La vida es sueño. (CENSURA)

Capítulo treinta y nueve

Veía el día llegar sin haber dormido, el gato ahora buscaba su compañía golpeando su cabeza contra su rostro húmedo. Ceniza parecía reaccionar ante su tristeza por alguna razón, Tweek lo abrazó y lo acarició por muchas horas durante las noches.

Se sentía mareado cada vez que se sentaba o le daba alimento a Ceniza. No había sentido apetito, por lo que no comió durante los primeros tres días después del divorcio, se estaba debilitando rápidamente.

Se despertó tirado en el piso de su cocina, le dolía la cabeza por el golpe que recibió al desmayarse por primera vez. El gato estaba maullando al lado suyo mientras le ronroneaba, Tweek se sentó con dificultad y apoyó su espalda contra la fría heladera.

No había levantado las cortinas, el lugar apenas tenía un poco de iluminación del día. Logró pararse luego de media hora intentando tomar fuerzas para no volver a desplomarse.

Se sentía tan hundido en la tristeza. El recuerdo de Craig dolía, ya no había recibido ningún mensaje después de aquel día.

Ya había terminado todo. Y no se encontraba bien.

Se obligó a poner comida en su boca, pero la masticaba y la sensación se volvía insoportable. No podía tragar nada además de agua.

No usó la moto por miedo de algún accidente, tomó un taxi para ir hacia un consultorio de salud mental que encontró en internet. Había sacado el turno por mensaje, lo pidió urgente y solo tuvo que ir. Había ido a un psicólogo una vez en su vida, cuando era niño, nada tan grave como ahora.

Se sintió nervioso, pero todo decían que era importante ir y leyó que a muchas personas le había ayudado el simple hecho de hablar sobre lo que le ocurría. Le dijo más cosas de lo que había creído que diría, lloró a mares, la mujer alfa le dio el tiempo suficiente para llorar y calmarse.

Le sugirió hacer una rutina simple en su día a día, cosas cotidianas como abrir las cortinas, limpiar su casa o jugar con Ceniza. Le dijo que por su seguridad no saliera de casa, pero que hiciera lo posible por sentirse libre en su encierro.

Luego de una llamada le pidió que fuera a hablar con otro doctor del mismo consultorio, Tweek no lo comprendió al inicio, debió volver a hablar de nuevo todo lo que le ocurría, el divorcio, Craig y su acosador.

Y aunque quisiera dejarlo atrás, no podía mentir que el abuso seguía doliéndole a pesar de los años.

Ese nuevo médico le recetó un medicamento para dormir, un medicamento que también lo ayudaría a sentir hambre.

Durante la primera semana había dormido mucho, tardó en comenzar a acostumbrarse a los efectos de esas pastillas. Con el paso de los días comenzaba a despertar en un mejor horario, desayunaba y luego revisaba sus redes en busca de ideas.

Pronto comenzó a hacer directos de nuevo, no eran demasiado largos, pero había un grupo de personas que lo invitaban a probar juegos nuevos que lanzaba el mercado. Nunca sintió que los otros streamer fueran sinceros, a excepción de Francis, eran personas que conocía de hace mucho, pero solo cuando alcanzó una cifra superior a treinta mil espectadores fijos comenzaron a hablarle como si fueran amigos de siempre.

Todos tenía un humor similar al suyo, se complementaban para jugar e insultarse uno a otros sin que nadie llegara a ofenderse en realidad.

Lann ha donado 10 dólares: aquí te va mi sueldo de la semana... Pronto fanart para ti *giño* *giño*

—Gracias por la donación, Lann. ¡Ya deseo verlo! —Tweek sonrió, pronto debía hacer un directo en el que viera los fanarts que hacían sus seguidores.