Por Joselo Rangel
Wednesday, January 29, 2014
Por alguna razón que nadie entendía el Festival Cultural que los contrató pidió que Los Desesperados llegaran a Guadalajara un día antes de su presentación. Error fatal. Nada más peligroso que dejar a un grupo de individuos hiperactivos sin nada que hacer. La ociosidad es la madre de todos los vicios y Los Desesperados estaban en su hotel aburriéndose de lo lindo. Además, gracias a una transa de los organizadores, les pagaron en efectivo por adelantado. ¿Qué nadie se daba cuenta de lo arriesgado que era hacer eso con un grupo de rock cuyo integrante mas viejo tenía 22 años?
Cuando llegaron, todos se fueron a sus habitaciones muy felices porque era la primera vez que no los dejaban hacinados en un solo cuarto. Cada uno llegó a su habitación y a los pocos minutos ya se extrañaban. Se reunieron en donde estaba Roto, voz líder y guitarra, y se pusieron a ver televisión. Saquearon el servibar sin ver los precios de lo que consumían, pensando que la persona que los contrató pagaría al final todos los consumos. Ilusos.
Cuando vaciaron el minibar cada uno fue a su cuarto y en las bolsas de plástico que daban para la lavandería metieron cervezas, refrescos, nueces de la india (¡carísimas!), barras de chocolate gringas, y las llevaron a la habitación donde se habían congregado. Viendo varios documentales del Animal Planet le dieron baje a todas las cervezas y refrescos. Se comieron las papitas y demás chunches. Respetaron las botellitas de whiskey, vodka y ron. Esto no es una peda, decían. No tardaron en tomárselas también.
Al rato fueron al OXXO que había a dos cuadras por unas caguamas y como no cabían en el minúsculo servibar, se las fueron tomando cada vez más tibias hasta que el fondo era una sopa caliente.
Teto, bajista y coros, se quedó dormido en medio del interesantísimo documental de La Migración Del Pavo. El único que lo estaba viendo realmente era Chalo, batería y coros, que estaba tomando notas mentales para sorprender a alguna fan despistada con sus conocimientos de esa ave canadiense y así ligársela.
Roto veía la pantalla pero su mente estaba en otra cosa. Un grupo de rock de verdad no podía quedarse en su habitación viendo Animal Planet todo el día. Tendrían que hacer cosas que hace un grupo de rock. En vez de estar viendo la televisión, deberían desconectarla y tirarla por la ventana para ver como acababa en la calle destrozada en mil pedazos, por ejemplo. Eso es lo que hace un grupo de rock DE VERDAD. Él era un rockstar, si no, al menos una estrella de rock en ciernes. Eso era lo que decían todos: Los Deseperados son la siguiente gran banda, y todo gracias a ese gran frontman que apodan Roto.
Nació con cara de rockstar y se comporta como tal. Ayuda que escribe muy buenas canciones. Su voz es perfecta para las melodías que compone y aunque nadie alaba su desempeño en la guitarra, hace cosas que pocos guitarristas harían aun sin la presión de tener que cantar. La base rítmica a cargo de dos músicos que se hacen llamar Teto y Chalo (bajo y batería respectivamente), es lo que debe ser: sólida en donde elfrontman puede hacer lo que le venga en gana. Si esta banda hubiera surgido a finales de los ochenta o principios de los años noventa, en el auge del Rock en Español, con disqueras poniendo dinero, serían uno de los grupos más conocidos del país. En estos tiempos que corren, aunque sus canciones suenan en Reactor y en Ibero, son pocos los afortunados fuera de este gueto quienes los han escuchado. Ahora lo único que tienen que hacer es mantenerse unidos, a como dé lugar, para que, si la historia les hace justicia, no los agarre separados como a tantas bandas de nuestro desprestigiado Rock Nacional.
