Mi corazón se destrozó una vez más al verlo irse, quería correr tras él pero, donde quedaba mi dignidad, además el fue claro la última vez.
- Lo siento, no me imaginé encontrarlo aquí - se disculpó Marcus.
- Descuida, ya no importa - respondí casi al borde del llanto.
- Si no te sientes cómoda podemos irnos ya.
Asentí en respuesta y lo seguí.
Iba hecha un zombi sin saber que hacer, arrepentida de no haberlo seguido y explicarle las cosas. Bianca y Miguel seguían bailando y no quise interrumpir así que salimos los dos solos.
En mi cabeza rondaban muchas cosas, en tan solo dos días era mi viaje. William había regresado a la ciudad, no sabía si había descubierto lo que su padre le dejó, si estaba tratando de salvar la empresa. Me dolía el alma el saber que no creyó nada de lo que le dije, que prefirió escucharle a alguien que ya le había mentido una vez, pero ya no importaba nada, tenía que aceptar la realidad.
Durante el camino, los dos no dijimos nada hasta llegar a mi departamento.
- Gracias Marcus, nos vemos el lunes - dije antes de salir.
- Disculpa por lo de hace rato, no quiero que me mal entiendas, es solo qué estoy pasando por un mal momento y... necesitaba a alguien que me escuchara es todo - su confesión me agarró por sorpresa, y sonaba sincero.
- Que no vuelva a pasar Marcus, tu eres mi jefe y pasaremos mucho tiempo juntos; nuestra relación es estrictamente profesional.
- Lo sé, perdóname otra vez. William es mi amigo yo... sería una escoria si pongo los ojos en su mujer.
- Ya no soy su mujer, pero tampoco puedo tener algo contigo. Pero ya dime, ¿Que es eso que te tiene así? Si necesitas hablar puedo escucharte. Si quieres podemos subir y hablar.
Él sonrió.
- No, no quiero que tengas problemas por mi culpa no otra vez. Lo que sucede es que hace unos meses me divorcié, ahora estoy peleando la patria potestad de mi hijo y eso me tiene, muy mal.
- No me imaginé que estuvieras casado y mucho menos que tuvieras un hijo, en verdad lo lamento Marcus - tomé su mano para tranquilizarlo.
- Nadie lo sabía, me casé con ella por un arreglo entre familias y pues, en una noche loca pasada de tragos, la embaracé. Ella no lo quería, le supliqué que dejara que mi hijo creciera en su vientre y después se largara, que le daría lo que ella quisiera.
- ¿Y lo hizo?
- Ella dió a luz, y ni siquiera vió al bebé. Me lo entregó y le di lo que quería; después nos divorciamos. El bebé acaba de cumplir un año, y ahora viene disque porque le despertó el instinto de madre, se lo quiere llevar y yo sin mi hijo no podría vivir.
- ¡¡Que clase de mujer es!! No te preocupes, si tu lo has cuidado bien no tienes nada que temer, ya verás que se hará justicia.
- Espero que si, de hecho el viaje lo haremos después del juicio, más oh menos dentro de quince días.
- Primero arregla esto, trabajamos aquí hasta que tu hijo esté contigo, no te preocupes, ¿Está bien?
- Te lo agradezco, eres una buena chica. Es hora de descansar, mañana tenemos nuevos clientes y esos te tocan a ti. Sé que es sábado pero el trabajo no espera.
- Gracias por confiar en mi, nos vemos mañana.
Subí a mi departamento, todavía estaba impresionada con la noticia de Marcus, no me imaginé que estuviese pasando por esa situación tan dura.
Por otro lado, no podía sacarme a William de la cabeza y el saber que me vió en una situación incómoda con Marcus, me tenía preocupada aunque él y yo ya no teníamos nada, no podía evitarlo.
**
El fin de semana se pasó muy rápido, en la oficina me la pasaba sola ya que Marcus estaba ocupado con el asunto de su hijo.
Miguel, por fin encontró un buen trabajo y me sentía feliz por él. También me enteré que le gusta Bianca y la verdad ya me lo veía venir, en tan solo dos días la vida de ellos dos cambió, la mía seguía igual de miserable desde que me alejé de William o más bien, él me obligó.
Pensando en eso, mi teléfono sonó en una llamada y era Bianca como si leyese mi pensamiento.
- Hola Bian, estaba pensando en ti.
- Eso es bueno, ¿Qué haces?
- Pensando, ¿Cómo van las cosas con mi hermano?
- Fluyendo - respondió.
Me reí.
- Eres mala, se supone que eres mi amiga y no me lo dijiste.
- Lo siento pero me hizo prometerle, Miguel quiere ganarse tu confianza y aunque todavía no lo creas, es un gran hombre, al principio fue solo un beso y se disculpó al hacerlo. Es una gran persona.
- Hablas de él con un tono de cursilería en tu voz - volví a reírme y caí sobre la silla - sé que Miguel es diferente a mi familia así que descuida. Sé feliz tonta.
- Y bueno pero no te llamaba para eso, quiero decirte algo importante se trata de William.
Siempre que escuchaba su nombre mi corazón se volvía loco.
- ¿Qué pasó?
- Bueno, anoche vino a la villa y estaba muy molesto, Sheyla salió esposada por la policía y el antiguo amigo de William también, Oscar al parecer ellos estaban haciendo fraude en la empresa.
- Eso ya lo sabía, a lo mejor hizo caso a mis palabras y vino por eso.
- Bueno si, pero también se pasó la noche entera en el jardín contemplando una rosa, no sé Sofía creo que William se volverá loco por el dolor.
- A lo mejor estaba reflexionando, déjalo es su modo de ser.
- Porque no vienes, toda la mañana ha pasado en su habitación me preocupa que pueda pensar en alguna estupidez.
La verdad es que, a mi también me preocupaba, pero ya no tenía nada que ver con él.
- No puedo, estoy trabajando además él fue muy claro conmigo la última vez, no quiere verme.
- Sofía no puedo creer que en verdad pienses eso, William es así no ruega a nadie, toda su vida ha sufrido, él no sabe demostrar sus sentimientos por que ha sufrido mucho, él te necesita Sofía no lo abandones ahora. Por que crees que vino a la ciudad, por que crees que nos siguió hasta el bar, porque quiere verte, quiere estar contigo y no encuentra las palabras para decírtelo, él te ama y eso es lo único que importa.
- Ni siquiera me escuchó, traté de explicarle todo y no me dió la oportunidad de hacerlo, eso me dolió Bianca, no confió en mi y la verdad es que ya hice suficiente por él, necesito enfocarme en mi. William encontrará alguien que lo entienda y que lo ame, que lo saque de esa oscuridad de donde no quiere salir.
- Ese alguien eres tú, está bien esa es tu decisión no insistiré más, te quiero hablamos luego.
Colgué el teléfono viéndolo con impotencia, las palabras de Bianca me dejaron en que pensar y sin saber que hacer.
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La elección de amar
RomanceSofía Jhonson, es intercambiada por uno de los hombres más poderosos y fríos del mundo, o es lo que todos dicen. De un arreglo de ambas familias surgirá el amor. Los Garner y los Jhonson, unen a esta pareja destinada, en sagrado matrimonio, Sofí...