DIECIOCHO

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NOTA 1: Me encantó la fotografía. Los cuatro bien vestidos y con los percheros de ropa atrás, me hace sentir que está ambientada en la casa de modas. Lo siento, pero necesitaba decirlo.

NOTA 2: Con casi cuarenta años, puedo decir que Teaching Mrs. Tingle de 1999 era una película malísima, pero cuando era una adolescente la encontré de lo más buena del mundo, repitiéndola una y otra vez en el VHS, convirtiendo a Barry Watson como uno de mis amores platónicos, siendo su personaje más conocido el de Matt de 7th Heaven. Y ahora con casi cincuenta, ese hombre está envejeciendo como el buen vino. 

Sin embargo, hay que decir que las películas de los noventa tienen las mejores bandas sonoras. Hasta la película más mala tenía buena música que, en su mayoría, eran interpretada por cantantes que eran desconocidos fuera de los Estados Unidos, por lo que se nos ampliaba el espectro de música pop a los que estábamos en este lado del charco. Con Youtube, pude recuperar muchas canciones que me trajeron recuerdos de mis series y películas favoritas de antaño. Una de las mejores películas de la recién citada es Show Me de Bree Sharp. La letra, que se trata de una chica, cámbienla por un chico y sabrán de qué se trata el capítulo. Por supuesto, la traducción se encontrará en el cuadradito derecho del vídeo. Que lo disfruten.

SECRETOS DE FAMILIA

DIECIOCHO

El gato siempre demuestra quien es su dueño

"El amor es la más fuerte de las pasiones, porque ataca al mismo tiempo a la cabeza, al cuerpo y al corazón", Voltaire.

Bright: ¿Le gustaría a mis hermanitos ir a beber una cerveza conmigo?

Ohm: Lo siento, tengo una salida con compañeros de trabajo T.T

First: Yo también tengo un compromiso y terminaré tarde. Podemos dejarlo para otro día.

Bright estaba sentado en su automóvil, estacionándose al frente de la casa de sus padres. Le había mensajeado a sus hermanos para cerciorarse que sus progenitores estaban solos. Se bajó de su vehículo con la clara intención de ponerle los puntos sobre las íes para que no se metieran más en su vida. Aunque parecía que el abogado tenía una relación idílica con ellos, la verdad era que los dos lo tenían harto y había fingido durante años un cariño que en realidad era un odio que cada día se había vuelto más intenso.

Era como si First y él hubiesen firmado un pacto con el diablo el día que había nacido Ohm, haciendo todo lo que ellos decían para que sus padres no lo hubieran dado en adopción y, posteriormente, para que no se enterara de la verdad. Estaba harto de ese control invisible que los esclavizaba a los dos a una vida que ninguno deseaba.

Con el tiempo, se había dado cuenta de que los halagos de sus padres no eran para hacerlo sentir mejor, sino que era un recordatorio constante que tenía que seguir así para que la familia se mantuviera unida. Su hermano del medio era un iluso al pensar que tenía una mejor vida que la suya, cuando siempre tenía que cumplir las expectativas de otros. Había llegado en un momento a pensar que había estudiado derecho más por darle el gusto a sus padres que por seguir la carrera que quería. Incluso había llegado a tener crisis vocacional al principio del ejercicio de su profesión por creer que no había elegido libremente ser abogado, teniéndose que encontrar a sí mismo en ese sentido. Afortunadamente, con el tiempo, había entendido que la abogacía era una gran pasión que podría disfrutar, sobre todo al litigar, lo que fue un alivio porque volver a la universidad para estudiar casi a la par que su hermano menor no hubiera sido para nada alentador.

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