—Aguarda, necesito ir al baño antes de irnos
La niña asintió y se mantuvo en una pared alejada de su madre.
Se la habían pasado toda la tarde estudiando en su recámara con la puerta abierta, porque a su madre no le hacía gracia su amistad y fue una gran tentación tenerla a su lado y percibir su perfumito de vainilla. Realizaron la tarea de química encima del tapete y no pudieron ponerle un alto a las miraditas de nervios y cariño.
En cado extremo de la mesita se coqueteaban mutuamente.
Apenas le echó seguro a la puerta del baño, metió la manita en su sostén blanco y sacó su chapstick de entre sus senos crecidos. El bálsamo labial estaba tibio por el calor que había recibido de su piel y se embarró los labios, se pasó la barra dos veces por la circunferencia de su boquita y finalizó con un ¡pop! Revisó que no tuviera el rimel corrido y se aseguró de tener buen aliento.
—Te quiero aquí en media hora -le amenazó su madre desde el sillón de la sala-.
Caminaron hacia la puerta del apartamento y después recorrieron el pasillo y llegaron al elevador, se aseguraron de que nada se les olvidara y entraron. Ambas niñas seguían con el uniforme del colegio. Eun-Ji dobló dos veces la parte superior de su falda para hacerla más corta y Akemi, volvió a bajar el resorte de su pants hasta la cadera y se echó la chamarra deportiva a los hombros.
Una tenía la pinta de "my melody" y la otra, gritaba "kuromi."
—Aún hay luz de día, vamos un rato a los columpios -propuso la niña de pecas, la otra se aferró a las correas de su mochila negra y le asintió-.
Eun-Ji vivía en una zona departamental no muy lejos del instituto, sus padres la habían criado respetando todos los estereotipos coreanos, inculcando esas cosas ilusas que se esperaban de la mujer perfecta. Se maquillaba para resaltar sus rasgos femeninos y su padre no podía estar más orgulloso de su hija, apostaba que en un futuro tendría prospectos de un buen matrimonio para elegir.
El año pasado había salido con un muchacho de bachillerato, pero nada formal.
Kato Akemi y Eun-Ji, se habían conocido en sexto grado cuando eran apenas unas niñas, las dos eran bonitas a pesar de que el acné amenazaba con llamar a su puerta, se habían conocido en los baños del colegio. Akemi había encontrado a Eun-Ji llorando en uno de los cubículos por su menarca, no se lo imaginaba y la sangre marrón sobre sus bragas casi la hace desmayar.
Pero en ese tiempo, a Akemi le daba pavor acercarse a cualquier niña.
Tenían personalidades completamente opuestas, desde el tipo de cabello, hasta los tenis que usaban. Kato nunca se pasaba un peine y Eun-Ji escogía cuidadosamente el moño que se pondría en sus colitas. Ahora, Akemi usaba ropa entallada para disfrazar su realidad y Eun-Ji, comenzaba a fantasear con las canciones que su mejor amiga le había enseñado.
Fue una noche de verano que se vieron en los juegos, Eun-Ji llevaba su teléfono y Kato tecleó a su cantante favorita de la adolescencia. La canción se reprodujo y el sonido viajo desde la bocina del celular y se encerró en el tobogán naranja, en donde las niñas se escondían. Luego de aquella noche, Eun-Ji comenzó a textear a su mejor amiga por messenger.
El corazón de Eun-Ji se aceleraba cuando Kato escribía.
No era la primera vez que sucedía. Cuando realizaban el speaking de inglés y la maestra las colocaba juntas, Eun-Ji se percataba de que Kato no dejaba de mirarle la boca y que cuando iban juntas al baño, no despega sus ojos del reflejo de sus pecas en el espejo. En séptimo se les hizo la costumbre de compartir el mismo cilindro y nunca hubo problema.
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Mi pequeña acosadora | JJK (+15)
Fanfiction¿Besarte está mal? A pesar de tu edad me atraes. Kim Suni es una niña que se enamora del mejor amigo de su hermano, el cual la llevará de la mano en su pubertad y adolescencia sin tener en cuenta la diferencia de edad. ¿Buena o mala influencia? Jeon...