Que esto sea un "secreto"

Capítulo 41

Leonor

—¿Qué? No, no, no. Eso no me lo habías dicho.

Hablo negando con la cabeza ¿y si está bromeando?

—Ya lo sabes. Te paso a buscar hoy en la noche. Es más, nos vamos juntos del aeropuerto.

—Pero, ¿por qué?

—Porque lo digo y punto, si quieres competir tendrás que hacerlo.

—Esa no es una respuesta valida para mi.—Respondo a la defensiva.

—Para mi lo es. ¿Quieres competir?—Asiento con la cabeza sin dudarlo— Tienes que hacerlo.

—Okey,—pienso a toda velocidad— pero responde a mi pregunta correctamente— Hago énfasis.

Se encoje de brazos mientras se aleja de espalda.—Te paso a buscar en un par de horas.

Da media vuelta y continúa caminando con los brazos en los bolsillos delanteros de su pantalón. Entro nuevamente a la oficina de Noé, miro el reloj notando que ya ha acabado mi tutoría con él.

—Noé, ya ha acabado la tutoría. Nos vemos el martes.

—¿El martes?

—Sí. Mañana no te daré tutoría ya que yo me quedo aquí por la competencia de la cual te hable, pero regresare a California el martes en la mañana. Eso sí, las tutorías que no te podré dar esta semana te las daré el siguiente finde, no dejare que te quedes sin esas dos tutorías.

Termino de hablar agarrando mi bolso. Me despido de Noé dando media vuelta. Al salir de la casa Miller dirijo mi vista al coche de Luke, el cual ya me esta esperando en la entrada. Camino hasta el tomando mi móvil y llamando a las gemelas.

Hace un rato les había dicho que se pusieran a hacer sus maletas ya que ellas sí regresarán a California, mi padre me confirmo unos minutos después de yo haber hablado con Noah.

—Espero y ya tengan sus maletas listas.—Digo agarrando la puerta del coche.

—Sí, ya están listas, pero ¿por qué no nos podemos quedar contigo?

—Noah—suelto un suspiro dejando de agarrar la puerta del coche. Jess me interrumpe.

—Ya, okey, lo hubieras dicho antes.—Deja salir un chillido que ocasiona que aleje el móvil de mi oído.

Ahora si me monto en el coche, que inmediato comienza a avanzar.

—Hablamos en la casa.

Nos despedimos, guardo mi móvil en el bolso mientras recuesto mi cabeza de la ventana.

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—Adiós chicas, nos vemos el martes—, estamos en el aeropuerto despidiéndonos.

—Suerte en tu competencia—. Habla Mandy abrazándome.

Ambas ya se están dirigiendo al avión.

—Ya que se han ido...—siento los brazos brazos de Noah en mi cintura y su voz ronca cerca de mi oído.

Intento alejarme de él, cosa que no me pone fácil
Continúa agarrándome y, para mi mala suerte, su perfume huele tan bien que es un manjar para mi nariz.

—Noah, aléjate.— Hablo después de un rato.

Por fin me hace caso. Mientras se aleja pasa una de sus manos por su pelo.

—Vamos a tu pent-house por tus cosas.

—¿Hablabas en serio?

—Claro, reina. Siempre hablo en serio.