18.Bobby pin indiscreto

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Fue su crush desde kínder, ahora era su crush de secundaria.

En el jardín de niños, él sentía curiosidad por ella, como cualquier niño chiquito que notaba a las nenas gritonas de moños coloridos. Le daban muchas ganas de acercarse a ella, y la única manera de lograrlo, era jalarla de sus colitas de cabellos, robarle sus crayolas y no prestarle el columpio en la hora de recreo.

Los seres vivos no cambian, únicamente evolucionan.

Kim Suni, seguía siendo su crush. Pero ahora, se formaba detrás de ella en la fila para que les firmaran la tarea, la acompañaba al bus escolar, se quedaba en detención con ella y le miraba las bragas por la faldita escolar. Inclusive, tuvo la grandiosa idea de averiguar su disfraz para el festival de verano, e ir como Romeo. Solo por ella, porque le gustaba.

Claro que le daba pena, pero eran más sus ganas de que lo notara.

El año pasado, cuando decidió jugársela por ella, sus amigos lo habían hecho a un lado porque prefería buscar formas de llamar su atención, en vez de correr tras un balón en el receso. Solo eran sus ilusiones de primer amor contra su vergüenza, jamás creyó verse ridículo, nunca le dio importancia si se miraba tonto. Hasta que se dio cuenta de que Suni, nunca buscó a un Romeo.

Porque Suni, ya tenía a su Romeo.

—¿Si sabes o no? -le reprochó con ese tonito chillón y nervioso-.

—Puta madre, ten... -el niño soltó el candado y lo dejó libre para que la otra lo tomara-. Quizás yo no sepa, pero tú sí -recargó sus manos en sus piernas y esperó a que la otra se animara-. Supongo

—Eres un payaso, Hyun

Las orejas puntiagudas de Hyun, se coloraron de inmediato.

Kim Suni, nuevamente, se saltaba la clase de idiomas, sin ningún propósito que la ayudara a crecer académicamente. Claro, académicamente no, pero sí acrecentaba su conocimiento cultural. Nadie entendería lo importante y funcional que era aprender a forzar la cerradura de un candado, en cualquier momento podía ser de ayuda.

Misión: Rescatando a cascabel del cajón de la prefecta.

Después de que cascabel hubiera sido confiscado en el segundo receso de secundaria, Suni dispuso la última hora de clases para meterse por detrás del escritorio de la prefecta para averiguar en qué cajón podía estar su tamagotchi. De los 4 cajones, 3 se podían abrir, excepto un cajón rectangular en la parte de abajo de este. "¡Ahí debe de ser, cascabel debe de estar ahí!"

Tenía el corazón a mil, porque ella sabía muy bien que lo que estaba haciendo, estaba mal, todo apuntaba a una expulsión del instituto. Traer un aparato tecnológico al colegio, saltarse las clases y auscultar los cajones de una de sus maestras. Algunos alumnos que abrieron sus casilleros y que iban a los baños, la miraron hecha bolita.

A nadie de secundaria le importaba Suni, y menos después del escándalo que se armó en Facebook con su "pack". Excepto Kato Akemi. Y aunque Suni se olvidó de él, Hyun también le tenía aprecio. Por eso, cuando la encontró escondida ahí en el escritorio, se acercó con ella. Fue en ese momento en que se dio cuenta de que Suni le seguía gustando.

—¿Tomas algún taller, Hyun? -el niño sintió como se erizó su piel al escuchar su nombre con su voz-.

Sí claro, como si el instituto te enseñara técnicas callejeras.

—Vigila bien...-le dijo Hyun con un tono apresurado por forzar el candado-.

Hyun, le había dicho a Suni que la manera más fácil de abrir el candado del cajón, era utilizando un clip de papeles, sin embargo, el escritorio de la prefecta tenía todo excepto utensilios de papelería. "¿Te sirve mi pasador?", le dijo Suni y el niño, abrió los ojos como una caricatura.

Mi pequeña acosadora | JJK (+15)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora