1991

22 1 0
                                    

Por Joselo Ragel

Wednesday, April 15, 2015




Matías estaba preocupado. Muy preocupado. El alma de su hermano menor corría peligro. No sabía cómo salvarlo. Sobre todo porque nadie puede salvar a otra persona, cada uno debe, voluntariamente, entregar su vida a Cristo, de manera personal. Nadie puede hacerlo por otro. Aunque le había hablado a su hermano menor de los peligros de escuchar esa música del demonio, Arturo no le hacía el menor caso. Sobre todo porque su grupo favorito era R.E.M. quienes no tenían nada de diabólicos. Sus portadas no estaban llenas de engendros o de cruces volteadas. Ni se rumoraba que su nombre significara algo satánico como sucedía con AC/DC (After Christ, Demon comes) o con KISS (Knights in Satan's Service). R.E.M. sólo significaba Rapid Eye Movement, y tenía que ver con algo del sueño. Matías trató de encontrarle un significado oculto, lo único que se le ocurrió fue Rock Es Muerte, pero cuando se lo dijo a su hermano, éste sólo le hizo una mueca de incredulidad. Matías mismo había sido un fanático del rock, era su vida y su pasión hasta que, unos años antes, había asistido a una conferencia en donde TODO le fue REVELADO.

En realidad no le había preocupado que el pastor despotricara contraBlack Sabbath y Iron Maiden, estos grupos no ocultaban su inclinación por las artes oscuras. Sus portadas y sus canciones — 666, the number of the beast— no dejaban lugar a dudas. Eran diabólicos, punto. Pero cuando comenzó a hablar de Rush, su banda favorita de todos los tiempos, ahí sí le dolió y se espantó. Después le dio gusto que alguien le hubiera quitado la venda de los ojos, pero en aquel momento fue desgarrador. Ya se le hacían raras las portadas de sus discos desde antes, esta información vino a confirmar lo que quizá ya sabía.

Lo más aterrador en la conferencia fue escuchar Stairway to Heaven al revés, que aunque no se entendía nada, sonaba como de ultratumba. Cuando el pastor que estaba dando la conferencia les dijo lo que se suponía que la voz de Robert Plant al revés estaba diciendo, no quedó de otra más que creerle. Se notaba que el pastor, entrado en sus cuarenta, también era gran aficionado al rock, o lo había sido, pues hablaba de grupos, años de lanzamiento, portadas, semanas en las listas, productores y músicos de sesión. Tanta información era imposible que se la hubiese aprendido nada más para dar esta conferencia y ganar almas para Cristo. Al final lo dijo: yo también era como ustedes. En la sala había muchos roqueros como Matías, de pelo largo, tenis converse, chamarra de cuero. Después de la conferencia Matías se alejó del rock.

Él era el único que escuchaba esa música en su casa, así que pensó que su hogar estaba a salvo ya que él se había retirado. Sin embargo ahora, años después, su hermano menor escuchaba todo el tiempo Losing my religion. Sonaba día y noche en el reproductor de CDs que sus padres acababan de comprar para no quedarse atrás en cuestión de aparatos modernos en la sala de la casa. A Matías nadie tenía que decirle que elCompact Disc había llegado a todos los hogares desplazando a los LP'sno porque fuera un avance tecnológico ni porque el sonido mejorara inmensamente. No. La razón primordial, o más bien única, era que los discos compactos no podían tocarse al revés como los viniles para descubrir los mensajes satánicos que ahí se guardaban. De haber tenido un Long Play de Out of Time, el disco donde venía "perdiendo mi religión", esa blasfemia hecha canción, seguramente al ponerla al revés encontraría alguna invocación al maligno, como en aquel disco de Alan Parsons Project que decía: "escucha baby al demonio".

Aunque, no era necesario poner la canción al revés, ya había visto el video en donde salía un ángel, hombres barbados, semejando aquellos profetas del antiguo testamento: Isaías, Jeremías, Ezequiel. Los integrantes de ese grupo se veían muy limpios, no parecían roqueros, estaban bien vestidos, no causaban desconfianza. Ese era un truco del Diablo, uno muy conocido: aparecer como bueno cuando en realidad era todo lo contrario. Engañar era el juego favorito de Luzbel.

Textos Mutantes (Cuentos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora