Capítulo 37

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[Un mes más tarde]

La relación entre William y yo, había floresido más rápido de lo que pensé, aún no lo habíamos hecho saber al público ni mucho menos a su familia pero, estábamos bien así, sin presiones.

En algunas ocasiones llegábamos juntos al trabajo, nos veían extraño pero nadie se atrevía a preguntar algo, por su bien, Carolina quería matarme, la relación entre Oscar y William también cambió, aún no sabía que pasaba entre ellos dos pero ambos ni siquiera se saludaban y eso era algo cruel.

En las reuniones tratábamos de ser lo más formales posibles, en unos días me había ganado el respeto de todos en la empresa y eso me tenía más que feliz... aunque había algo que no me dejaba tranquila, y era, la conversación que había tenido con el señor Alexander, siempre que traté de hablar con William sobre él, cambiaba de tema bruscamente y la verdad, ya no sabía que hacer.

La última reunión que tuvimos del mes, donde dábamos cuentas de todo, terminó tres horas después y era agotante. Hablaba con los demás ejecutivos mientras que William cerraba una llamada.

- Señorita Sofia, necesito que venga a mi oficina ahora, necesito hacer algo con usted - dijo William a mi lado.

La forma en como me trataba frente a los demás me causaba tanta gracia, esa formalidad en la que mencionaba mi nombre... ese respecto que ambos nos teníamos, sin embargo, cuando estábamos solos, se nos olvidaba todo eso.

- Iré ahora mismo señor - respondí de la misma manera.

Me despedí de los amables hombres y me dirigí hasta su oficina, él me esperaba como de costumbre... de espaldas, mirando la bella ciudad de Dallas.

- Ya estoy aquí - aclaré mi garganta.

- ¿Qué tanto hablabas con el señor Barner? - preguntó sin darse la vuelta.

- ¿Por que preguntas eso?

- Contéstame, Sofía - esta vez, me miró por encima de su hombro por unos segundos, después caminó hacia mi con paso lento.

- Nada importante, cosas de la empresa - respondí.

Su mirada intensa sobre mi, me estaba poniendo nerviosa.

Después de mi silencio y ver como evitaba verlo, sonrió para después tomar mi mano.

- Está bien... te llamé para decirte algo importante, ven - guiándome hasta su escritorio, hizo que me sentara en su regazo, ya me había acostumbrado a ello.

- Siempre haces esto.

- ¿No te gusta? - cuestionó.

Sus manos se habían vuelto inquietas sobre mis piernas.

- Si, pero estamos en tu oficina no quiero que pase lo de la otra vez.

Me miró con desdén, después vió la puerta y antes de que pudiera reaccionar, me levantó en sus brazos dejándome sobre el escritorio.

- ¿¡Qué estás haciendo?! - exclamé.

- Espera un momento.

Cerró la puerta con llave sonriendo como lo hacía siempre, esa sonrisa la tenía grabada en mi mente; desde que él y yo estábamos juntos, siempre mostró una sonrisa ante mi, William estaba empezando a cambiar y me ponía tan feliz saber que yo era la causante de esa felicidad.

Sus manos eran ágiles en cuanto a quitarme la ropa se trataba, mi vestido estaba hasta mi cintura y ambos nos volvimos locos por el deseo.

- Estás... loco - dije entres risas.

- Es posible que lo esté - respondió mientras devoraba mi cuello - Me encanta estar contigo, Sofía.

Mi nombre se escuchaba muy bien cuando salía de su boca, podía escuchar pasos muy cerca de la puerta... William cubrió mi boca mientras entraba en mi fuerza, nuestros cuerpos eran fuego cuando estábamos juntos.

Mi respiración se había acelerado, arañé su espalda y traté de no gritar... estábamos en lo mejor cuando su teléfono sonó.

- ¡William! Contesta el teléfono.

- Como se te ocurre que voy a responder en este momento... Sofía no puedo parar - su pecho subía y bajaba.

- Puede... ser importante.

- ¿En serio quieres que pare?

- No! Que tal si es algo....

- Ya está bien... ¡Ufff!

*¿Ahora que pasa? - contestó el teléfono mientras jugaba con mis senos, por poco y grito en ese momento.

*Señor, la reunión empezará en cinco minutos.

*Posponla diez más, estoy en algo importante.

Después de eso, colgó el teléfono. Quedé adivinando que había pasado.

- Tenemos diez minutos, así que date prisa.

- ¿Queee..? ¡Tampoco lo hagas con tanta brusquedad!...

Puede que el pasado de William haya dejado secuelas muy fuertes pero, en verdad trataba de hacer que confiara en mi, habían muchas cosas que necesitaba saber de el... como, el supuesto hijo que tenía.

Después de nuestro pequeña sesión sexual, acabamos agotados, la oficina era un completo desastre y ni hablar de mi cabello.

- Debemos recoger este desastre - dije tratando de acomodar mi vestido.

William no dejaba de verme con una sonrisa demasiado sexi y travieso.

- ¿Y ahora que? - pregunté, su mirada me ponía nerviosa.

- Te ves muy sexi así con el cabello desordenado.

Negué con la cabeza y recogí mi cabello, me daba vergüenza salir y saber lo que hicimos sobre ese escritorio, tal vez nos pudieron escuchar... era algo muy incómodo.

- Será mejor que salga de aquí, alguien puede sospechar.

- Te preocupa más el que dirán, que estar juntos, ¿Verdad?.

- No claro que no pero...

- Vamos, que tengo una reunión importante exactamente en un minuto.

Antes de salir arrebató mis labios en un beso fuerte, amaba que hiciera eso.

- Es usted una verdadera delicia señorita Sofía.

Aclaró su garganta y abrió la puerta, después salimos no si antes cerrar con llave, la oficina estaba un poco... desordenada.

- Señor presidente, tendrá lo que me pidió inmediatamente después de la reunión - traté de verme formal.

- Está bien señorita, hasta entonces.

Ambos tomamos caminos diferentes, yo hacia mi oficina y él, hacia la sala de reuniones.

Me causaba gracia la forma en como nos comportábamos en público, éramos muy formales para que nadie sospechara nada, sin embargo tarde o temprano todo el mundo tendría que darse cuenta de lo que estaba pasando, los sentimientos no pueden ocultarse siempre y más los míos hacia él.

William se había convertido en mi razón de querer salir adelante... quería complacerlo a él antes que a mi misma.

La elección de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora