Sesenta y dos

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-Bienvenido de vuelta.- Soonyoung lo ignoró mientras caminaba de frente, un empleado de su padre tomaba su equipaje y lo seguía sin decir palabra. Soonyoung subió las escaleras del avión privado que era propiedad de su padre y sostuvo la bufanda azul a rayas que su madre le hizo cuando cumplió dieciséis años.

-Cuídalo mucho.- recordó que su madre le dijo una vez. Era el favorito de Soonyoung. Recordó haber visto a su madre tejerlo y bromear con ella sobre cómo se veía como una abuela en ese entonces.

-No puedo esperar para hacer algunos para mis nietos.

-¡Pregúntale a Soo-noona! No conseguiré a mi alma gemela pronto.

-Voy a esperar a la tuya entonces.

Soonyoung sostuvo su mejilla donde su madre lo pellizcó en ese entonces mientras abordaba el avión, sintiendo que el intenso frío de la noche solitaria se desvanecía y era reemplazado por la calidez del interior del avión de su padre. Soonyoung suspiró mientras metía las manos en los bolsillos.

Ojalá hubiera podido escribir una carta de despedida...

Soonyoung recordó la pequeña carta que Soonyoung colocó debajo de la mesita de noche de su madre, besando la frente de su madre mientras se levantaba y salía del apartamento que extrañará sin decir una palabra.

-Hola-, Soonyoung miró hacia arriba, solo para encontrarse con los mismos ojos rasgados que tenía, su ira repentinamente hirviendo por dentro mientras miraba al otro.

-Es un placer conocerte finalmente,- el chico en uno de los asientos formó una pequeña sonrisa mientras levantaba una mano para saludar levemente, -onii

-No me llames así joder.- Escupió Soonyoung, apretando los dientes con furia mientras metía las manos en los bolsillos.

-Nunca me llames así, joder.- Tartamudeó el chico mientras sus ojos se abrían como platos antes de bajar la mirada avergonzado y volverse a mirar por la ventana.

-No te atrevas a hablarle así a mi hijo-, una mujer de unos cuarenta años con oro y diamantes brillando casi por todas partes en todo su cuerpo se puso de pie y caminó hacia Soonyoung con sus tacones resonando, su rostro reflejando su expresión, -Hijo de puta.

Soonyoung estaba a punto de replicar a la mujer cuando una voz tan baja e intensa surgió detrás de él, impidiendo que los dos hablaran.

-Suficiente, los dos. No toleraré ninguna discusión en esta familia.

La mujer siseó. -Ni siquiera es mi hijo.

-Kyoko.- Dijo el hombre a modo de advertencia, sus ojos fijos en los de Kyoko, que titubeaba ante la profunda mirada. Chasqueó la lengua antes de enviar a Soonyoung una última mirada, enseñando los dientes para advertir al otro antes de alejarse.

Soonyoung sintió una mano áspera golpeando su hombro, pero ni siquiera se giró para mirar al hombre. Lo desprecia con toda su vida y se siente disgustado incluso por el toque del hombre en sí.

-¿Por qué no te sientas con tu hermano allá? Estoy seguro de que te encantará su compañía.- Soonyoung miró por encima de su derecha donde vio a su hermano mirándolo antes de chillar cuando lo atraparon mirando fijamente y volvió a mirar por la ventana, sus pálidas mejillas se sonrojaron.

Soonyoung habría encontrado esto lindo. Habría corrido hacia el chico y se habría presentado casi de inmediato. Pero no. no pudo

Es su culpa, después de todo.

Todo lo que le está pasando es por su culpa. Su hermano.

Soonyoung se burló. -Como si lo fuese a hacer

Apartó la mano de su padre y se alejó, sentándose en el asiento más alejado de su supuesta familia.

¿Cómo puede siquiera llamar a estas personas su familia cuando sabía poco o nada sobre ellos?

Soonyoung apretó las manos y juró que goteaba sangre, pero no le prestó atención porque anhelaba el toque de alguien.

Alguien que lo consolaría a través de esta vida suya enjaulada.

Alguien que conocía lo entendería porque lo hace.

Su alma gemela

-Sayonara,- susurró Soonyoung, cerrando los ojos al imaginar la bonita sonrisa de Jihoon. La forma en que sus dedos presionaban las teclas correctas en el piano que producía una música hermosa y cómo su voz para cantar encajaba perfectamente como una pieza faltante del rompecabezas que encuentra la otra. Y nunca podría olvidar esa vez que finalmente escuchó esas cinco palabras saliendo de esos labios rosados.

Esos labios rosados, rosados.

-Te amo más, Soonyoung.

-Boku no utsukushi tsuki.*- Esas palabras dejaron un sabor amargo con una solitaria lágrima rodando por su mejilla, recordando la primera vez que él y Jihoon se conocieron de verdad.

-¿Cómo te llamas?

-No soy nadie.

Ahora que lo pienso. Todavía tiene esa fotografía de Jihoon cuando era niño con su madre en ese entonces.

Soonyoung sacó la foto doblada de su bolsillo y la desdobló, leyendo la misma oración que aún golpeaba su corazón como un relámpago.

Feliz cumpleaños número 13, mi bebé Jihoon.

Soonyoung no se sorprendió al ver los colores desvaneciéndose ante su vista, teniendo los hermosos colores vibrantes muriendo ante sus ojos desnudos.

Verlo solo lo lastimó más.

★彡

Jihoon se sentó con una expresión confundida, parpadeando varias veces mientras miraba a izquierda y derecha. Mingyu se animó al notar las acciones de su hyung e inclinó la cabeza confundido.

- ¿Estás bien, hyung?

Jihoon salió de su trance y miró a sus dongsaengs que estaban tirados en el suelo de su habitación, papeles de sus canciones en sus manos mientras lo miraban con preocupación. Sintió una sensación de culpa al preocupar a sus amigos por nada.

-Si estoy bien.

-¿Estás seguro?- fue Minghao quien preguntó mientras se sentaba con él y ponía una mano en la rodilla de Jihoon para apretarla de una manera que lo consolara. Jihoon frunció el ceño ante esto mientras se peinaba hacia atrás.

-Estoy bien. De verdad. Es solo que...- Jihoon bajó la mirada hacia sus manos mientras fruncía el ceño confundido.

-Los colores no son tan brillantes como antes...-esto llamó la atención de los dos chicos mientras se levantaban y se sentaban en la cama con Jihoon, luciendo preocupados.

Minghao miró a Mingyu y el otro miró hacia atrás, tan confundido como el otro. Pero una cosa estaba en la cabeza de ambos con seguridad.

Algo está mal.

Entonces, de la nada, el teléfono de Jihoon vibró y rápidamente lo sacó de su bolsillo, mirando el mensaje de texto.

-Es de Soonyoung.

-¿Qué dice?- Preguntó Minghao, intrigado. Pero solo arrugó las cejas confundido cuando recibió el mensaje.

-No lo sé...- Respondió Jihoon mientras volvía a mirar las torpes palabras que Soonyoung había decidido enviar.

愛してるよ、月。*

★彡

* Mi hermosa luna 

* Te amo, luna 

Colors - SoonhoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora