Chapter twenty six

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─Tom Kaulitz.

Baje lentamente las escaleras, aún un poco adormilado, mentiría si dijera que no fue la mejor siesta que había tenido en mi vida, después de días de no dormir bien, de moverme por toda la cama y no encontrar una buena posición, después de tanto... Pude dormir felizmente como un niño con su mamá al lado.

Arrugue mi rostro al ver a mi gemelo en la sala, sentado tranquilamente en uno de los sofás, sus manos juntas sobre sus piernas, mientras su mirada estaba fija en algún punto, pero mi atención se la llevaron aquellas maletas a su lado.

─Bill...─ Le llame de manera firme, obligandome a borrar la sonrisa idiota de mi boca y despertarme completamente. El levanto su rostro y me dedico una sonrisa.

─Tommy... Te estaba esperando.─ Gire mis ojos ante ese apodo, parecía de perro, ¡Podía jurar que lo había escuchado en uno!

─¿Por qué esas maletas?─ Pregunte directamente, sin rodeos.

Me dolía verlo de esa manera, realmente llegaba a lo más profundo de mi ser, su rostro pálido y las bolsas moradas casi verdes debajo de sus ojos, su cabello alborotado, y ya no llevaba maquillaje en su rostro.

─Voy a irme.─ Soltó de la misma manera con la que yo hablé. ─No me siento bien aquí, no quiero estar aquí, todo este lugar me está matando lentamente, lo veo en cada rincón de la casa, en mi habitación, en todas partes..─ Su campanilla de la garganta se movió, dando a entender que trago saliva, reprimiendo el llanto.

─No dejare que te vayas, mucho menos en este estado.

─Estoy bien.

─Acabas de decir lo contrario.

─Estaré bien.

─No lo creo.

─Georg y Gustav me llamaron.─ Me quedé callado. ─Están teniendo problemas con algunos negocios, de igual manera tengo que irme.

─Entonces déjalo, abandona el negocio, no importa.

─Me iré, y no te estoy pidiendo permiso, solamente quería despedirme, de ti y Lydia.

Era tan malditamente terco, y ella es igual, ambos se parecen demasiado ¡Por eso es que se llevaban tan bien!

─Tom...─Se levantó y camino hacia mi. ─Estaré bien, lo mejor es alejarme un tiempo, volveré a visitarte, pero ahora quiero superar esto.

─Bill...

─No soy tan idiota para pegarme un tiro en la frente, y creer que todo quedara solucionado, aunque en algún momento lo pensé. ─Se encogió de hombros. ─ Por favor, despideme de Lydia, y no seas tan estúpido con ella, no lo merece.

Asenti, ignorando el hecho de que me había insultado, tomo las maletas y comenzó a caminar hacia la puerta, pero antes de llegar a este se detuvo, volteo hacia mi y sonrió.

─Nos veremos pronto, Tommy. ─El sabía de lo mucho que me jodia ese apodo, así que antes de que yo respondiera salió rápidamente por la puerta.

A los pocos segundos pude escuchar el sonido de las camionetas y los neumáticos chillando en el paimento y me quedé congelado, mi gemelo nuevamente se había ido, y lo peor de todo que era por Elliot, de nuevo por ese rubio estúpido.

Negué, sacando aquellos pensamientos de la cabeza, Ryan era quien me informaba del estado de mi hermano y claramente lo seguiría haciendo, camine hacia el sofá dejando caer mi cuerpo en este, observando el techo.

Y una idea llegó a mi cabeza, Lydia también peligraba en esta casa, y realmente no quería tenerla aquí, no me sentía seguro, simplemente quería irme lejos con ella.

𝗦𝘁𝗼𝗰𝗸𝗵𝗼𝗹𝗺 ; Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora