Por Joselo Rangel
Wednesday, December 17, 2014
— Mira mi amor, escucha esto que te compuse.
Melisa se derretía cada vez que Orlando le mostraba una canción nueva, y más cuando ésta iba dedicada para ella. Su novio era muy talentoso, sabía tocar todos los instrumentos de su banda de rock: guitarra, piano, batería, bajo, y además cantaba. Melisa lo apoyaba en todo, era su fan número uno, y cuando Orlando "se tiraba para que lo levantaran" —cuando decía, por ejemplo, que no era tan buen músico — ella le aseguraba que algún día llegaría a ser el rockero más conocido del país. Incluso bromeaba diciendo que la iba a dejar porque tendría groupies de a montón. Era un chiste, pero a veces le daba miedo que se convirtiera en realidad.
La canción le fascinó. Melisa le dio un abrazo y un beso.
— Mañana la voy a llevar al ensayo ¿quieres venir conmigo? — le dijo Orlando.
— ¿Puedo?
— ¡Claro! Es tu canción, y me gustaría que vieras cómo va mejorando cuando la toque con la banda.
— ¿Estás seguro? No quiero molestar. — Era la primera vez que se lo pedía, ella estaba feliz.
— No te preocupes —le dio un beso en la mejilla —eres mi novia y no incomodas a nadie.
Melisa lo abrazó con más fuerza. Además de ser un genio musical su novio era el hombre más lindo sobre la tierra.
— Prometo estar calladita. Nadie se dará cuenta de mi presencia. Vas a ver.
Melisa cumplió su palabra. Se instaló en un banco a un lado del amplificador de Orlando, y aunque se estaba quedando sorda por el volumen de la guitarra distorsionada de su novio, no se tapó los oídos ni se cambió de lugar. No dijo ni pío durante todo el ensayo. Llegó detrás de Orlando, saludó a todos de beso, parándose de puntas porque todos los músicos de la banda eran muy altos, y esa fue la única interacción que tuvo con ellos. Literalmente desapareció al sentarse cerca del ampli, se mimetizó con el mobiliario del cuarto de ensayo. Desde ahí observó cómo su novio les mostraba la canción, SU canción, y cómo todos iban proponiendo arreglos. Qué tipo de ritmo usar, qué estructura. El cantante la fue acomodando a su estilo. A Melisa le gustaba más cómo la cantaba su novio. Además le hizo dos o tres cambios a la letra que alteraban el sentido de lo que Orlando quería decir, pero su novio no dijo nada. Lo que más le sorprendió fue que mientras más la tocaban, menos le gustaba. Antes era una canción de amor, y ahora parecía todo menos eso. Seguramente ella era la única inconforme, pues todos estaban felices con el resultado.
Para no olvidar el arreglo cada quien la grabó con su celular, y el tecladista, que tenía una computadora con protools, hizo una grabación semi profesional, "para llevarla a registrar", dijo. El bajista remató la frase diciendo:
— Es la mejor canción que hemos compuesto.
Todos estuvieron de acuerdo y organizaron la fecha del siguiente ensayo. De regreso al departamento de Orlando, pusieron la canción en el coche.
— Quedó poca madre ¿te gusta?
— Sí.
— No te oigo muy convencida ¿de verdad?
— Sí, sí. Mucho.
— Pues no sé por qué no te creo.
— Tal vez me gustaba más escucharla con tu voz.