Capitulo 25: Los hermanos Miller y la tutoría con Noé

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Puse una alarma para levantarme temprano, aunque la tutoría con Noé sería en la tarde. Había quedado con Leimar, una amiga que conocí en Brasil hace unos dos años. El día de la fiesta me enteré de que estaba en Nueva York, así que hablé con ella y acordamos encontrarnos para comer algo y para ver y comprar cosas "innecesarias" para nosotras.

Mi adorable perrita Ehdas lame mi rostro para asegurarse de que estoy completamente despierta. Me siento de golpe para despertarme más rápido, estrujando mi ojo mientras bostezo. Juego un poco con Ehdas antes de levantarme de la cama.

Después de bañarme, elijo un top corto negro de mangas largas ajustado junto con unos pantalones oversize del mismo color. Complemento mi atuendo con una pequeña cartera rosa y llevo el cabello recogido en una coleta.



 Complemento mi atuendo con una pequeña cartera rosa y llevo el cabello recogido en una coleta

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Lerimar lleva puesto un abrigo de lana rojo un poco suelto. En cuanto a los pantalones, lleva unos jeans negros con rotos en las rodillas.

La saludo emocionada al verla, me encantan sus ojos verdes intensos con pequeños destellos de miel o avellana.

—Lelê, deja de mirarme los ojos. Que los tuyos también son hermosos me encanta ese gris

—Cuando dejes de llamarme Lelê. Siento que dañas mi nombre. Y sobre mis ojos no los puedo ver así que me aguantas.

—Léo, ¿así está mejor?

—Sí, aunque prefiero el inglés. Es un avance —digo con una sonrisa de labios cerrados.

Lerimar no habla inglés con fluidez, por lo que principalmente nos comunicamos en portugués.

—¿Teñiste tu cabello? —pregunto mientras tomo un mechón castaño que lleva suelto.

Una sonrisa se escapa de sus labios y trata de ocultarla. Levanto una ceja y la miro directamente a los ojos.

—Es mi color natural.

—Sin ofender, te quedaba mejor el negro. Parecías más... grosera, más mala.

Ambas reímos por la estupidez que dije y caminamos hacia unos bancos. Lerimar tiene un tono de piel muy claro y, a veces, parece ser muy seria, aunque en realidad no lo es.

Entra una llamada en mi móvil, es Noé. Me disculpo con Lerimar y contesto la llamada.

—Hola, Reynira. Creo que te estoy viendo —lo que Noé dice me desconcentra un poco y comienzo a mirar a mi alrededor—. ¿Eres tú la chica de pantalones negros y el pelo recogido?

—Sí, soy yo.—Digo frunciendo el ceño—. Pero yo no te veo.

Volteo a ver nuevamente y ahora sí lo veo. Él está saludándome con la mano y sonriendo. Pero para mi desgracia, no está solo, está con su hermano y caminan hacia donde estoy con Lerimar.

Suspiro internamente mientras los hermanos Miller se acercan. Finjo una sonrisa y cuando Noé llega a donde estoy, me detengo y lo saludo, tratando de ignorar a su hermano, lo cual no me resulta difícil ya que él comienza una llamada.

Que esto sea un "secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora