La vida es sueño. (CENSURA)

Capítulo cuarenta y uno

Ocupó su mente en encontrar la ropa perfecta para la ocasión, era un cumpleaños infantil, pero también iba a ver a su exesposo allí. Tenía que verse mejor que nunca, sintió vergüenza de pedirle ayuda a Pete para que le aconsejara.

Y aunque tenía todo listo, siguió sintiéndose inseguro. ¿Se vería lo suficientemente bien?

El rostro de Craig se veía tan suave, tan tranquilo. Se veía tan diferente, como si el niño que conocía finalmente hiciera adulto.

Su respiración se detuvo cuando vio la notificación con su nombre, después de tantos meses Craig le había vuelto a escribir. Sin embargo, se sintió decepcionado cuando vio que solo era una imagen que simulaba a una tarjeta de invitación para el cumpleaños de Tricia.

Allí estaba la dirección y la hora. El alfa no había dicho ningún hola.

Tweek tomó valentía para enviarle un "¡Gracias!", Craig miró el mensaje como si el chat hubiera estado abierto. Lo vio escribiendo por algún tiempo, pero al final le envió un pulgar levantado.

No supo cómo interpretarlo, ¿quería que no le hablara? ¿O simplemente quería dejar en claro que lo leyó? Volvió a teclear sin pensarlo, sabía exactamente como acercarse a él.

No había salido de su casa solo en mucho tiempo, no había vuelto a usar la moto. Aún tenía un poco miedo de encontrarse a alguien que pudiera hacerle daño cuando intentara salir. Lo dudó por algún rato, pero le escribió a Craig.

"¿Crees que puedan venir a buscarme?" Lo envió sintiéndose nervioso. Si le contestaba un simple "no" entonces luego no habría manera de que lo mirara a la cara. Aunque también le iba a dejar en claro que no planeaba volver a acercarse a él.

Había hecho algo estúpido, pero necesitaba señales claras.

Recibió un simple "sí" de su parte, Tweek ya no se atrevió a enviar ningún mensaje.

...

Se había sentido impaciente, despertó temprano en la mañana y encargó algunos pasteles para el desayuno. No importaba lo que tuviera que hacer, debía verse mejor que nunca. Pero ¿por él o por Craig?

Quizás le estaba dando mucha importancia al asunto, ni siquiera sabía qué quería lograr tratando de impresionar a alguien como Craig.

Tocaron el timbre, Tweek se apresuró a abrir el portón para recibir el pedido. Mientras el beta estaba pasado el pago, hubo un movimiento en la vereda frente a su casa que le llamó la atención. Había visto a alguien meterse detrás de un auto estacionado.

Tweek fingió no haber visto nada, sabía muy bien de quién se trataba. Esa mañana había vuelto a recibir una foto del frente de su casa. Volvió adentro, miró los pastelitos con cremas por alrededor de cinco minutos, su cuerpo apenas era capaz de reaccionar.

Estaba cansado de sentir miedo, de no poder salir con normalidad de su casa.

Sus manos temblaron cuando tomó un pequeño cuchillo de la cocina y lo escondió dentro de la manga de su suéter. Estaba aterrado, pero ya no quería aguantar aquella tortura.

Caminó rápidamente donde el hombre se estaba ocultando, el alfa se sorprendió de su repentino acercamiento, atinó a correr, pero luego solo bajó la mirada.

Parecía tímido y hasta avergonzado, no parecía para nada el alfa violento y peligroso que había estado esperando todo este tiempo. Incluso su postura corporal denotaba una gran sumisión a pesar de su gran tamaño.

Lo observó con dureza por un largo tiempo, el hombre no se había atrevido a decir ninguna palabra ni tampoco a mirarlo. Su rostro estaba enrojecido, parecía a punto de llorar por la situación.