─Tom Kaulitz.
Gire mis ojos, nuevamente había fallado, bufé con frustración y tome su débil cuerpo, estampando este contra el duro material de aquella pared.
─Lydia, tienes que concentrarte, ¡Llevamos más de una hora intentando que aprendas a manejar el arma más fácil! ¡Es una maldita navaja! ─Grite, ella cerro sus ojos con miedo.
─Lo siento...─Susurro.
Mi respiración era agitada, al igual que la de ella, su cuerpo era una maldita distracción, y claro que algunos errores eran míos, pero no lo diría, por el momento tenía que trabajar con su mentalidad.
Había mandado a comprarle ropa, mucha, justamente estaba usando un conjunto para estás prácticas, vestía unos leggings negros, y en la parte de arriba llevaba un Crop top del mismo color, ambas ajustadas, eso fue a propósito.
Me aleje y tome el saco de boxeo entre mis manos, ella se acercó, en su rostro se podía ver el cansancio, la frustración, el enojo, la entendia, cuando yo también era principiante, quería tirarme de un edificio.
─Toma.─ Le entregue la navaja, y ella miraba el objeto con miedo.
─¿Como debo sostenerlo?...─ Pregunto, cuando está ya se encontraba en sus manos.
─Deja que la mano lo decida...─ Baje mi mirada a sus pechos, los cuales se podían admirar mejor por su respiración agitada y nerviosa. ─No debe de sentirse como algo ajeno, tiene que ser parte de ti.. ─ Aleje mi vista de su cuerpo y tome el saco entre mis manos, ella observo con atención. ─Si usas un cuchillo significa que estás cerca del adversario.... Del peligro, de la muerte. ─Observe como se tensaba. ─ Debes dejar el miedo y actuar de inmediato, no hay tiempo para una segunda apuñalada, la primera tiene que ser letal. Vamos, intentalo, ponte en posición.
Observe como me mirada confundida, y levanto la navaja a nivel de su torso, eso fue tan tonto. Bufé y me acerque, me coloque detrás de ella y tome su cintura con fuerza, acerque mi boca a su oído.
─Muñeca, ¿Parece que has prestado atención a nada de lo que te he dicho?.
─N-no, es solo-
No deje que terminara su palabra, cuando con una de mis manos la deslice por su brazo con total lentitud y suavidad, su piel se erizo ante mis tacto, hasta llegar a su mano, tomando esta.
Su brazo estaba inclinado hacia el saco, mientras mi mano apretaba su puño, el cual sujetaba fuertemente la navaja.
─La cuchilla siempre debe de estar de frente...─ Susurre, con total intencion de que mi aliento chocará contra su mejilla. ─Con la cuchilla atacas..─ Di un leve golpe en su mano, haciendo que está se moviera, y ella diera un pequeño salto. ─Con la cuchilla bloqueas.
─Debes párate de costado, no le ofrezcas el cuerpo al oponente.─ Tome sus hombros, dejando que mis dedos tocaran más allá. ─ Y con el otro brazo, encuentra el equilibrio.
Sonreí y aproveché su distracción para rozar mi entrepierna con su trasero, ella parecía no notarlo, deslice mis manos, simulando un masaje en sus hombros, claramente no era eso.
Me aleje con una sonrisa pícara, y me coloque detrás del saco, tomando esto con firmeza.
─Si le das aquí.─ Señale la parte media. ─En el costado. ─Y casi de inmediato sentí como el gran impulso de su fuerza contra el saco me hizo tambalear un poco, con rapidez arrastro la navaja hacia abajo, haciendo más grande la apuñalada, me encantó. ─La víctima sentirá un dolor insoportable, pero probablemente sobreviva. ─Si le das aquí, en el corazón.─ ella lo hizo, con aún más fuerza. ─Se desmayara de inmediato. ─Ella subió su mirada hacia mi. ─ Y a los tres segundos morirá.
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𝗦𝘁𝗼𝗰𝗸𝗵𝗼𝗹𝗺 ; Tom Kaulitz.
Hayran Kurgu"𝙀𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 𝙨𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚 𝙨𝙤𝙧𝙥𝙧𝙚𝙣𝙙𝙚, 𝙖𝙪𝙣𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙚́ 𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙩𝙤 𝙙𝙚𝙨𝙙𝙚 𝙚𝙡 𝙥𝙧𝙞𝙣𝙘𝙞𝙥𝙞𝙤." ─Tu no puedes querer a nadie, por qué para eso necesitas un corazón..─ Musitó la pelinegra, con sus mejillas empapadas de...