Capítulo treinta y cinco

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Bebió café muy lentamente, era bueno y había sido preparado hábilmente. Dejó la taza en la mesa y observó por la ventana a las personas que caminaban por la vereda, era muy temprano en la mañana. Apenas estaba aclarando el cielo.

Token sostenía su celular, lo vio tomando captura del chat y del perfil de la persona que le había dicho. Al principio el alfa había creído que se trataba de su paranoia, pero solo le bastó ver el video que había sido grabado por la cámara de la empresa de Craig.

El color del cabello coincidía, al igual que la contextura física. Pero del rostro no había un registro claro.

Lo que había alertado a Token había sido el acoso de aquella persona, si no se trataba de la misma persona que atacó a Craig de todos modos debía vigilarlo por su seguridad.

—Recibí este anillo, sospecho que es de esa misma persona.

Token agarró la caja, la observó detenidamente y luego leyó la carta. Lo colocó en una bolsa plástica para guardarla en su morral.

—La caja posee el nombre de una joyería de la ciudad, quizás podamos conseguir su nombre real. Suelen dar garantías con estas joyas de oro, es probable que hayan tenido que registrarlo.

Tweek le sonrió, era alentador saber que había una posibilidad de resguardarse de aquel desconocido.

—Ten cuidado si le dices sobre esto a alguien, podrían hacer algo impulsivo y arruinar la investigación —dijo. —Evítalo si puedes.

¿Qué posibilidad había de que atacara a Francis? No solía salir mucho de casa a menos que fuera por trabajo, siempre usaba auto para andar en la calle.

La persona parecía estar lo suficientemente obsesionada con él como para no poner su dirección en Twitter, o publicar las fotos que le había enviado. Tweek sabía que no tenía volver a salir del edificio de noche y menos solo, mientras hubiera claridad dudaba que fuera acercarse.

Pero debía estar muy atento a su entorno.

Si le decía a Francis que estaba en peligro podría tomárselo con calma, pero si le decía que era él quien estaba siendo acosado estaba seguro de que estaría desesperado por protegerlo de alguna forma.

Le agradeció a Token y volvió a su departamento.

Ceniza levantó a penas la cabeza cuando lo escuchó entrar, luego volvió a echarse sobre la silla para continuar durmiendo. Tweek se sintió un poco dolido ante su indiferencia, se acercó de todos modos a acariciarlo y este maulló para que lo dejara en paz.

Por lo menos ya no le gruñía ni tampoco lanzaba zarpazos como el primer día en que lo trajo. Simplemente lo ignoraba mientras no tuviera hambre.

Estuvo días pensando y dándole vueltas al mismo asunto, le era difícil tragarse el orgullo para irle a hacer un pedido a Craig luego de haberle hablado del divorcio y de haberlo tratado mal. Pensó en miles de formas de cómo pedirle la casa de su abuela de vuelta, incluso si la ponía como condición del divorcio le daba más razones para no aceptarlo.

Fue a su empresa, pero le dijeron que Craig había dejado un aviso de que no iría en los próximos días, que podía hablar con el vicedirector de la compañía. Tweek se sintió extrañado, no había ninguna razón para que no fuera.

Recordó cuando le dijo que no podía quedarse con él porque el trabajo se le acumulaba. Solo eran excusas para evitarlo.

Fue a su casa, Bebe le abrió la puerta sin comprender por qué había golpeado en vez de haber entrado directamente. Tweek no se sentía en confianza como para solo entrar allí, esa ya no era su casa.

La vida es sueño. (CENSURA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora