C: 109 - BAJO EL CIELO ANARANJADO

458 58 42
                                    

Lago Negro.
Hogwarts-



—El aire fresco del atardecer acariciaba suavemente la orilla del Lago Negro, donde las aguas reflejaban los tonos dorados y naranjas del cielo.

Ben y Ginny estaban cómodamente acurrucados bajo una manta, tumbados sobre la hierba suave y cubierta de pequeñas flores silvestres. A su alrededor, el mundo parecía desvanecerse, dejando solo el murmullo de las hojas de los árboles y el suave sonido del agua golpeando las rocas.

Ben se giró para mirar a Ginny, quien tenía los ojos cerrados mientras disfrutaba del calor que irradiaban sus cuerpos. Su cabello pelirrojo brillaba a la luz del sol poniente, y Ben no pudo evitar sonreír al pensar en lo afortunado que era de tenerla a su lado, especialmente después de todo lo que habían pasado-

Ben: Sabes, siempre pensé que este lago tenía un toque mágico, pero ahora que estoy aquí contigo, estoy convencido de que es simplemente porque estás a mi lado. -le comentó el rubio, dejando caer un brazo sobre sus hombros-

-Ginny abrió un ojo, mirándolo con esa mezcla de diversión y escepticismo que tanto le encantaba-

Ginny: ¿Ah, sí? ¿Y qué crees que pasaría si estuvieras aquí con Puddlemere United? ¿El lago se volvería de color púrpura y se llenaría de ardillas bailarinas?

-Ben se echó a reír, disfrutando de la broma-

Ben: ¡No, no! Pero estoy seguro de que las ardillas estarían más interesadas en los gritos de Puddlemere en lugar de en mis habilidades como jugador!

-Ella se rió junto a él, un sonido que siempre le había parecido como la música más agradable.

Luego, Ginny se recostó sobre su brazo, mirando el cielo mientras las nubes se deslizaban suavemente por el horizonte-

Ginny: Es bueno tenerte de vuelta. De verdad. -confesó, su voz más suave. Un leve rayo de tristeza cruzó su rostro, pero rápidamente fue reemplazado por una sonrisa juguetona- Aunque aún me cuesta creer que me he enamorado del Príncipe Croacus.

-Ben fingió una mirada de horror, llevando una mano a su pecho en un gesto teatral-

Ben: ¡No digas eso! ¿Cómo me comparas con esa rana?

Ginny: Es que son parecidos. -respondió riendo- Además, ambos son iguales. Son príncipes y...

Ben: ¿Así que crees que soy un príncipe? -la miró divertido-

Ginny: Por Merlín. -rodó los ojos- Eres una rana, no te creas importante, Greengrass.

Ben: No, no, ahora te aguantas. -sonrió victorioso- Además, ahora que lo veo así, no esta tan mal la comparación.

Ginny: Nunca debí decirte eso. -le sonrió divertida-

Ben: Él tenía grandes aspiraciones, Ginny. ¿Acaso no ves que su vida estaba destinada a ser mucho más que solo saltar de charco en charco?

Ginny: Sí, claro. Príncipe Croacus, el príncipe de las ranas. -replicó, riendo mientras se giraba hacia él, sus ojos brillantes con diversión- A veces me pregunto cómo te las arreglaste para enamorarme de esta forma, mi príncipe rana.

Ben: Es un secreto muy bien guardado. Pero me parece que este tipo de comentarios pesados siempre fue parte del trato. -le respondió él, y la chica lo miró con complicidad-

Ginny: Creí que las ranas no tenían secretos. -lo miró divertida-

Ben: Sigues con eso, Ginevra. -la miró sonriendo- No soy una rana, mucho menos un prín...

CONSENTIRTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora