HERMANO POR INTERCAMBIO ( I - II Parte)

Apuesta

Me levanto de la cama tan rápido como puedo. Si no me apresuro en llegar al baño, de seguro me orino en los pantalones del pijama.

Me prometo a mi misma ir al baño antes de dormirme.

Abro la puerta y me encuentro con Tyler completamente desnudo. ¡Dios!

Cubro mi rostro con ambas manos luego de gritar. Me giro con rapidez dándola la espalda al chico.

-¿Acaso has visto algo desconocido?.- Pregunta Tyler.

-De hecho, es desconocido porque he visto mejores.- Digo sin darme vuelta aún.

-No lo retes, puede hacer que te ahogues con tus propias palabras.

-¡¿Qué?!.- Me giro quedándo de frente a él.

Tyler sonríe triunfante.

-Nada. No repito dos veces, muñeca.

Acomoda la toalla en su cadera y sale del baño dejándome como una idiota.

¿Realmente escuché bien?

Vuelvo a mi habitación con la intención de poder retomar el sueño, pero no. He manchado las sábanas.

Cambio las sábanas y bajo al primer piso para dejar las sucias en el cuarto de lavado.

Antes de llegar al cuarto, Abbie me detiene en la cocina.

-¿Están sucias?.- Asiento con la cabeza.- Pero si las cambié ayer.

-Hum... sí.- Sonrío nerviosa.

-¿Con qué las ensució, señorita?

Abbie, no. Aquí no, por favor.

Maldigo en voz baja. Tyler está tomando desayuno y no quiero decir el motivo si él está presente en nuestra conversación.

-Permítame ver.- Me arrebata las sábanas y encuentra la singuñar manchita.- Oh, es sangre.- Sonríe.- Sé con qué sacar esa mancha. Cuando era pequeña también acostumbraba a manchar con mi período.

Tyler ríe a carcajadas. Siento el calor correr por mis mejillas y quisiera que la tierra me tragara en este mismísimo momento.

Abbie desaparece del comedor luego de una mirada de "compórtate" al idiota.

-No llevas ni siquiera un mes acá y ¿Ya marcas territorio?.- Logra decir entre su risa que aún no para.

Está rojo y con los ojos cristalizados de tanto reír.

-Pareces una perrita en celo.

-¿Me acabas de llamar perra?.- Digo furiosa.

-¿Estás sorda o qué?

-¡Te lo ganaste!

Tomo la mantequilla de la mesa para aventarla en su cara.

¡Tiro perfecto!

Ha caído en su rostro.

-¿Qué mierda te pasa?.- Dice fastidiado.

-¡Cariño!.- Lo regaña Rebecca que viene entrando al comedor.- ¿Qué acabas de decir? No te hemos enseñado ese tipo de palabras, bebé.

¿Bebé? Aguanto la risa al oír su tierno apodo.

-Lo siento, mamá.- Tyler baja la cabeza.

-Voy a la peluquería.- Besa la mejilla de Tyler y luego la mía.- Nos vemos luego.

Toma su cartera junto a las llaves del auto y camina fuera de la casa con sus enormes tacos que resuenan por donde sea que pase.

-Si no fueras una chica, te juro que te habría golpeado hace tiempo.

-¿Crees tú?

No puedo evitar reír al momento de ver el contorno de su ojo izquierdo, hinchado con un leve color morado debido al golpe.

-El color morado en tu ojo te hace lucir más idiota de lo normal.

Su expresión cambia por completo. Se levanta de su asiento y corre a mirarse al enorme espejo del pasillo.

-¡Maldita sea!.- Dice furioso.

Me acerco a él. En cierto modo me siento mal y culpable por dañarlo, pero se lo merecía por burlarse de mí y llamarme perra.

-Lo sien...

-Ya está.- Me interrumpe.- Déjalo ahí. Hoy haré una fiesta y tú me acabas de dejar el ojo morado.

Lo había olvidado por completo. Lleva una semana planeando la fiesta de hoy, vendrán demasiados invitados y claro, ya todos hablan de "la gran fiesta de Tyler Feldman".

Me encerraré en mi cuarto si los amigos del idiota son igual de desagradables que él. Aunque lo haré de todos modos, no quiero arriesgarme a que me deje en ridículo en frente de todos mis futuros compañeros de cuso.

-No estás invitada a la fiesta, te lo digo desde ahora.- Me mira fastidiado.

-No necesito tu jodida invitación para participar.

-No saldrás de tu habitación. Te lo prohíbo.

-¿Quién te crees que eres para decime lo que debo hacer?.- Enarco una ceja y me cruzo de brazos.- Le hablaré a todos tus amigos solo por fastidiarte. Prepárate.

-No te atreverías.- Dice confiado.

-¿Me estás desafiando?

-Sí.

-Apostemos.- Sonrío.

-Bien. El que pierda debe hacer todo lo que el ganador pida.

-Acepto.

Estiro el brazo para finalizar con un apretón de mano que Tyler responde.

-Recuerda que cierro los tratos con un beso.- Dice sin soltar mi mano.

-Conmigo olvida esa condición.- Sonrío y suelto su mano.

Muero de vergüenza con solo pensar el que tendré que ser el centro de atención de sus amigos y, solo para ganar la jodida apuesta. Aunque es muy tentador ganarla.

Tyler será mi sirviente por un día. Me encargaré de ganar para conseguirlo.

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