Capítulo veintidós

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Durante la noche, sintió muy calor y frío, estuvo removiéndose incómodamente en su cama mientras dormitaba. No recordaba haber tenido ningún sueño extraño, pero la humedad entre sus piernas lo delataba.

Se despertó a causa de la gran excitación que sentía, ¿estaba en celo? No, aún faltaba mucho para su ciclo. Quizás la causa había sido la estimulación que recibió en el último tiempo, era como si su sexualidad se hubiera despertado con una gran hambre.

Necesitaba calmarse.

Salió de la ducha sintiéndose renovado, era temprano y se sentía de un excelente humor. Preparó el café de siempre y se sentó frente a un exquisito pastel de frutos rojos y merengue.

Tenía dinero, más dinero del que había creído posible. Podía darse el lujo de comprar una cafetera como la que Craig tenía en su casa, luego de ver el precio reconsideró su pensamiento inicial. Al final compró una más económica, pero de la misma marca. ¿Qué más necesitaba para ser feliz?

Abrió una página de juguetería, vivía completamente solo, claro que podía tener el descaro de conseguir algunos juguetes. Ni siquiera comprendía cómo había vivido durante tiempo sin uno, se lo había perdido por continuar recordando el video.

Qué estupidez.

Era un completo inexperto en ello, habían de muchas formas, tamaños y con ciertas particularidades en su manera de funcionar. ¿Cuál sería la medida correcta? La única experiencia cercana había sido Craig, ese tamaño debía estar bien, o quizás algo más pequeño.

En la secundaria, Craig siempre le decía la medida de su pene mientras lo miraba de forma presumida y algo coqueta. "Mira lo que te pierdes, cariño. Veinte centímetros, ¡veinte!" "Si no puedes abrir la boca para comer correctamente esa hamburguesa, ¿qué vas a hacer con mis veinte centímetros?".

Sintió algo de vergüenza al recordar los comentarios del alfa respecto a su pene de ocho centímetros, luego de burlarse le preguntaba descaradamente si lo podía ver y solía hacer gestos obscenos con su boca, sobre todo cuando tomaban helado o comían algún dulce pequeño.

Tweek rió suavemente, extrañaba profundamente a ese tonto.

Buscó esa medida en la página, y luego revisó otros tipos de juguetes para agregar al carro.

Su puerta comenzó a ser golpeada de pronto, eran golpes apresurados y muy fuertes. Tweek sintió miedo de si quiera acercarse, continuó usando su celular en completo silencio con la esperanza de que esa persona se fuera pronto.

—¡Tweek! ¡Tweek! Ábreme ahora mismo.

Era la voz de Pete. Tweek corrió a la puerta y abrió sintiéndose preocupado, pensó en ver su rostro asustado, pero en cambio tenía una gran sonrisa. Había una extraña y eufórica felicidad en él, creyó haberlo visto dando unos pequeños saltitos.

—Twitter —apenas podía abrir la boca. —Te vas a morir, ¡abre Twitter! No lo aguanto, Craig... Mira el perfil de Craig.

Sintió sus dedos temblorosos al volver a tomar el celular en sus manos para buscar lo que dijo Pete, no sabía qué esperarse ya que era extraña la actitud del beta. Por primera vez vio que el azabache había publicado un texto medianamente largo.

"No estoy en una relación, ya por algún tiempo. La persona con la que me relacionan tiene problemas, le tengo un gran aprecio ya que estuvo en un momento difícil de mi vida. Intenté entenderlo, ayudarlo a superar todo de la forma más sana, pero se volvió en mi contra y las agresiones ya son insostenibles para mí." más abajo agregó "De esta manera me desligo completamente de las acciones que esta persona podría llegar a tomar."

La vida es sueño. (CENSURA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora