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El sueño había podido más que el deseo de estar de pie, me desperté por el dolor que sentía mi cuerpo, me di cuenta que aún seguía en la sala sobre el sofá, el lugar estaba oscuro y lo único que lo iluminaba era la luz de la luna que entraba por la ventana. Era la media noche y no sabía que hacer, William había desaparecido y ni siquiera me indicó donde iba a dormir, eso me molestó pero no podía replicar nada, yo no tenía derecho a nada.
Escuché un ruido, era la perilla de la puerta que indicaba que alguien iba a entrar, entré en pánico y estaba a punto de gritar cuando lo vi a él, William entró con un maletín en sus manos, al verme se congeló por un momento en el mismo lugar, tenía un rostro cansado, era obvio que lo estaría ya era demasiado tarde.
— ¿Que estás haciendo aquí? — cuestionó mientras caminaba a mi.
— Bueno yo... me quedé dormida — estaba tartamudeando y totalmente nerviosa por como me miraba.
No dijo nada, dejó su maletín sobre una mesa y subió aquellas escaleras a grandes zancadas, me quedé como tonta pensando en que tendría que dormir en la sala, de todas formas no me importó.
Respiré hondo y volví a sentarme, cuando escuché que alguien me habló.— Vamos te llevaré a tu habitación — era la voz de la misma chica que me había ignorado por completo.
Me levanté de nuevo y lo que vi, por poco hace que caiga al piso, estaba en pijama, era transparente y no podía creer que haya salido así, y peor aún que William la haya visto de esa manera, al menos podría haberse cubierto un poco, aunque se veía realmente sensual pero descarada.
Subí las escaleras con ella, llegamos hasta una habitación dónde ella abrió la puerta, adentro estaba muy limpio, olía bastante bien y la cama era enorme.
Me di la vuelta para agradecerle pero ella ya se había ido, lo único que quería era dormir estaba agotada. Quité mis zapatos y dejé caer mi adolorido cuerpo sobre aquella cama que para mi era el cielo, no supe en que momento cerré mis ojos y dormí como una bebé.
[...]
Durante la mañana del día jueves, estiré mi cuerpo para desentumirlo, sacudí mi cabeza levemente al darme cuenta que, no estaba en la habitación de la cocina como de costumbre; era todo totalmente nuevo para mi y la verdad es que, no sabía como sentirme, William era un hombre tan misterioso, hablaba poco, casi nunca sonreía, no me atrevía a preguntarle que tipo de negocios había hecho con mi padre para que él me llevara hasta esa mansión.
Caminé hasta el baño y encendí la ducha, dejé caer el vestido al piso, y después me metí a la regadera; sentí el agua tibia correr por todo mi cuerpo esta era la primera vez, siempre me había duchado con agua fría ya que mi ducha jamás funcionaba, esa parte me agradó, habían todo tipo de gel para el cabello, los usé y sentí vida en él. Después de terminar esa deliciosa ducha salí y ahora me encontraba con un gran problema; no tenía que ponerme, me maldije a mi misma por no haber tomado si quiera un vestido viejo de los pocos que tenía. Respiré hondo.
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La elección de amar
RomanceSofía Jhonson, es intercambiada por uno de los hombres más poderosos y fríos del mundo, o es lo que todos dicen. De un arreglo de ambas familias surgirá el amor. Los Garner y los Jhonson, unen a esta pareja destinada, en sagrado matrimonio, Sofí...