmente no me siento suficiente para él, Hermione. -dije cabizbaja- No sé qué me vio ese tonto rubio. -me senté en mi cama- Solo mírame a mi, y después compara su lujosa vida de adinerado que tiene. Jamás podría darle algo tan valioso como lo que ya tiene. -suspire dolida-

-Hermione me miró con una sonrisa tierna, suspiro caminando hacía mi, y se sentó a mi lado-

Hermione: Eres una chica increíble, Ginny. Benjamín no se fijo en ti por lo valioso que puedas ofrecerle en el tema de dinero o algo así, él no es así.

Ginny: Pero no puedo darle nada que no tenga ya. -miré a mi mejor amiga-

Hermione: Quizá ese chico haya crecido lleno de lujos, Ginny. Pero lo que más le importa a Benjamín de ti, no es de donde vienes o cuanto dinero tengas. Lo único que quiere es que lo quieras y lo ames como él lo hace contigo, como tu puedes hacerlo. -sonrió- Eres increíble y Benjamín lo sabe.

Ginny: ¿En serio lo crees? -le sonreí intentando controlar mis lágrimas-

Hermione: Estoy muy segura de eso, Ginny. -sonrió asintiendo-

-mientras tanto, unas hermanas preocupadas por su único hermano, estaban frente a las puertas de la habitación de Benjamín, quien simplemente no podía ver a nadie, ni quería hacerlo. De cierta forma, debía pasar su duelo, y es justo lo que hacía en esos momentos-

Daphne: Por favor, Beni. Abre la puerta. -volvió a hablar desde el otro lado de la puerta-

Astoria: Solo queremos estar contigo. Nos preocupas. -dijo igual que mi melliza-

Ben: Solo déjenme en paz, chicas. Bajaré a comer después. -dije con pereza-

-Desde que llegamos a Londres, salir de mi habitación era algo difícil de hacer-

Leila: Vamos, Garrapata. Deja de ser dramático y sal de esa cueva, eres fuerte y no eres el único que perdió al abuelo.

-Y si, mi querida prima también tuvo permiso de venir a Londres. De hecho, fue transferida a Hogwarts y ahora iba a estudiar con nosotros en este nuevo año mientras mi tía, su madre, estaba en Francia con la demás familia Greengrass para distraerse con el tema del abuelo.

Era bueno para ella, y sano porque no estaría sola-

Leila: Garrapata...

Ben: Aléjate, insecto.

Leila: No me obligues a usar mi varita.

Ben: No me obligues a mandarte a Francia.

Daphne: Solo promete que comerás algo. -habló intentando calmar una posible pelea-

Ben: ¿Si lo hago me dejarán en paz?

Leila: Bueno...

Astoria: Lo prometemos.

Daphne: Promesa de hermanos. -se escuchó del otro lado de la puerta-

Leila: Yo no soy su herma...

Astoria: Leila, no.

Leila: Bien, promesa de... primos.

Ben: Bien, entonces prometido. -suspire rendido-

Daphne: Bien. Bajaré a la cocina dentro de tres horas. Si no veo un plato sucio tuyo, te las verás con mamá.

-Después de decir eso, escuche varios pasos alejarse hasta que todo volvió a ser silencioso.

Intuí que ya se habían ido y solo me dedique a seguir echado en mi cama, sin ánimos ni nada. Ya no podía llorar, por más que lo intente, parecía que ya se me habían acabado las lágrimas.

Solo esperaba a ir a Hogwarts pronto y ver a esa chica de cabello pelirrojo y ojos marrones tan increíbles que jamás he visto-.








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