La vida es sueño. (CENSURA)

Capítulo cuarenta y dos

Su mente pensó en miles de posibilidades en cuestión de segundos. ¿Solo le rompieron la ventana? ¿Alguien entró? La alarma no había sonado, eso significaba que no había nadie en el pasillo, quizás el culpable estaba en el patio y solo se trataba de una forma de hacerlo salir de allí.

Tomó su celular y llamó de inmediato a emergencia, no sabía que debía hacer exactamente. La puerta de su habitación estaba cerrada, por suerte sus gatos estaban con él. La voz a través del parlante habló, Tweek de inmediato dio su dirección.

—Creo que hay alguien intentando entrar a mi casa, rompieron un vidrio —susurró.

—¿Puedes darme una descripción de la persona?

Tweek se asombró de su pregunta, ¿cómo se supone que vería a la persona si no estaba dentro? La mujer volvió a repetir la pregunta luego de explicarle. Comenzó a perder la paciencia, parecía estar tomándole el pelo, ¿acaso creía que se trataba de una broma?

Cortó la llamada luego de insistir en dar su dirección, no sabía si el acosador se había molestado por verlo llegar en el auto de Craig. No parecía ser una persona muy estable, ¿por qué había confiado en su palabra?

Sus dedos se habían vuelto torpes al manejar el celular, buscó con dificultad el número de Craig. Cada segundo que pasaba era eterno, fue peor cuando comenzó a sonar el tono.

—Craig, tengo miedo. Creo que hay alguien en mi casa —comenzó a decir de forma apresurada. —Craig, ayúdame. Ven aquí por favor.

Su corazón parecía a punto de estallar cuando escuchó que las alarmas se disparaban. En ese caso, definitivamente había alguien dentro. Dejó caer el celular para correr hacia la ventana, se lastimó los dedos tratando de abrir el cerrojo oxidado de los marcos.

Comenzó a golpearlo con toda su fuerza cuando escuchó el chirrido de la puerta abriéndose. Estaba allí, esa persona estaba viéndolo desde la oscuridad.

Sus gatos comenzaron a gruñir. ¿Cómo podría protegerlos? Las lágrimas comenzaron a brotar cuando supo que era inútil tratar de escapar por la ventana, debía hacer lo posible por esquivar a esa persona.

—Vas a pagar todo lo que me hiciste —le dijo esa persona, fue cuando Tweek por fin logró identificar de quién se trataba. —Y Craig se va a arrepentir de todo su desprecio hacia mí.

Se quedó en la esquina, su vida dependía de sus reflejos. Thomas estaba acercándose lentamente mientras sostenía algo en su mano, esperó el momento perfecto para lanzar una patada para derribarlo.

Sintió un gran dolor en su pierna, Thomas había clavado el cuchillo en su muslo antes de que lo alcanzara con el golpe.

Tweek jadeó por el dolor, no necesitaba ver para saber que se trataba de una herida profunda. Pero no había tiempo para quedarse, Thomas aún tenía el cuchillo en su poder.

Corrió, corrió lo más rápido posible llevando a los gatos. Esto los rasguñaron por temor, Tweek se obligó a soportar todo el dolor. Abrió la puerta en contratiempo, los pasos del beta estaban detrás suyo.

Allí no tuvo más opción que soltar a Ceniza y a Maki para que corrieran.

Gritó con fuerza por ayuda, mientras corría cojeando. La sangre bajaba por su pierna, la ropa mojada se le pagada a la piel. Sintió que sus esperanzas de escapar desaparecían cuando supo que el portón aún tenía llave.

¿Por cuánto tiempo podría correr en ese estado?

¿Moriría allí?

No había podido rehacer completamente su vida, no había logrado completar sus deseos, sus sueños. Sus pasos comenzaron a ser lentos, ya no tenía tanta energía para esquivar y dejar atrás a Thomas.