Capítulo 34

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Leonor

«Leonor, aléjate»

Aprieto los labios para que no pueda seguir besándome, él continúa incluso cuando pongo mis manos en su pecho.

Mi móvil suena y agradezco el descuido de Noah al oírlo sonar.

Salgo de sus brazos casi corriendo para buscar el móvil en mi bolso. Cojo la llamada sentándome en una silla. Noah se me queda mirando fijamente cruzándose de brazos.

—Leo, sabemos que nos dijiste que no te interrumpiéramos...

«Si supieran de la que me han salvado Mandy y Jess».

—Esta bien, dime, ¿qué pasa?

—Intentamos llamarte antes, es para decirte que hay una foto..., tuya y del chico Noah besándose en el callejón de esta mañana.

—Si..., eso ya lo sabía. Lerimar me había dicho, incluso Matt.—Hago una breve pausa, decir su nombre me cuesta. fijo mi vista a Noé quien está llenando el examen. —Hablamos de eso cuando vuelva.

Cierro la llamada para volver a ver a Noah; deja caer los brazos a sus costados antes de acercarse a mi y dejarme acorralada en la silla, trago en seco.

—Noé, ojos puestos en el examen.—Dice con los ojos puestos sobre mí y voz firme.

—¿Qué haces?—Pregunto con dificultad.

—Lo has preguntado muchas veces, deberías saber la respuesta.

—No, aléjate —Digo en voz baja. Aún soy consciente de que Noé está ahí tomando un examen que yo misma preparé mientras hablaba con mi madre.—No me vas a besar, no de nuevo.

Lo veo acortando más la distancia entre nosotros y mi primer reflejo es taparme la boca con las manos, pareceré muy patética y todo pero ya estuvo bueno de que él me bese.

—Terminé.—La voz de Noé suena como un ángel caído para mi. Por otro lado veo que a Noah no le agrado la interrupción. 

Aprovecho otro descuido de Noah cuando voltea a ver a su hermano. Me paro lo más rápido que pueda de la silla e incluso lo empujo un poco de lado. Acomodo un poco de mi cabello detrás de mi oreja mirando el examen de Noé, lo ha terminado en tan solo quince minutos.

—Si no te molesta lo revisaré ahora mismo, todavía nos queda una hora y cuarenta y cinco minutos.

**

Noah

Veo a Leonor corregir el examen que le dio al idiota de mi hermano no hace tanto. Tocan la puerta para luego entrar Olivia, me levanto y voy hacia ella.

—Señor Noah.—Comienza a hablar.

—Noah, está bien si me llamas Noah. —La interrumpo.—¿Cuántas  veces te lo voy a tener que decir? 

—Esta bien, Noah. Discúlpeme la interrupción pero es que la señorita Saeri se encuentra y lo está buscando.

Asiento con la cabeza dejando salir un suspiro, esta mujer ya me tiene cansado. Ha venido varias veces desde que llegue a New York.

Que esto sea un "secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora